Rusia detiene a periodista del WSJ y lo acusa de espionaje
Gershkovich es el primer periodista de un medio de comunicación estadounidense en ser detenido por cargos de espionaje en Rusia desde la Guerra Fría. Foto: WSJ

Las autoridades rusas detuvieron a un periodista estadounidense que trabajaba en el país y lo acusaron de espionaje, cargo que podría acarrear una pena de hasta 20 años de cárcel.

El servicio de seguridad ruso FSB (Servicio Federal de Seguridad) indicó que Evan Gershkovich, un respetado reportero del periódico Wall Street Journal, “estaba recopilando información clasificada sobre las actividades de una de las empresas del complejo militar-industrial ruso”.

Gershkovich fue detenido el miércoles durante un viaje periodístico a la ciudad de Ekaterimburgo, en los Urales. El jueves compareció en el juzgado de Lefortovo, en Moscú, para una breve audiencia en la que se presentaron oficialmente los cargos. El tribunal ordenó que permaneciera en prisión preventiva al menos hasta el 29 de mayo, informaron los medios de comunicación locales. El FSB afirmó que Gershkovich “actuaba bajo instrucciones de la parte estadounidense”.

El periodista, de 31 años, vive en Moscú desde hace seis años, habla ruso con fluidez y está acreditado como periodista ante el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia. Antes de trabajar para el Wall Street Journal, Gershkovich trabajó en Rusia para el periodico Moscow Times y la agencia de noticias Agence France-Presse.

Al parecer, antes de su detención, Gershkovich estaba trabajando en un reportaje sobre Wagner, el grupo militar teóricamente privado dirigido por el empresario Yevgeny Prigozhin, que ha librado gran parte de los combates en Ucrania.

Desde que Vladimir Putin, el presidente de Rusia, decidió iniciar una invasión a gran escala en Ucrania el pasado mes de febrero, la labor informativa desde el interior del país se ha vuelto mucho más difícil. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha incluido a decenas de periodistas en listas negras, prohibiéndoles la entrada, y denegando la acreditación a otros.

Diversas leyes, entre ellas una que prohíbe las “falsificaciones”, han hecho que sea difícil y peligroso informar con honestidad sobre la guerra desde el interior de Rusia, y muchos periodistas han salido del país.

No obstante, se trata de la primera vez que un reportero extranjero es acusado de un delito desde el comienzo de la guerra, y Gershkovich es el primer reportero estadounidense acusado de espionaje en Rusia desde el final de la Guerra Fría.

Maria Zakharova, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, escribió en Telegram en la mañana del jueves que no era la primera vez que se utilizaba una acreditación periodística en Rusia como “fachada” para realizar otras actividades.

“Lo que el empleado del Wall Street Journal estaba haciendo en Ekaterimburgo no tenía ninguna relación con el periodismo”, escribió.

Dmitry Peskov, vocero de Putin, señaló que Gershkovich fue “atrapado in fraganti”, informó la agencia de noticias rusa RIA Novosti.

Amigos y colegas de Gershkovich calificaron las acusaciones como absurdas, describiendo a Gershkovich como un profesional y las acusaciones presentadas contra él como “ridículas”.

The Wall Street Journal niega vehementemente las acusaciones formuladas por el FSB y solicita la liberación inmediata de nuestro confiable y dedicado reportero, Evan Gershkovich. Nos solidarizamos con Evan y su familia”, indicó el periódico en un comunicado.

Las detenciones de alto perfil de extranjeros en Rusia con frecuencia parecen tener como objetivo aumentar la “reserva de intercambio” de presos que pueden canjear por rusos detenidos en el extranjero.

El año pasado, las autoridades rusas detuvieron a la jugadora de basquetbol estadounidense Brittney Griner, por cargos de drogas, y la condenaron a nueve años de prisión. En diciembre fue intercambiada por Viktor Bout, un traficante de armas conocido como el Mercader de la Muerte, que llevaba mucho tiempo detenido en Estados Unidos.

La semana pasada, algunas fuentes indicaron que los países occidentales y Rusia mantuvieron negociaciones para el posible intercambio de dos presuntos espías rusos infiltrados detenidos en Eslovenia, pero que no había sido posible llegar a un acuerdo.

Algunos analistas especularon con la posibilidad de que la presentación de los cargos de espionaje contra Gershkovich tenía como objetivo mejorar la posición negociadora de Rusia.

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