Demanda mundial de agua superará oferta en 40% antes de 2030: expertos
Bajos niveles de agua en la presa hidroeléctrica de Lac de Chambon en Éguzon, Francia. Foto: Hubert Psaila Marie/ABACA/Rex/Shutterstock

El mundo se enfrenta a una inminente crisis del agua, ya que se prevé que la demanda supere a la oferta de agua dulce en un 40% para finales de esta década, indicaron los expertos en la antesala de una cumbre crucial de la ONU sobre el agua.

Los gobiernos deben dejar urgentemente de subvencionar la extracción y el uso excesivo de agua mediante subvenciones agrícolas mal orientadas, y las industrias, desde la minera hasta la manufacturera, deben modificar sus prácticas de desperdicio, según indicó un informe histórico sobre la economía del agua.

Las naciones deben empezar a gestionar el agua como un bien común global, porque la mayoría de los países dependen en gran medida de sus vecinos para abastecerse de agua, y el uso excesivo, la contaminación y la crisis climática suponen una amenaza para el suministro de agua a nivel mundial, señalan los autores del informe.

Johan Rockstrom, director del Potsdam Institute for Climate Impact Research, copresidente de la Comisión Mundial sobre la Economía del Agua y autor principal del informe, comentó a The Guardian que el descuido mundial de los recursos hídricos estaba conduciendo al desastre. “La evidencia científica es que tenemos una crisis del agua. Estamos haciendo un mal uso del agua, la estamos contaminando y estamos cambiando todo el ciclo hidrológico global, a través de lo que le estamos haciendo al clima. Es una triple crisis”.

La colega de Rockstrom y copresidenta de la Comisión Mundial sobre la Economía del Agua, Mariana Mazzucato, profesora del University College de Londres y autora principal del informe, añadió: “Necesitamos un enfoque mucho más proactivo y ambicioso del bien común. Tenemos que situar la justicia y la equidad en el centro de todo esto, no es simplemente un problema tecnológico o financiero”.

El informe constituye la primera ocasión en que se analiza exhaustivamente el sistema hídrico mundial y se expone con claridad su valor para los países –así como los riesgos que conlleva para su prosperidad el hecho de descuidar el agua–. Al igual que con el informe Stern sobre la economía de la crisis climática publicado en 2006 y el Informe Dasgupta sobre la economía de la biodiversidad publicado en 2021, los autores del informe pretenden destacar la crisis de un modo que los legisladores y los economistas puedan reconocer.

Muchos gobiernos aún no son conscientes de su grado de interdependencia en materia de agua, según indica Rockstrom. La mayoría de los países dependen de la evaporación del agua de los países vecinos para obtener alrededor de la mitad de su suministro, fenómeno conocido como agua “verde” porque se almacena en el suelo y procede de la transpiración de los bosques y otros ecosistemas, cuando las plantas absorben agua del suelo y liberan vapor al aire a través de sus hojas.

El informe presenta siete recomendaciones clave, entre ellas la reestructuración de la gestión mundial de los recursos hídricos, el aumento de la inversión destinada a la gestión del agua a través de asociaciones público-privadas, la fijación adecuada de los precios del agua y la creación de “asociaciones por el agua justa” para recaudar fondos para proyectos hídricos en países en desarrollo y de ingresos medios.

Cada año se destinan más de 700 mil millones de dólares (unos 13 billones de pesos) a subvenciones para la agricultura y el agua y, a menudo, estas subvenciones fomentan el consumo excesivo de agua. Además, se deben solucionar urgentemente las fugas de agua, según indicó el informe, y otra de las prioridades debería ser la restauración de los sistemas de agua dulce, como los humedales.

El agua es fundamental para la crisis climática y la crisis alimentaria mundial. “No se producirá una revolución agrícola a menos que solucionemos el problema del agua”, señaló Rockstrom. “Detrás de todos estos retos a los que nos estamos enfrentando, siempre se encuentra el agua, y nunca hablamos del agua”.

Muchas de las formas en que se utiliza el agua son ineficaces y requieren cambios, y Rockstrom mencionó los sistemas de alcantarillado de los países desarrollados. “Resulta bastante sorprendente que utilicemos agua dulce y segura para transportar excrementos, orina, nitrógeno, fósforo… y que después necesitemos tener plantas de tratamiento de aguas residuales ineficaces que filtran el 30% de todos los nutrientes a los ecosistemas acuáticos que se encuentran aguas abajo, destruyéndolos y provocando zonas muertas. Realmente nos estamos engañando a nosotros mismos con este sistema lineal, hídrico y moderno de tratamiento de residuos. Se necesitan innovaciones masivas”.

La cumbre de la ONU sobre el agua, liderada por los gobiernos de los Países Bajos y Tayikistán, se llevará a cabo en Nueva York el 22 de marzo. Los líderes mundiales están invitados, aunque se espera que solo asistan unos pocos, ya que la mayoría de los países estarán representados por ministros o altos funcionarios. Se tratará de la primera vez en más de cuatro décadas que la ONU se reúne para debatir sobre el agua, ya que los intentos anteriores se vieron frustrados por la renuencia de los gobiernos a aceptar cualquier tipo de gestión internacional de este recurso.

Henk Ovink, enviado especial de los Países Bajos para asuntos internacionales relacionados con el agua, comentó a The Guardian que la conferencia era crucial. “Si queremos tener alguna esperanza de resolver nuestra crisis climática, nuestra crisis de biodiversidad y otros retos mundiales en materia de alimentación, energía y salud, tenemos que cambiar de forma radical nuestro enfoque sobre cómo valoramos y gestionamos el agua”, afirmó. “(Esta) es la mejor oportunidad que tenemos de convertir al agua en el núcleo de la acción mundial para garantizar que las personas, los cultivos y el medio ambiente sigan disponiendo del agua que necesitan”.

Siete llamados a la acción en materia de agua

1

Gestionar el ciclo global del agua como un bien común mundial, que debe ser protegido de forma colectiva y en beneficio de nuestros intereses comunes.

2

Garantizar agua segura y adecuada para todos los grupos vulnerables, y trabajar con la industria para aumentar la inversión en agua.

3

Dejar de reducir el precio del agua. Un sistema de fijación de precios adecuado y las ayudas específicas para los pobres permitirán que se utilice el agua de forma más eficiente, equitativa y sostenible.

4

Reducir los más de 700 mil millones de dólares anuales en subvenciones para la agricultura y el agua, que con frecuencia fomentan el consumo excesivo de agua, y reducir las fugas en los sistemas hídricos.

5

Crear “asociaciones por el agua justa” que puedan movilizar fondos para los países de ingresos bajos y medios.

6

Adoptar medidas urgentes esta década en cuestiones como la restauración de los humedales y de los recursos hídricos subterráneos agotados, el reciclaje del agua utilizada en la industria, la transición a una agricultura de precisión que utilice el agua de forma más eficiente y que las empresas informen sobre su “huella hídrica”.

7

Reformar la gestión del agua a nivel internacional e incluir el agua en los acuerdos comerciales. La gestión también debe tomar en consideración a las mujeres, los agricultores, los pueblos indígenas y otras personas que se encuentran en el frente de la conservación del agua.

Este artículo fue modificado el 17 de marzo de 2023. Una versión anterior, basada en cifras de una versión preliminar del informe de la Comisión Mundial sobre la Economía del Agua, indicaba que las subvenciones destinadas a la agricultura y el agua ascendían a 1 billón de dólares al año; esta cifra fue modificada a 700 mil millones de dólares, según el informe final.

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