Albercas de los ricos provocan crisis del agua, dice estudio
El estudio reveló que las personas más ricas de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, consumían 50 veces más agua que las más pobres. Foto: imageBROKER/Alamy

Las albercas, los jardines bien regados y los automóviles limpios de las personas ricas están provocando crisis del agua en las ciudades al menos en la misma medida que la emergencia climática o el crecimiento poblacional, según revela un análisis.

Los investigadores indicaron que, en la búsqueda de soluciones a la escasez de agua, se ha ignorado en gran medida la enorme diferencia en el uso del agua entre ciudadanos ricos y pobres, y en cambio, la atención se ha centrado en los intentos de aumentar el suministro y subir los precios del agua. Los investigadores señalaron que la única forma de proteger el suministro de agua consistía en redistribuir los recursos hídricos de forma más equitativa.

El estudio usó Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, como estudio de caso y descubrió que las personas más ricas usaban 50 veces más agua que las personas más pobres. Cuando la crisis del agua del Día Cero azotó la ciudad en 2018, tras varios años de sequía, la población más pobre se quedó sin agua suficiente para cubrir sus necesidades básicas, indicaron los científicos.

Ciudad del Cabo distaba mucho de ser un caso único, señalaron los investigadores, ya que había problemas similares en muchas ciudades de todo el mundo. Desde el año 2000, más de 80 grandes ciudades han experimentado sequías extremas y escasez de agua, indicaron, entre ellas Miami, Melbourne, Londres, Barcelona, São Paulo, Beijing, Bangalore y Harare.

Los investigadores señalaron que se preveía que las crisis del agua en las zonas urbanas fueran cada vez más frecuentes, y que se esperaba que más de mil millones de citadinos sufrieran escasez de agua en un futuro próximo. En marzo, un informe de la Comisión Mundial sobre la Economía del Agua concluyó que el mundo se enfrenta a una inminente crisis del agua, pues se prevé que la demanda superará a la oferta en un 40% para el año 2030.

La profesora Hannah Cloke, de la Universidad de Reading, Reino Unido, y coautora del nuevo estudio, comentó: “El cambio climático y el crecimiento poblacional significan que el agua se está convirtiendo en un recurso cada vez más preciado en las grandes ciudades, sin embargo, hemos demostrado que la desigualdad social es el mayor problema que impide que las personas más pobres tengan acceso al agua para sus necesidades diarias”.

“Nuestras proyecciones muestran que esta crisis podría empeorar a medida que crezca la brecha entre ricos y pobres en muchas partes del mundo. En última instancia, todos sufriremos las consecuencias a menos que desarrollemos métodos más justos para compartir el agua en las ciudades”.

El estudio, publicado en la revista Nature Sustainability, utilizó diversos datos para desarrollar un modelo de uso del agua en las ciudades que tomaba en consideración los distintos niveles de ingresos. En Ciudad del Cabo, se descubrió que el grupo más rico –el 14% de la población– utilizaba el 51% del agua consumida en la ciudad. En cambio, el grupo más pobre –el 62% de la población– utilizaba solo el 27% del agua. La mayor parte del agua utilizada por el grupo más rico se destinaba a necesidades no básicas.

El modelo, que se podría aplicar a otras ciudades, reveló que los cambios en el uso del agua por parte del grupo más rico tenían un mayor impacto en la disponibilidad general de agua en comparación con los cambios en la población o las sequías relacionadas con la crisis climática. Los investigadores también indicaron que el mayor uso de pozos privados en épocas de escasez por parte de los ciudadanos más ricos agotaba de forma considerable los recursos de aguas subterráneas.

Los científicos señalaron que el hecho de no tomar en consideración la desigualdad social en una crisis del agua suele conducir a soluciones tecnocráticas que simplemente reproducen los patrones de uso del agua irregulares e insostenibles que contribuyeron a la crisis del agua en primer lugar.

La profesora Mariana Mazzucato, del University College de Londres, Reino Unido, y autora principal del informe de la Comisión Mundial sobre la Economía del Agua, comentó: “Necesitamos un enfoque mucho más proactivo y ambicioso basado en el bien común (para hacer frente a la crisis del agua). Tenemos que situar la justicia y la equidad en el punto central de esta cuestión, no se trata únicamente de un problema tecnológico o financiero”.

El nuevo análisis citó la conclusión de un informe de 2016 que indicaba: “Para la mayor parte del mundo, la era del agua potable económica y abundante ya terminó”. Cloke y sus colegas añadieron: “Es hora de llegar a un acuerdo sobre cómo la sociedad debería compartir el recurso natural más esencial de la vida”.

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