‘Es como si hubieras estado en un accidente automovilístico’: Efe Obada habla sobre la brutal realidad de la vida en la NFL
Efe Obada ha tenido un notable ascenso en la NFL después de ser abandonado en Londres a los 10 años. Foto: Geoff Burke/USA Today Sports

Efe Obada conoce la alegría de los sacks, la jugada más disruptiva del futbol americano. Ha tacleado a Jalen Hurts, el mariscal de campo de los Philadelphia Eagles, que se enfrentarán el domingo a los Kansas City Chiefs en el Super Bowl. Ha derribado a Tom Brady, el recientemente retirado siete veces ganador del mayor premio de la Liga Nacional de Futbol Americano. Son víctimas de las que cualquier jugador se sentiría orgulloso.

Para Obada, extremo defensivo de los Washington Commanders nacido en Nigeria y criado en una casa de acogida en Londres tras ser abandonado en la calle a los 10 años por una mujer a la que su madre le pagó para que lo trasladara a él y a su hermana desde Holanda, también marcan un ascenso notable. Sin embargo, Obada, un veterano con cinco temporadas en la NFL, es franco respecto a los costos de este deporte, el más brutal pero tácticamente complejo.

“Al día siguiente, es como si hubieras estado en un accidente automovilístico”, comenta. “Es un deporte de contacto. Manejo del dolor, manejo de las lesiones. Eso forma parte de ser un profesional”.

Obada está hablando sobre la realidad de hombres blindados de 136 kg que se lanzan unos contra otros a toda velocidad en un momento interesante para la NFL. Antes del final de temporada, previsto para el domingo en la ciudad de Glendale, Arizona, jugadores y entrenadores tienen que hacer frente a un año en el que Damar Hamlin, del equipo de Buffalo, sufrió un paro cardíaco tras recibir un contundente golpe en el pecho durante una tacleada rutinaria y estuvo a punto de morir en la cancha, y en el que el mariscal de campo de los Miami Dolphins, Tua Tagovailoa, quedó fuera de juego durante varias semanas tras sufrir dos conmociones cerebrales, lo que provocó temores de que tuviera que retirarse a la edad de 24 años.

Y el domingo pasado, por primera vez, el partido de final de temporada del Pro Bowl, para los mejores jugadores que no participan en el Super Bowl, cambió del futbol americano de pleno contacto al tocho bandera, un tipo de juego en el que no se utilizan cascos, protecciones ni contacto, y que tiene similitudes con el touch rugby. La decisión tardó en materializarse después de que los jugadores mostraran su falta de entusiasmo por una competencia de contacto total una vez terminada la temporada.

Resultó ser una muestra de una versión pacifista del futbol americano que es más atractivo para los padres y los jugadores disuadidos por la amenaza de lesiones cerebrales graves. Los tacleos se producen arrancando banderas en forma de cinta del cinturón del jugador, en lugar de estrellar al adversario contra el césped. A algunos no les gusta. El veterano periodista de la NFL Mike Florio comentó el lunes: “Me encanta el futbol americano… El tocho bandera no es futbol americano”.

No obstante, podría ser el modo en que el deporte forme parte de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028 y también es la versión que la NFL está promoviendo en el Reino Unido mientras trabaja para establecer uno o más equipos en Londres y posiblemente una división europea.

Su fundación en el Reino Unido anunció el martes que el organismo Sport England aportará 250 mil libras (unos 5 millones de pesos) para financiar programas de tocho bandera de la NFL en colaboración con organizaciones benéficas locales en el Gran Manchester y Birmingham. Su propia experiencia ha demostrado que el deporte atrae a niños y niñas y que llega a sectores de la sociedad que, de otro modo, no estarían suficientemente representados en el deporte. La escuela primaria Little Ealing, ubicada en el oeste de Londres, representó al Reino Unido en el campeonato Pro Bowl celebrado la semana pasada en Las Vegas con un equipo mixto.

