Estoy en una relación pero me uní a una página de citas usando fotos falsas
Ilustración: Ellen Wishart/Guardian Design

Soy un hombre de 26 años que tiene un trabajo estable, una relación estable y una vida estable. A pesar de ello, me deleito con la idea de hacer algo alocado y huir de todo.

Hace unos meses, me registré en un sitio de citas utilizando las fotos de otra persona. Tuve muy buenas conversaciones con varias personas, todas mucho más interesantes que mi pareja. En otras ocasiones, cuando entraba a ese sitio utilizando fotos mías, no recibía ni la mitad de atención que la que reciben las fotos de esta otra persona, así que me siento un poco perdido. ¿Soy feo?

No he sentido tanta alegría como cuando recibí cientos de mensajes de posibles pretendientes desde no sé cuándo. Sentía que todos los elogios por mi apariencia, carácter y personalidad iban dirigidos a mí, no a este personaje que había creado.

Hablé extensamente con unas cuantas personas, aunque por supuesto no podía reunirme con ellas o se acabaría el juego. Después de un tiempo borré la cuenta y pensé que ya había terminado con ella, pero los recuerdos siguen ahí. Sé que estas personas probablemente no me querrían como tal cual soy, pero me siento atrapado en mi relación actual. ¿Cómo puedo seguir adelante o terminar las cosas sin revelar la verdad?

Cuando una persona utiliza el adjetivo estable tres veces en una misma oración, deduzco que siente todo menos eso. Parece que hay un abismo entre cómo te sientes realmente y cómo crees que deberías sentirte. Me pregunto si lo que tienes –el trabajo, la vida, la relación– es lo que creíste al crecer que eran cosas que debías conseguir, cuando por dentro hay algo que está gritando.

No se puede obviar el hecho de que has estado engañando a muchas personas, incluida tu pareja, por no hablar de que has utilizado la fotografía de otra persona, lo cual es una violación.

Pero, por supuesto, el mayor engaño es para ti mismo. ¿Te sientes feo? Las fotografías no son buenas para reflejar el espíritu, la motivación, el atractivo. Simplemente muestran una cara, tal vez un cuerpo. Algo parecido a lo que ocurre con las fotos de los agentes inmobiliarios, que nunca explican realmente cómo es una casa. Sin embargo, vale la pena señalar que, aunque te escondías detrás de la apariencia de otra persona, las palabras y las interacciones –a las que respondían las personas– eran todas tuyas.

Consulté al psicoanalista Stephen Blumenthal, que estuvo de acuerdo en que, bajo las afirmaciones de la estabilidad de todo, “la inestabilidad no parece distar mucho de la realidad”. También dijo que, según su experiencia, los hombres son “más propensos a expresar sus problemas con acciones en lugar de con palabras”. Así que no estás satisfecho y, en lugar de hablar de ello, lo exteriorizas.

“Al mentir, dices la verdad, porque revelas algo sobre ti mismo”. Stephen Blumenthal, psicoanalista

No conozco a tu pareja ni sé cuán interesante es él o ella, pero es obvio que no eres feliz, ¿no sería justo hacerle saber, como mínimo, que esta relación no está funcionando para ti, de modo que pueda ser libre de encontrar a alguien a quien sí le parezca interesante? Quizás tu pareja piensa lo mismo de ti.

Blumenthal también comentó: “Al mentir, dices la verdad, porque revelas algo sobre ti mismo. Resulta revelador cuando dices que sabes que a esa gente no le gustarías tal y como eres, porque hay algo en ti que te parece insoportable. La emoción de engañar a otras personas es una forma de ocultar hasta qué punto parece que careces de autoestima. El anonimato parece haberte permitido crear una faceta tuya que no sueles permitirte expresar”.

Con frecuencia, las personas mienten para obtener un beneficio material, pero en este caso, Blumenthal sentía que “la validación era tu moneda de cambio”.

Cuando las personas crean esta distancia a fin de jugar a ser otra persona se debe muchas veces a que temen la intimidad y quieren el control. No puedes intimar con alguien si esa persona no sabe quién eres en realidad”. Blumenthal también se preguntaba si, de niño, solo podías obtener afecto “siendo algo que no eras”.

Me quedé pensando si esto podría estar relacionado con tu sexualidad, y si las personas a las que atraías en internet eran de un género distinto al de tu pareja.

Es posible que encuentres una salida más creativa y honesta para ese otro tú. Pero, por el momento, tienes que hablar con tu pareja.

No hace falta que le cuentes todo –entiendo que puede ser complicado–, pero es evidente que no eres feliz, y tu pareja tiene que saberlo para que pueda tomar decisiones. Una gran pregunta que debes hacerte es: ¿de qué estás huyendo? Solo cuando lo identifiques sabrás hacia dónde huir.

Cada semana, Annalisa Barbieri aborda un problema personal enviado por un lector. Si deseas recibir un consejo de Annalisa, envíanos tu problema a [email protected]. Annalisa lamenta no poder mantener correspondencia personal. Los envíos están sujetos a nuestros términos y condiciones.

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