Protestan por reunión de Sunak y Netanyahu en Downing Street
Activistas protestan afuera de Downing Street en Londres usando máscaras que representan a Benjamin Netanyahu y Rishi Sunak el jueves. Foto: Henry Nicholls/Reuters

El primer ministro de Reino Unido Rishi Sunak hizo hincapié en la necesidad de defender los valores democráticos cuando se reunió con el primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu para dialogar el viernes, informó la oficina del premier británico, en alusión al intento del gobierno israelí de reformar el poder judicial.

Sunak se enfrenta a las peticiones de que tome más medidas para distanciar al Reino Unido de su homólogo israelí y del extremismo del gobierno de coalición de derecha de Netanyahu, el cual se ha enfrentado a protestas masivas por sus intentos de incrementar el poder de los políticos sobre los tribunales.

Después de una reunión en Downing Street en Londres, el viernes, la oficina de Sunak indicó que “hizo hincapié en la importancia de defender los valores democráticos que sustentan nuestra relación, incluso en las reformas judiciales propuestas en Israel”.

Netanyahu dejó atrás un país sumido en la agitación y su gobierno de coalición desgarrado por las divisiones sobre si debería posponer los cambios judiciales que han provocado 11 semanas de manifestaciones y revelado las profundas fracturas que existen en la sociedad israelí.

Fue recibido por cientos de manifestantes a su llegada al número 10 de Downing Street con manifestantes que sostenían banderas israelíes y gritaban consignas como “¡Boosha!”, que significa “¡por vergüenza!” en hebreo, y “¡Netanyahu vete a la cárcel, no puedes hablar en nombre de Israel!”.

El primer ministro israelí pretendía que su visita se centrara en la amenaza que representa para la seguridad mundial el programa nuclear de Irán. La visita coincidió con el ataque de Estados Unidos contra una instalación de la Guardia Revolucionaria Islámica en Siria, perpetrado en represalia por el asesinato de un contratista estadounidense en una base militar estadounidense.

El viaje de Netanyahu a Londres, cancelado la semana pasada, fue anunciado inicialmente como una oportunidad para que expusiera su exigencia de que Occidente apoyara a Israel si consideraba que era necesario emprender acciones militares contra el programa nuclear de Irán. En Noruega se han entablado conversaciones diplomáticas indirectas para instar a Irán a que comprenda los riesgos que conlleva seguir acumulando reservas de uranio enriquecido a niveles de hasta el 60%. Los funcionarios estadounidenses siguieron indicando que se considerarían otras opciones contra Teherán además de las sanciones económicas.

Sin embargo, las sucesivas protestas nacionales y el aumento de la violencia en Cisjordania amenazan con desbaratar los objetivos más generales de política exterior de Netanyahu. Hasta la fecha ha visitado Alemania e Italia para dialogar sobre la crisis iraní.

Durante la reunión en el Reino Unido, los dos dirigentes discutieron “la significativa preocupación del Reino Unido y de Israel por la actividad desestabilizadora de Irán” y el riesgo de “proliferación nuclear” que supone su programa atómico, informó Downing Street. Su declaración contenía la promesa de alcanzar en poco tiempo un acuerdo de libre comercio con Israel, así como el compromiso de que Sunak visitaría Israel en un futuro próximo.

“El Reino Unido siempre apoyará a Israel y su capacidad para defenderse”, indicó la oficina de Sunak. “Al mismo tiempo, el primer ministro destacó la preocupación internacional respecto a las crecientes tensiones en Cisjordania y el riesgo de que se socaven las iniciativas a favor de la solución de dos Estados. Exhortó a que se realizaran todos los esfuerzos posibles para disminuir la tensión, particularmente de cara a las próximas festividades religiosas”.

Los políticos británicos pidieron a Sunak que no recibiera formalmente a Netanyahu. La presidenta del Comité Selecto de Asuntos Exteriores, Alicia Kearns, advirtió sobre el peligro que supondría una tercera intifada, y añadió que no estaba segura de que el hecho de que Netanyahu visitara ahora Gran Bretaña fuera acertado.

“Israel tiene muchos amigos en el Parlamento y las personas de aquí están acostumbradas a defenderlo, pero es posible que estemos avanzando hacia un lugar diferente. Si se agrava el conflicto constitucional, las críticas contra el gobierno israelí se volverán mucho más habituales”.

Añadió que las nuevas políticas del gobierno israelí estaban causando una gran inquietud. Comentó: “No queremos ver a ministros sugiriendo que Jordania no existe, o la expansión de los asentamientos en Cisjordania”.

El grupo de diputados liberal-demócratas envió una carta a Sunak en la que señaló que la visita de Netanyahu corría el riesgo de transmitir la señal de que el Reino Unido apoyaba las acciones de Israel, e instó al primer ministro a cuestionar la amenaza que se cierne sobre la independencia judicial.

También existe una profunda frustración entre algunos diplomáticos árabes por lo que consideran un enfoque británico tradicional hacia un gobierno israelí que, según indican ellos, tiene un carácter diferente al de cualquiera de sus predecesores, un hecho que consideran que Gran Bretaña no está reconociendo. Esta actitud contrasta con la postura más firme adoptada por el gobierno de Joe Biden.

El enojo surge, en parte, de la firma por parte del Reino Unido de un documento de amistad con Israel, en el que se establecen planes para estrechar los lazos bilaterales hasta el año 2030. El documento no hizo ninguna referencia a la solución de dos Estados para la cuestión palestina.

El embajador palestino en el Reino Unido, Husam Zomlot, describió el plan y la visita de Netanyahu como un profundo revés para las posibilidades de paz basadas en la solución de dos Estados. Los acuerdos de 2030, señaló, “representan una abdicación de las responsabilidades del Reino Unido en virtud del derecho internacional y de la responsabilidad única del Reino Unido en la cuestión palestina”.

Indicó que en el contexto de la aceleración del desarrollo de los asentamientos, el aumento del terrorismo de los colonos y los comentarios públicamente racistas de miembros del gobierno de Netanyahu, el Reino Unido estaba “enviando precisamente el mensaje equivocado en el momento equivocado” al recompensar a Israel con la ampliación de sus vínculos comerciales, tecnológicos y de seguridad.

El ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, que se reunió el miércoles con el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, James Cleverly, se indignó por las afirmaciones del ministro de Finanzas de extrema derecha de Israel, Bezalel Smotrich, quien dijo que no existía el pueblo palestino.

Safadi reiteró sus protestas el jueves en una llamada telefónica con el responsable de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrel, señalando que el gobierno israelí debe rechazar “los comentarios imprudentes y repugnantes” de su ministro de Finanzas.

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