China acusada de inundar las redes sociales con spam para desplazar las noticias sobre las protestas
Un manifestante es inmovilizado por agentes de policía durante una protesta contra la política de cero Covid de China en Shanghái el pasado domingo. Foto: AP

El intento de inundar las redes sociales con spam con el objetivo de ocultar la cobertura de las protestas por el confinamiento en China contó probablemente con el respaldo del gobierno chino, según reveló el análisis realizado por una empresa estadounidense de ciberseguridad.

Recorded Future descubrió que redes de cuentas de bots coordinadas estaban atacando plataformas de redes sociales no chinas con el fin de desplazar las publicaciones auténticas sobre las manifestaciones mediante contenidos de spam y apropiándose de hashtags que contenían nombres de ciudades chinas. La empresa indicó que era muy probable que el gobierno chino estuviera detrás de esta táctica.


Charity Wright, analista senior de Recorded Future, señaló: “Estas redes de spambots son resistentes, están bien dotadas de recursos y son ágiles. El ritmo al que publican contenidos y crean nuevas cuentas nos indica que disponen de herramientas de automatización que les permiten inundar el espacio informativo. Muy pocas operaciones de influencia son capaces de este nivel de actividad”.


“Creemos que es probable que esta haya sido una operación a gran escala patrocinada por el gobierno chino o encargada por el Estado a un sustituto como una granja de trolls con buenos recursos”, añadió.


El análisis se produce después de que la semana pasada se demostrara que Twitter estaba siendo bombardeado con publicaciones molestas, muchas de ellas anuncios de acompañantes, en un intento de ocultar las noticias sobre las protestas contra el confinamiento en China. Alex Stamos, director del Stanford Internet Observatory, señaló que la actividad china indicaba el “primer gran fracaso” destinado a frenar la interferencia gubernamental en la plataforma bajo la propiedad de Elon Musk.


Recorded Future descubrió que las redes de miles de cuentas y publicaciones estaban dirigidas a audiencias de habla mandarín aprovechando los hashtags utilizados para destacar la cobertura sobre las protestas. Las cuentas de bots distribuyen después grandes volúmenes de publicaciones bajo esos hashtags en chino –por ejemplo, los lugares de las protestas, como Beijing, Shanghái, Guangzhou, Shenzhen y Wuhan– utilizando contenidos como anuncios de acompañantes, servicios de citas, pornografía y cortos videoclips publicitarios de diversos servicios.


En algunos casos, las publicaciones consisten en cadenas aleatorias de palabras en inglés que contienen códigos de seguimiento, posiblemente para medir la frecuencia con que se utilizan las publicaciones.


Recorded Future señaló que las cuentas automatizadas llevaban el sello distintivo de las campañas de desinformación coordinadas. Los signos reveladores incluyen el uso de cuentas recién creadas con un número de seguidores nulo o bajo; cuentas creadas en bloques de cientos o miles; uso de estructuras de nombre de cuenta similares, como nombre de mujer + números; contenido de texto idéntico; y compartir fotos o videos de mujeres asiáticas jóvenes.


“A primera vista, parece que esta campaña pretende ocultar el debate sobre las protestas contra el confinamiento por Covid-19 en China”, comentó Wright.


Wright señaló que había pruebas de que redes de bots se apropiaron de hashtags con nombres de ciudades en campañas anteriores, como las de septiembre y finales de octubre.


El análisis de Recorded Future de la campaña de interrupción entre plataformas encontró una difusión limitada de contenido bot irritante en Facebook e Instagram, mientras que no se observó nada destacable en TikTok, plataforma de propiedad china que ha estado difundiendo imágenes de las protestas.


Wright indicó que las autoridades chinas y las plataformas de redes sociales del país podían reprimir rápidamente los contenidos que consideraban censurables. No obstante, esto no es posible en las plataformas de propiedad extranjera, lo cual convierte a las cuentas de bots en una opción potencial para sofocar la cobertura sobre las manifestaciones.


“Una opción es controlar la narrativa inundando la plataforma con la narrativa que ellos prefieren”, explicó Wright. “En este caso, los spambots no contaron ninguna historia en particular ni impulsaron una narrativa patrocinada por el Estado. En cambio, se limitaron simplemente a inundar las redes sociales con contenido spam”.

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