Denuncian memorias de periodista canadiense por describir un abuso sexual como un acto consentido
Greenberg comenta que planteó sus preocupaciones a la editorial Penguin Random House Canada antes de la publicación del libro de Leah McLaren Where You End and I Begin. Foto: Bloomberg/Getty Images

Una cineasta canadiense que presuntamente fue abusada sexualmente cuando era adolescente acusó a la editorial de libros más importante de ese país de publicar intencionalmente un libro de memorias de una de sus presuntos agresores, en el que se describe el incidente como consentido.

En una publicación del 6 de diciembre en Medium, Zoe Greenberg afirmó que fue víctima de un abuso sexual en su juventud.

“Estaba borracha. Estaba llorando. Apenas estaba consciente, de espaldas junto a una alberca. Yo no lo quería. Ambos me agredieron sexualmente. Lo hizo él, después lo hizo ella”, escribió Greenberg, describiendo un presunto abuso por parte de dos de sus amigos cercanos, uno de los cuales es identificado como la escritora Leah McLaren.

Greenberg comenta que planteó sus preocupaciones a la editorial Penguin Random House Canada antes de la publicación del libro de McLaren Where You End and I Begin, y que escribió que vivía con un “trauma en un lugar enterrado al que no podía acceder completamente”, y que solo decidió hacerlo público después de que su presunta agresora publicara unas memorias en las que describía el incidente como consentido.

Según la cronología de los hechos de Greenberg, McLaren la contactó para hablar sobre la posibilidad de escribir “lo que sucedió” para su próximo libro.

Greenberg explica que confrontó a McLaren sobre las acusaciones en persona y grabó la conversación. Según la ley canadiense, las conversaciones pueden ser grabadas con el consentimiento de una sola de las partes.

“Para mi sorpresa, McLaren se disculpó inmediatamente. Dijo que lamentaba haber participado en ello, ‘por ser una participante activa’. Dijo que ‘siempre supo que era horrible, que estaba mal’ y que ‘no era agradable’ para mí”, escribió Greenberg. “Ella dijo que entendió que ‘cuando nuestra amistad terminó, fue por eso, y que todo lo que pasó esa noche fue traumático y horrible'”.

McLaren, una conocida periodista canadiense que ha escrito artículos para The Guardian, señaló que “habló extensamente sobre los acontecimientos de la noche de la fiesta en una alberca” con Greenberg.

“Cuando Zoe planteó sus preocupaciones sobre las páginas del borrador de mis memorias que le había enviado para que las revisara, tomé el asunto en serio. A lo largo de una serie de correos electrónicos, llamadas y reuniones de Zoom, Zoe me habló de sus preocupaciones. Tomé en consideración todas ellas. Basándonos en estas conversaciones, mis editores y yo hicimos las modificaciones que nos parecieron apropiadas”, explicó a The Guardian en un mensaje. “Cuando era adolescente, no agredí a mi mejor amiga de 16 años en una fiesta en una alberca. Tampoco ayudé en su abuso. Mantengo todo lo que escribí”.

Sin embargo, cuando a Greenberg se le mostraron las pruebas del libro dos años más tarde, escribió, le sorprendió que el encuentro fuera presentado como consentido.

“No había ninguna mención de que yo había experimentado esto como un abuso sexual, ninguna mención de cómo ella misma fue una participante activa. Que McLaren describiera mi abuso sexual como la pérdida de mi virginidad –que no lo fue– fue repugnante”, escribió. En el libro, Greenberg es llamada ‘Joni’. “Las páginas continuaban inventando una serie de conversaciones entre nosotras, así como feas mentiras sobre mi familia… McLaren concluía con la sugerencia de que yo era la responsable de lo que ella y el chico me habían hecho aquella noche”.

Greenberg indicó que se reunió con abogados de Penguin Random House Canada para pedir que se retiraran o se modificaran las páginas para reflejar su experiencia. No obstante, después de compartir la grabación de audio de la presunta confesión de McLaren, señala que los editores interrumpieron toda comunicación con ella.

“Pensaba que los editores verificaban las memorias que promocionaban para asegurarse de que eran veraces. Nunca me contactó un verificador de hechos para corroborar algo de lo que se publicó. Nunca me informaron si mi abuso sexual sería descrito con honestidad, o si mi trauma sería tratado con sensibilidad”, escribió. “Me dio la impresión de que, a pesar de que les había presentado una acusación creíble de abuso sexual, a Penguin Random House no le importaba. Y no les importó el tipo de daño que estaban causando al amplificar el engaño de McLaren y comercializarlo como un hecho.”

En un comunicado facilitado a The Guardian, la editorial manifestó que estaba “perturbada y preocupada” por las afirmaciones de Greenberg.

“Es cierto que nuestros abogados internos se pusieron en contacto con un abogado que representaba a Zoe Charlotte Greenberg a principios de año, cuando ella planteó sus preocupaciones acerca de los detalles contenidos en las memorias de Leah McLaren, que en aquel momento estaban a punto de publicarse. Informamos al abogado de Zoe Charlotte Greenberg sobre las formas en que la autora pretendía cambiar el manuscrito, y no tenemos registro de ningún otro contacto de ella o de su abogado que quedara sin respuesta”.

Penguin Random House Canada indicó que se habían realizado “cambios importantes” en los pasajes en respuesta a las peticiones de Greenberg, pero que a la empresa le “entristecía saber” que los cambios no abordaban plenamente sus preocupaciones.
“Aprovecharemos este momento para reflexionar sobre nuestros propios procesos internos e identificar formas en las que podamos servir mejor a nuestros libros, nuestros autores, nuestras comunidades y nuestros lectores”, señaló la editorial.

Greenberg alega que McLaren ha seguido “tergiversando mi abuso sexual” en los medios de comunicación.

En un artículo publicado en julio de 2022 en el periódico Toronto Star para promocionar su libro, McLaren escribió que a los 14 años “acompañé una botella de Schnapps con una pastilla de ácido y terminé haciendo un trío con mi mejor amiga y un chico al que llamaré Scott” en una fiesta en una alberca. “Les prometo que fue mucho menos divertido de lo que parece”, escribió, añadiendo que “los rumores se extendieron por nuestra preparatoria de Toronto” y que Greenberg “rompió conmigo, diciendo que nuestra relación era ‘demasiado intensa'”.

Después de que Greenberg publicara su artículo en Medium, Sarah Polley, una destacada actriz, escritora y directora canadiense, escribió en Twitter que había hablado con Penguin Random House Canadá y que le habían informado que su apoyo al libro de McLaren sería retirado del audiolibro y de los ejemplares en edición de bolsillo.

“Retiré mi apoyo y hablé con la editorial sobre esto hace meses, tan pronto como me enteré”, escribió.

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