Los abogados de Trump hallan otros dos documentos clasificados en una bodega en Florida
Donald Trump asiste a un mitin para apoyar a los candidatos republicanos antes de las elecciones intermedias, en Dayton, Ohio, el 7 de noviembre. Foto: Gaelen Morse/Reuters

Los abogados de Donald Trump encontraron al menos dos documentos más que tenían marcas de clasificación dentro de unas cajas en una bodega en Florida cuando revisaron artículos que fueron extraídos de la Casa Blanca al final de su gobierno, dijo una fuente familiarizada con el asunto el martes.

El nuevo descubrimiento podría agravar la exposición legal del expresidente después de que el FBI incautara 103 documentos marcados como clasificados en su complejo de Mar-a-Lago en agosto, como parte de la investigación penal del Departamento de Justicia sobre la posible retención no autorizada de información de seguridad nacional y obstrucción a la justicia.

La presencia de documentos marcados como clasificados en una segunda ubicación aparte de Mar-a-Lago, informada anteriormente por el periódico The Washington Post, parece confirmar las sospechas del Departamento de Justicia, comunicadas a los abogados de Trump en octubre, de que Trump poseía registros gubernamentales adicionales.

Los abogados de Trump hallaron los documentos después de que el expresidente contratara a una empresa externa para que registrara cuatro lugares luego de que un juez federal ordenara a su equipo legal que realizara una búsqueda más exhaustiva para garantizar que todos los documentos marcados como clasificados habían sido devueltos al gobierno.

La empresa externa terminó registrando varias propiedades de Trump, según indicó otra fuente, entre ellas la Trump Tower en Nueva York, el club de golf Trump Bedminster en Nueva Jersey, el complejo Mar-a-Lago y la bodega externa en West Palm Beach, Florida, de la que se tiene entendido que estaba bajo el control de una agencia federal.

Según los correos electrónicos publicados por la Administración de Servicios Generales (GSA), una agencia gubernamental que presta asistencia en las transiciones presidenciales, Trump utilizó una bodega en West Palm Beach para guardar algunos materiales que fueron empacados desde la Casa Blanca y que estuvieron guardados temporalmente en Virginia.

Esa bodega fue utilizada para guardar al menos tres tarimas de cajas que los empleados de la Casa Blanca de Trump empacaron y la GSA transportó inicialmente a un espacio de oficinas en Virginia antes de enviarlas a Florida en septiembre de 2021, muestran los correos electrónicos.

Al parecer, el contenido de las cajas de las tarimas nunca ha sido catalogado, dijo la segunda fuente. Se desconocía si la bodega a la que se hacía referencia en los correos electrónicos era la misma en la que se encontraron los nuevos documentos, no obstante, fue el lugar desde el cual los abogados de Trump enviaron dos docenas de cajas a los Archivos Nacionales a principios de este año.

El Departamento de Justicia declinó realizar comentarios. Un vocero de Trump no respondió de forma inmediata una solicitud de comentarios.

Los abogados de Trump recibieron en las últimas semanas la orden de llevar a cabo una búsqueda más exhaustiva de los artículos que están en posesión del expresidente por parte de Beryl Howell, la jueza jefe del tribunal de distrito de Estados Unidos para el Distrito de Columbia, en una orden sellada emitida como parte de una batalla judicial que se desarrolló en privado.

La orden puso fin a un proceso de varias semanas que comenzó después de que el Departamento de Justicia expresara su preocupación de que Trump aún tuviera en su poder otros documentos marcados como clasificados, potencialmente en otras propiedades, luego de que el FBI incautara miles de materiales en Mar-a-Lago el 8 de agosto.

Trump recibió una citación del gran jurado en mayo en la que se exigía la devolución de todos los registros gubernamentales –que tuvieran marcas de clasificación o de otro tipo– en posesión de la “Oficina 45”, a lo que sus abogados respondieron entregando una carpeta con doble cinta que contenía documentos de respuesta.

La carpeta con doble cinta contenía documentos que el abogado de Trump, Evan Corcoran, encontró en un almacén en un sótano en Mar-a-Lago, dijo la segunda fuente a The Guardian, e hizo que otra abogada de Trump, Christina Bobb, firmara una declaración certificando el cumplimiento de la citación.

Sin embargo, en los meses siguientes, el Departamento de Justicia encontró pruebas de que había otros materiales sensibles en Mar-a-Lago, y el FBI recuperó 103 documentos clasificados en el despacho de Trump y en el almacén situado en el sótano, según la declaración jurada desclasificada de la orden de registro.

El Departamento de Justicia comenzó entonces a sospechar que Trump posiblemente tenía en su poder aún más documentos gubernamentales a los que ya no debería tener acceso, y finalmente pidió a Howell que interviniera y ordenara un segundo registro de las pertenencias de Trump, explicó la segunda fuente.

El exfiscal general de Florida Christopher Kise, que para ese entonces se había incorporado al equipo legal de Trump, había propuesto contratar a una empresa externa para que llevara a cabo otra búsqueda incluso antes de la orden judicial, aunque inicialmente esa idea fue rechazada por algunos de los abogados más optimistas de Trump pertenecientes al equipo.

Sin embargo, cuando la orden judicial requirió una búsqueda más exhaustiva, Trump contrató a la empresa externa. Se cree que el FBI fue invitado a observar el registro de al menos una de las propiedades, pero declinó la oferta, como es habitual en los registros que no realiza la policía, según indicó la fuente.

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