Desmienten aliados de EU documentos filtrados del Pentágono
El Departamento de Justicia estadounidense inició una investigación sobre la aparente filtración de documentos del Pentágono. Foto: AFP/Getty Images

Un gran caché que contiene lo que parecen ser documentos clasificados del Pentágono y que circula por los canales de las redes sociales se está convirtiendo en una fuente creciente de inquietud para las agencias de inteligencia estadounidenses, ya que numerosos aliados se han visto obligados a desmentir las supuestas filtraciones.

Media docena de fotografías de documentos clasificados impresos, en su mayoría relativos a la situación de la guerra en Ucrania a principios de marzo, empezaron a ser compartidos en los canales rusos de Telegram a mediados de la semana pasada, a pesar de que la investigación de la organización de inteligencia de código abierto Bellingcat sugiere que los rumores circularon en los tableros de imágenes de nichos de juegos varias semanas antes.

El viernes, un nuevo conjunto de más de 100 documentos del Pentágono fue compartido en Twitter, aparentemente revelando información confidencial que las agencias de espionaje estadounidenses obtuvieron, no solo sobre Rusia y su guerra de agresión contra Kiev, sino también sobre supuestos aliados como Israel y Corea del Sur.

Aunque al menos algunas de las imágenes de la primera filtración parecían estar burdamente manipuladas, la autenticidad del último conjunto no fue cuestionado de inmediato.

El periódico New York Times describió la filtración como “una pesadilla para los Cinco Ojos”, la alianza de inteligencia integrada por Australia, Canadá, Nueva Zelanda, el Reino Unido y Estados Unidos.

El domingo, la oficina del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, emitió un comunicado en el que rechazó firmemente una afirmación hecha en uno de los documentos filtrados: que la agencia de inteligencia exterior israelí había alentado a su personal y a los ciudadanos israelíes a participar en la ola de protestas antigubernamentales de marzo realizadas en todo el país.

“El Mossad y su personal directivo en funciones no se han involucrado en absoluto en la cuestión de las manifestaciones y están dedicados a los valores de servicio prestados al Estado que han guiado al Mossad desde su fundación”, señalaba el comunicado.

El documento filtrado, clasificado como ultra secreto, indicaba que en febrero, altos cargos del Mossad “abogaron por que funcionarios del Mossad y ciudadanos israelíes protestaran contra las reformas judiciales propuestas por el nuevo gobierno israelí, lo que incluyó varios llamados explícitos a la acción que criticaron al gobierno israelí, según la inteligencia de señales”.

Aunque el propósito del Mossad no está definido por la ley, la agencia de espionaje no debe inmiscuirse en asuntos de política interior.

Por su parte, funcionarios del gobierno de Corea del Sur indicaron el domingo que eran conscientes de que otro documento filtrado sugería que los servicios de inteligencia estadounidenses espiaron a sus aliados en Seúl, y que tenían previsto “mantener las consultas necesarias con la parte estadounidense” en relación con las cuestiones que suscitó la filtración.

Al menos dos de los documentos filtrados del Pentágono, basados parcialmente en comunicaciones de los servicios de inteligencia extranjeros interceptadas, describen la preocupación de Corea del Sur respecto a las presiones de Estados Unidos para que ayude a Ucrania en su esfuerzo defensivo contra Rusia, y en los mismos el exministro de Relaciones Exteriores Yi Mun-hui expresaba su inquietud por la posibilidad de que los proyectiles de artillería solicitados por Washington para su propio uso terminaran en última instancia en manos de Kiev.

La política oficial de Corea del Sur consiste desde hace mucho tiempo en no proporcionar armas letales a países en guerra. El funcionario presidencial surcoreano, en un encuentro con periodistas, declinó responder más preguntas sobre el espionaje estadounidense o confirmar cualquier detalle contenido en los documentos filtrados.

Aunque potencialmente vergonzosos para el Pentágono, los documentos filtrados también pintan un retrato halagador de la capacidad de Estados Unidos para penetrar en la planeación militar rusa, incluso en los planes internos del infame grupo mercenario Wagner.

Los documentos filtrados revelan la ambición de la organización mercenaria de operar en Estados africanos, así como en Haití, y que había diseñado planes para obtener armas de forma encubierta de Turquía, país miembro de la OTAN.

A principios de febrero, el personal del grupo Wagner “se reunió con contactos turcos para comprar armas y equipos a Turquía”, afirma uno de los informes, lo que sugiere que Malí podría actuar como comprador indirecto. Se sabe que el grupo Wagner desplegó una operación de considerable magnitud en el Estado de África Occidental, y uno de los documentos filtrados afirma que el grupo mercenario cuenta con mil 645 combatientes en el país.

En la noche del sábado, el Ministerio de Defensa de Francia negó que hubiera soldados franceses presentes en Ucrania, como supuestamente se reveló en uno de los documentos filtrados que circularon en las redes sociales a mediados de la semana pasada.

“No hay fuerzas francesas involucradas en operaciones en Ucrania”, indicó un vocero del ministro de las Fuerzas Armadas, Sébastien Lecornu. “Los documentos citados no proceden de los ejércitos franceses. Nosotros no realizamos comentarios sobre documentos cuya fuente es incierta”.

El primer conjunto de documentos filtrados del Pentágono contenía gráficas y detalles sobre las entregas de armas previstas, el número de efectivos de los batallones y las pérdidas en el campo de batalla.

Una diapositiva sugería que un pequeño contingente de menos de 100 agentes de operaciones especiales procedentes de países miembros de la OTAN, Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Letonia, estaban activos en Ucrania.

Algunos de los documentos difundidos fueron obviamente alterados digitalmente a fin de infravalorar los cálculos estadounidenses de tropas rusas abatidas y de vehículos y aviones de combate rusos destruidos. Kiev señaló que los archivos filtrados contienen “información ficticia”.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos informó que inició una investigación sobre las aparentes filtraciones, pero se negó a realizar más comentarios.

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