Ucrania pide a sus aliados occidentales que boicoteen la cultura rusa
El Royal Ballet interpreta El Cascanueces en Londres el lunes. La política de la compañía consiste en que 'no trabajamos con actores estatales rusos ni con individuos que tengan una clara asociación con el régimen de Putin'. Foto: Toby Melville/Reuters

El ministro de Cultura de Ucrania pidió a los aliados occidentales del país que boicoteen la cultura rusa, instando a detener las interpretaciones de la música de Chaikovski y otros compositores rusos hasta el final de la guerra.

En su artículo publicado en The Guardian, Oleksandr Tkachenko argumenta que tal “boicot cultural” no equivaldría a “cancelar a Chaikovski”, sino que supondría “suspender la interpretación de sus obras hasta que Rusia ponga fin a su sangrienta invasión”.
Argumenta que tal medida es acertada dado que la guerra es “una batalla de civilización por la cultura y la historia” en la que Rusia está activamente “intentando destruir nuestra cultura y memoria” mediante la insistencia en que los dos estados constituyen una única nación.

Numerosas personalidades de la cultura de Ucrania han señalado que el Estado ruso está empleando activamente su patrimonio artístico durante el conflicto. Por ejemplo, en los carteles publicitarios de la ciudad de Kherson, ocupada por Rusia, aparecían imágenes de Pushkin, con textos que hacían referencia al vínculo del poeta ruso con la ciudad.

Tkachenko –exejecutivo de televisión que ha sido criticado en Ucrania por no intervenir para detener una polémica amenaza de reorganización del Dovzhenko Centre, el centro cinematográfico y archivo de Kiev– también instó a las instituciones artísticas a no flaquear en su decisión de no contratar a artistas rusos que apoyen la guerra.

Las figuras culturales ucranianas están utilizando el lenguaje de la descolonización para describir el proceso de separarse de la cultura rusa, que en su momento fue dominante, y que fue promovida mientras la expresión artística ucraniana era reprimida, en ocasiones de forma violenta, por el imperio ruso y posteriormente por la Unión Soviética.

Entre tales acontecimientos figuró el asesinato masivo en 1937 de una generación de artistas y escritores ucranianos, conocido como el “renacimiento fusilado”. Actualmente no se interpreta música rusa en Ucrania.
Sin embargo, a medida que se acercan las fiestas navideñas, en las que los cascanueces son el espectáculo de invierno de las compañías de ballet desde Nueva York hasta Londres, los líderes culturales del Reino Unido no se atreven a boicotear las obras del canon ruso.

“La presentación de grandes obras históricas como El Cascanueces, interpretada por un elenco internacional de bailarines, debería enviar una poderosa declaración de que Chaikovski –de ascendencia ucraniana– y sus obras hablan a toda la humanidad, en oposición directa y contundente a la visión estrecha y nacionalista de la cultura que difunde el Kremlin”, señaló un vocero del Royal Ballet de Londres.

Añadió que la política de la compañía, mientras dure la guerra, seguía siendo que “no trabajamos con actores estatales rusos, como el Bolshoi, ni con individuos que tengan una clara asociación con el régimen de Putin en el Kremlin”.

Un vocero del English National Ballet, que también presentará una producción del Cascanueces de Chaikovski esta Navidad, expresó que si bien la compañía “se solidariza con todos los afectados por la invasión rusa de Ucrania”, su programa seguiría adelante como estaba previsto.

Kathryn McDowell, directora ejecutiva de la Orquesta Sinfónica de Londres, que interpretará en Alemania programas como los de Stravinsky y Rachmaninov bajo la dirección de Sir Simon Rattle, comentó: “Seguimos interpretando música rusa del pasado”. También señaló que la orquesta seguía trabajando con artistas rusos “que no se identifican con los actuales dirigentes”.

“Aunque en la Hallé aborrecemos la invasión de Ucrania ordenada por Putin, y no interpretamos música ni trabajamos con artistas que apoyan esta guerra ilegal, nosotros, como aliados de Ucrania, nos oponemos al Estado ruso, no a su pueblo ni a su cultura”, dijo David Butcher, director ejecutivo de la Hallé Orchestra de Manchester, cuyos próximos programas incluyen obras de Stravinsky y Shostakovich.

“No creo que sea apropiado como organización creativa pionera cancelar, pausar o autocensurar, en nuestro caso, una música magnífica que merece ser interpretada y escuchada”.

Un vocero de la cadena BBC mencionó su programación de música y cultura ucranianas en Radio 3 y otros medios, que incluye un baile de verano en el que participa la Orquesta Ucraniana de la Libertad.

“Seguimos analizando cuidadosamente la programación vinculada a Rusia, considerando todo caso por caso”, indicó.

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