Antepasados directos del rey Carlos tenían esclavos en plantaciones de tabaco
Foto compuesta: Guardian Design/Shutterstock/PA

Antepasados directos del rey Carlos III y de la familia real compraron y explotaron a personas esclavizadas en plantaciones de tabaco en Virginia, según revela una nueva investigación compartida con The Guardian.

Un documento descubierto en los archivos revela que un antepasado directo del rey estuvo involucrado en la compra de al menos 200 personas esclavizadas a la Real Compañía Africana (RAC) en 1686.

El documento ordena al capitán de un barco que entregue los africanos esclavizados a Edward Porteus, el propietario de una plantación de tabaco ubicada en el estado de Virginia en Estados Unidos, y a otros dos hombres. El hijo de Porteus, Robert, heredó los bienes de su padre antes de mudarse con su familia a Inglaterra, en 1720. Posteriormente, una descendiente directa, Frances Smith, se casó con el aristócrata Claude Bowes-Lyon. Su nieta fue Elizabeth Bowes-Lyon, la difunta reina madre.

Los documentos que establecen estos orígenes reales fueron encontrados por la investigadora Desirée Baptiste, cuando investigaba los vínculos que existían entre la Iglesia de Inglaterra y los esclavizadores de Virginia, con motivo de una obra de teatro que escribió.

La revelación tiene lugar después de que The Guardian publicara a principios de este mes un documento que vinculaba al traficante de esclavos Edward Colston con la monarquía británica. El último descubrimiento, que Baptiste encontró en los archivos del RAC, revela una línea directa entre el árbol genealógico de la familia Windsor y el tráfico de esclavos africanos.

El RAC, que comercializó con casi 180 mil personas esclavizadas, recibió fueros reales de parte sucesivos reyes ingleses. En el documento recién publicado, altos funcionarios del RAC, que se describían a sí mismos como “sus afectuosos amigos”, ordenaron al capitán de un barco que entregara “negros” a Edward Porteus.

“A la primera oportunidad de viento y buen tiempo que Dios envíe tras la recepción de la presente, deberán zarpar del río Támesis en el barco Speedwell y dirigirse lo mejor posible a la isla James, en el río Gambia”, indicaba la orden. Y se añadía: “… a nuestro mencionado agente que suba a bordo del barco a doscientos negros y a todos los demás que tenga preparados y que el barco pueda transportar convenientemente… y que después se dirija… al río Potomac, en Maryland, y los entregue a los señores Edward Porteus, Christopher Robinson y Richard Gardiner”.

El testamento de Edward Porteus, otro documento analizado por Baptiste, hace referencia a los “negros”, que le dejó a su hijo Robert. Edward Porteus también le dejó a su esposa, Margaret, “mi muchacha negra Cumbo”.

Virginia es un estado relevante en la historia de la esclavitud estadounidense, debido al infame desembarco de africanos esclavizados en el asentamiento Jamestown en 1619. Las leyes creadas en el estado con el objetivo de mantener la esclavitud y reprimir las revueltas incluían azotes y el desmembramiento de las personas cortándoles un pie.

Un estudio de estas leyes establece que: “Un esclavo que ofreciera pruebas falsas … recibiría sus 39 latigazos y después se le clavarían las orejas en la picota durante media hora, tras dicho tiempo se le cortarían”.

Un levantamiento de esclavos en 1663 en el condado de Gloucester, donde residía Porteus, fue reprimido sin piedad, según indica un relato de la Colonial Willamsburg Foundation: “Varias cabezas ensangrentadas colgaban de las chimeneas de la zona como espantosa advertencia para los demás”.

A principios de este mes, en respuesta al reportaje de The Guardian, el rey Carlos manifestó por primera vez su apoyo a la investigación sobre los vínculos existentes entre la monarquía británica y la trata transatlántica de esclavos.

Un vocero del palacio de Buckingham señaló en aquel momento que el rey Carlos tomaba “profundamente en serio” la cuestión de la esclavitud, que él mismo ha descrito como una “atrocidad espantosa”. El apoyo brindado a la investigación formaba parte del proceso del rey Carlos de ahondar en su comprensión del “impacto perdurable de la esclavitud”, indicó el vocero, un proceso que “ha continuado con ímpetu y determinación” desde su llegada al trono.

Los defensores de la igualdad racial y las reparaciones comentaron a The Guardian que, aunque celebraban en su mayoría el apoyo brindado a la investigación, creían que el rey Carlos debía dar un paso más y reconocer ya la historia establecida.

Un vocero del palacio indicó, en respuesta a las preguntas sobre la herencia de la familia Windsor en Virginia, que no podían realizar comentarios hasta después de la coronación. Un vocero explicó que la operación mediática se encontraba sujeta a una “intensa presión” ante el interés mundial por la coronación.

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Frances Bowes-Lyon. Foto: National Portrait Gallery de Londres

No obstante, la semana pasada la obispa de Londres, Sarah Mullally, emitió una disculpa relacionada con la misma familia del estado de Virginia. Beilby Porteus, que fue obispo de Londres durante 22 años a partir de 1787, era hijo de Robert Porteus fruto de un segundo matrimonio, un linaje distinto al de la familia real.

En enero, Fulham Palace Trust, que gestiona la histórica residencia de los obispos de Londres, publicó una investigación sobre las plantaciones que poseía Porteus. En ella se reconoció que el obispo Porteus y un hermano heredaron la gran hacienda de su padre situada en el estado de Virginia, y que siguieron beneficiándose de ella como “propietarios ausentes de la plantación y esclavizadores”.

Mullally conmemoró la inauguración de una nueva exposición en el Fulham Palace sobre la esclavitud transatlántica y la resistencia mediante la presentación de una disculpa relacionada parcialmente con Porteus. “Lamento profundamente el daño que infligieron mis predecesores a través de su implicación en la trata transatlántica de esclavos”, expresó Mullally en un comunicado. “Sigue siendo una fuente de gran vergüenza para nosotros como diócesis”.

En la obra que Baptiste creó a partir de su investigación histórica, el personaje principal pide al rey Carlos que presente sus disculpas por la implicación institucional y familiar de la monarquía en la esclavitud transatlántica.

“El documento de la Real Compañía Africana revela que el antepasado directo del actual rey traficó con africanos recién llegados y lucró con las vidas confiscadas de personas esclavizadas, como la ‘chica negra Cumbo’ heredada en el testamento de Eduardo”, explicó Baptiste. “Esto significa que los vínculos reales con la esclavitud son algo más que institucionales, están presentes en su herencia familiar”.

El profesor Trevor Burnard, director del Instituto Wilberforce para el Estudio de la Esclavitud y su Emancipación, de la Universidad de Hull, señaló: “Carlos dio una respuesta alentadora a que se siguiera investigando esta cuestión, y esta nueva información demuestra que se debería seguir investigando, mostrando cuán extensos son los vínculos de la familia real, la aristocracia y todos los sectores de Gran Bretaña, con la esclavitud”.

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