El origen de la masturbación se remonta a los primates hace 40 millones de años
Bonobos en el zoológico de San Diego, en California, Estados Unidos. Los científicos de la UCL señalaron que la masturbación era común en primates de todos los sexos y edades. Foto: Zoo de San Diego Wildlife Alliance/Reuters

Los biólogos evolutivos rastrearon los orígenes de la masturbación hasta primates ancestrales que precedieron hace decenas de millones de años a los primeros humanos.

Los hallazgos se desprenden de lo que los científicos consideran el mayor conjunto de datos jamás recopilado sobre esta actividad, y confirman que los humanos surgimos de una rama del árbol de la vida repleta de predecesores autocomplacientes.

“Lo que podemos confirmar es que este comportamiento estaba presente hace unos 40 millones de años, en el ancestro común de todos los monos y simios”, comentó la Dra. Matilda Brindle, investigadora principal del estudio en la University College de Londres. “No es que una especie se haya despertado un día y haya comenzado a hacerlo. Se trata de un rasgo antiguo y que ha evolucionado“.

Brindle y sus colegas ahondaron en la historia de este comportamiento con la esperanza de comprender los orígenes de lo que a primera vista parece ser un enigma evolutivo. Desde una perspectiva evolutiva, la masturbación parece ser un acto costoso, distractor, despilfarrador e incluso arriesgado.

Para reconstruir la historia de esta práctica, los científicos recopilaron cientos de publicaciones, respuestas de encuestas y notas personales de especialistas en primates y cuidadores de zoológicos sobre primates que se masturbaban. Después, cartografiaron la información en árboles de evolución de los primates, revelando cómo la actividad se remontaba al pasado.

En un artículo publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, el equipo describe cómo la masturbación era común en primates de todos los sexos y edades. Sin embargo, la razón por la que evolucionó hace más de 40 millones de años no es muy clara. Históricamente, los estudios biológicos no se han centrado en las hembras, por lo que los autores no disponen de muchos datos confiables. No obstante, en el caso de los machos, al menos hay indicios.

Los análisis de los científicos encontraron pruebas a favor de la idea de que la masturbación masculina aumentaba las posibilidades de dejar embarazada a una pareja. Por ejemplo, un macho de bajo rango puede masturbarse lo suficiente para aumentar su excitación antes del sexo, lo que significa que insemina a su pareja con mayor rapidez, y antes de que un rival corpulento tenga la oportunidad de derribarlo y arruinar la diversión. La masturbación también podría ayudar a los machos a deshacerse del esperma viejo, lo cual los dejaría con esperma más fresco y competitivos para las relaciones sexuales.

Ese no fue el único factor aparente. Los investigadores descubrieron que la masturbación masculina en primates aumentaba al mismo ritmo que los niveles de infecciones de transmisión sexual. Una explicación podría residir en que la masturbación después del sexo ayuda a limpiar el tracto genital, reduciendo el riesgo de que se desarrolle una infección.

Brindle comentó que se necesitaban más datos para determinar los factores de evolución de la masturbación en las hembras. Una de las ideas es que la masturbación antes del sexo permite que las primates hembras ejerzan cierta influencia sobre el macho que las deja embarazadas: al hacer que la vagina sea menos ácida, se vuelve más apta para el esperma de la pareja elegida.

“Se trata de un comportamiento tan común en el reino animal que me parece absolutamente incomprensible que nadie lo haya investigado antes”, comentó Brindle. “Para las personas que piensan que la masturbación está mal, o que no es natural de alguna manera, se trata de un comportamiento perfectamente natural. Forma parte de nuestro saludable repertorio de comportamientos sexuales”.

Síguenos en

Google News
Flipboard