Obada, que dice estar “viviendo mi mejor vida” jugando el deporte de pleno contacto, es un aficionado. “Puedes empezar a hacer que los niños jueguen a una edad mucho más temprana y podemos convencer a los padres porque no tienen que preocuparse por el contacto”.Además, “si no tienes cascos y sabes que no hay contacto, eso en cierto modo da pie a que se hable peor”.

La NFL cree que el tocho bandera es “el futuro del futbol”, por no decir el sustituto del juego de pleno contacto, que sigue siendo el deporte más popular en Estados Unidos y atrae a más de 100 millones de telespectadores con motivo del Super Bowl. La participación en el futbol 11 en las escuelas secundarias está disminuyendo de forma paralela a la creciente preocupación por las graves consecuencias a largo plazo de las repetidas conmociones cerebrales. “Sin duda, es un futuro para hacer que (el juego) sea más accesible”, comenta Henry Hodgson, director general de la NFL en el Reino Unido, que lo describió como “una verdadera herramienta para que globalicemos el deporte”.

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El Pro Bowl de este año prescindió de los impactos y los cascos en favor del tocho bandera. Foto: Stephen Greathouse/Shutterstock

“Esto siembra la afición por este deporte y si seguimos aumentando la afición… y la gente lo ve y disfruta de este deporte, entonces uno pensaría que nos encontraríamos en una mejor posición para contar potencialmente con una franquicia en el Reino Unido”.

El año pasado, el comisionado de la NFL, Roger Goodell, señaló que la creación de dos equipos en Londres y una división europea eran una posibilidad tras agotar fácilmente las entradas para los partidos de temporada regular en Londres desde hace varios años y organizar un primer partido de liga en Múnich en 2022, que contó con un ferviente apoyo.

Obada, que desde su primer partido de temporada regular de la NFL en 2017 con los Carolina Panthers también jugó con los Buffalo Bills, respalda la iniciativa de expandir la versión sin contacto de este deporte. El jugador aprendió futbol americano mientras jugaba para los London Warriors, un equipo amateur que entrena en la ciudad de Croydon y también ofrece el tocho bandera.

Comenta que las graves preocupaciones sobre Tagovailoa y otras lesiones en la cabeza “arrojaron luz sobre la conmoción cerebral”. ” Sí te preocupas al respecto. Pero simplemente forma parte del deporte. Tienes que confiar en tu técnica. Rezas y esperas no ser una de esas personas”.

Una gran mayoría de los cerebros de jugadores de la NFL donados tras su muerte a investigadores de la Universidad de Boston mostraban signos de encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad neurodegenerativa asociada a traumatismos repetitivos en la cabeza, según reveló un estudio de 2017. Jugadores de élite tambaleándose sobre piernas gelatinosas después de sufrir traumatismos en la cabeza han vuelto a ser un espectáculo inquietante esta temporada, ya sea Tagovailoa o el receptor abierto de los New England Patriots DeVante Parker.

Obada tiene cierta fe en las mejoras introducidas en los cascos y otros equipos, así como en el endurecimiento de las reglas para proteger a algunos jugadores, y comenta: “El deporte es consciente de cuán peligroso es y está haciendo cambios con el fin de compensarlo.”

Independientemente de los peligros, la sensación de derribar a un mariscal de campo de primer nivel sigue siendo una gran motivación para él. Como extremo defensivo, taclear al mariscal de campo antes de que pueda pasar el balón –un sack– es su razón de ser. “Así es como te compensan, así es como conoces tu valor, así es como te distingues”, explica.

Se requiere habilidad, velocidad y fuerza para superar a los grandes jugadores de línea ofensiva, e incluso los mejores no llegaron a los 20 sacks esta temporada. “Es muy difícil conseguirlo”, comenta. “Tienes que llegar al mariscal de campo en dos o tres segundos. Por eso, cuando llegas hasta allí es increíble. Estás lleno de energía, sientes la adrenalina de saber que tienes al tipo”.

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