La disputa entre Disney y DeSantis gira en torno a cláusula que hace referencia al rey Carlos III
Ron DeSantis, gobernador de Florida, habla con los periodistas el lunes. Foto: Matias J Ocner/AP

La disputa entre el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y Disney por el control del distrito del parque temático de la empresa en Florida gira en torno a una cláusula que hace referencia al rey Carlos III y sus descendientes.

La disputa comenzó después de que DeSantis aprobó en marzo de 2022 la ley “no digas gay”, que prohíbe la enseñanza de los temas de orientación sexual e identidad de género en las escuelas.

La ley fue sumamente polémica, y los activistas LGBTQ+ señalaron que era discriminatoria. El presidente estadounidense, Joe Biden, la denunció como “llena de odio”.

Bajo el mandato del exdirector ejecutivo Bob Chapek, Disney dudó inicialmente en manifestar públicamente su oposición al proyecto de ley, sin embargo, lo hizo después de verse presionada. Esto provocó que DeSantis y los republicanos de Florida intentaran revocar los privilegios que Disney ha tenido durante décadas en su parque temático, que emplea a 75 mil personas.

No obstante, al parecer, la nueva junta directiva designada por DeSantis el miércoles tendrá que anular los acuerdos de última hora que le impedirían asumir el control.

El documento establece que sus disposiciones serán válidas hasta “21 años después de la muerte del último superviviente de los descendientes del rey Carlos III, rey de Inglaterra vivo a la fecha de esta declaración”.

Las “cláusulas reales” de este tipo se utilizan para evitar las normas que disponen algunos lugares contra los contratos que duran indefinidamente. Se eligió a la familia real británica para las cláusulas porque era fácil obtener información sobre el árbol genealógico, aunque también por la “mejor atención médica disponible y la mayor esperanza de vida de un miembro de la familia real en comparación con una persona ajena a la realeza”, según indicó el despacho de abogados Birketts.

En febrero, la Cámara de Representantes del Estado de Florida aprobó un proyecto de ley cuyo objetivo es poner fin al inusual estatus que permitía que Disney World se autogobernara. En virtud de ese estatus, Disney World disponía de sus propios departamentos de policía y bomberos, competencias de planeación y algunas otras funciones públicas.

El proyecto de ley le otorgaba a DeSantis el poder de designar a los cinco miembros de la junta que controla los servicios gubernamentales del distrito de Reedy Creek.

“Tendremos que resolverlo y corregirlo”, señaló el miércoles Brian Aungst, miembro de la junta, sobre los acuerdos de última hora, según informó la agencia de noticias Associated Press. “Constituye una subversión de la voluntad de los votantes, de la legislatura y del gobernador. Evade por completo la autoridad de esta junta para gobernar”.

En un comunicado, Disney indicó: “Todos los acuerdos firmados entre Disney y el Distrito fueron convenientes, y se discutieron y aprobaron en foros públicos abiertos y notificados en cumplimiento con la ley de Florida ‘Government in the Sunshine'”.

El palacio de Buckingham declinó realizar comentarios.

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