“Absurdo a un nuevo nivel”, Rusia asumirá presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, habla con el embajador de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia. Foto: Justin Lane/EPA

En Ucrania, Moscú está llevando a cabo una guerra de agresión no provocada. En La Haya, Vladimir Putin se enfrenta a una orden de detención por crímenes de guerra. Pero en la ONU, Rusia está a punto de asumir el mando de un poderoso órgano internacional, el Consejo de Seguridad.

A partir del sábado, le tocará a Rusia asumir la presidencia mensual del Consejo integrado por 15 miembros, conforme a la rotación que no se ha visto afectada por la guerra de Ucrania.

La última vez que Rusia empuñó el mazo fue en febrero del año pasado, cuando Putin declaró su “operación militar especial” en plena sesión del Consejo relativa a Ucrania.

Catorce meses después, han muerto decenas de miles de personas, muchas de ellas civiles, las ciudades han quedado en ruinas y Putin está acusado por la Corte Penal Internacional del secuestro masivo de niños ucranianos.

En tales circunstancias, poner a Rusia al mando de un organismo mundial encargado de “mantener la paz y la seguridad internacionales” parece ser una broma cruel del día de los inocentes para muchos, sobre todo para la misión ucraniana ante la ONU.

“A partir del 1 de abril, elevarán el nivel de absurdo a un nuevo nivel”, señaló Sergiy Kyslytsya, representante permanente ucraniano. “El consejo de seguridad, tal como está diseñado, queda inmovilizado y es incapaz de abordar las cuestiones de su responsabilidad principal, es decir, la prevención de conflictos y, después, lidiar con los conflictos”.

El embajador comentó que Ucrania se mantendría al margen del consejo de seguridad durante el mes de abril, salvo que surgiera una “cuestión de interés crítico para la seguridad nacional”. Ucrania no es miembro actual del Consejo, aunque con frecuencia es convocada para tratar asuntos relacionados con la guerra.

Es probable que Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y sus partidarios en el Consejo muestren su desaprobación reduciendo el nivel de su representación en los eventos organizados por Rusia durante el mes, pero no se tiene conocimiento de que algún Estado miembro esté planeando algún tipo de boicot u otro tipo de protesta.

El jueves, Estados Unidos instó a Rusia a “comportarse profesionalmente” cuando asuma el cargo, pero señaló que no existía medio alguno para impedir que Moscú ocupara el puesto. El Kremlin indicó el viernes que Rusia tiene planeado ejercer todos sus derechos en el Consejo.

Los diplomáticos presentes en la sede de la ONU en Nueva York señalan que en abril, como en cualquier otro mes, la mayor parte de la actividad del Consejo se centra en las reuniones informativas rutinarias y los informes sobre las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU en todo el mundo.

“Es importante proteger el resto del trabajo del Consejo en otros asuntos”, indicó un diplomático europeo. “No queremos interrumpir el trabajo que el consejo está llevando a cabo en otras partes, porque eso permitiría que la invasión de Rusia tuviera un impacto todavía mayor en cuestiones de paz y seguridad en todo el mundo”.

La presidencia del Consejo otorga a su titular mensual la facultad de organizar sus propias sesiones, y Rusia tiene programadas tres. El 10 de abril mantendrá una sesión informativa sobre los “riesgos derivados de las violaciones de los acuerdos que regulan la exportación de armas y equipos militares”, en la que se espera que señale a Estados Unidos por sus suministros de armas a Ucrania y a otros aliados en los últimos años.

A finales de mes, presidirá dos debates abiertos sobre el “multilateralismo efectivo” y sobre la situación en Medio Oriente, que se espera que presida su ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov.

La última ocasión en que un miembro permanente del Consejo emprendió una invasión no provocada fue el ataque de Estados Unidos contra Irak. Estados Unidos no fue sometido a la humillación de las repetidas derrotas abrumadoras en la asamblea general de la ONU como las que Rusia ha sufrido en el último año, en el que unos 140 de los 193 Estados miembros votaron en contra de las posturas de Moscú, dejando a Bielorrusia, Eritrea, Siria y Corea del Norte como los únicos amigos de confianza de Rusia.

El representante permanente suplente de Rusia, Dmitry Polyanskiy, negó que su misión se estuviera convirtiendo en un paria en la ONU. “En absoluto. Creemos que actualmente Occidente se encuentra asediado en la ONU porque cada vez más países comprenden nuestra postura”, señaló Polyanskiy, afirmando que los aliados occidentales tuvieron que moderar las resoluciones y presionar para conseguir 140 votos. “Así que creo que más bien Occidente está aislado, pero nosotros no en la Asamblea General”.

En lo que respecta a la orden de detención de la CPI contra Putin, Polyanskiy la descartó como “totalmente irrelevante para cualquiera de nuestras actividades”. La última vez que el líder ruso viajó a la sede de la ONU fue en 2015.

En el Consejo de Seguridad, el equilibrio de las fuerzas diplomáticas es menos nítido que en la Asamblea General. La división entre los cinco miembros permanentes: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China, se reforzó considerablemente, ya que China coincide regularmente con los puntos clave de Rusia en el Consejo.

La Asamblea General elige a los diez miembros no permanentes por periodos de dos años. Entre el grupo actual, Mozambique, Emiratos Árabes Unidos y Gabón se han mostrado en general neutrales respecto a la invasión de Ucrania.

Brasil se inclina hacia la neutralidad. Polyanskiy comentó que el grupo “BRICS”, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se estaba cohesionando y afirmó que había otros 20 países interesados en afiliarse al grupo.

Richard Gowan, director para la ONU de la organización International Crisis Group, señaló que, bajo la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, Brasil estaba “haciendo un esfuerzo para entablar un diálogo con Rusia y posicionarse como posible mediador respecto a Ucrania”.

“No creo que Rusia tenga muchos aliados cercanos en el Consejo, pero muchos miembros del Consejo realmente quieren evitar quedar atrapados en grandes juegos de poder”, comentó Gowan.

“Existe una clara sensación de que muchos miembros del consejo quieren desviar la atención hacia otras crisis que no sean la de Ucrania, en las que la ONU pueda hacer algún bien marginalmente mayor”.

No hay ninguna sesión del Consejo de Seguridad sobre Ucrania programada para abril, pero nueve miembros pueden votar para forzar su inclusión en la agenda, o los miembros pueden organizar sesiones informales sobre el tema.

El evidente estancamiento y parálisis del Consejo en relación con Ucrania ha contribuido a realzar la importancia de la Asamblea General, pero pocos esperan que introduzca las tan esperadas reformas en el funcionamiento del Consejo, creado por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial.

Lo más probable, reconoció Kyslytsya, es que “todos se acostumbren a este nuevo nivel de hipocresía global”.

“Eso será una desgracia”, añadió. “Pero creo que hay bastantes probabilidades de que eso ocurra”.

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