Un agente de policía implicado en el disparo mortal contra un joven de 17 años fue puesto bajo investigación formal –lo que equivale a ser acusado– por homicidio doloso, mientras el presidente francés, Emmanuel Macron, lucha por contener la creciente indignación pública que suscitó el asesinato.

Se calcula que unas 6 mil personas marcharon el jueves en la ciudad de Nanterre en memoria del adolescente, identificado como Nahel M. Portando carteles en los que se leía “Justicia para Nahel” y dirigidos por su madre, Mounia, los manifestantes gritaron “Sin justicia no hay paz” y “La policía mata”. La policía disparó gas lacrimógeno contra algunos manifestantes que se encontraban en los márgenes de la marcha.

El presidente francés mantuvo esta mañana una reunión de crisis con altos ministros tras una segunda noche de disturbios y revueltas en toda Francia, durante la cual se prendió fuego a edificios públicos y se incendiaron vehículos en ciudades desde Lille hasta Toulouse, así como en los suburbios de París.

“Las últimas horas han estado marcadas por escenas de violencia contra las estaciones de policía, pero también contra las escuelas y los ayuntamientos, y por lo tanto contra las instituciones de la república, y estas escenas son completamente injustificables”, indicó Macron.

Al gobierno le atormenta la posibilidad de que se repitan las semanas de continuas protestas violentas desencadenadas por la muerte de dos jóvenes de origen africano durante una persecución policial en 2005.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció que en la noche del jueves se desplegarían 40 mil agentes de policía en toda Francia, 5 mil de ellos en la región metropolitana de París, es decir, un número casi cuatro veces superior al del miércoles, y el jefe de la región metropolitana de París indicó que los servicios de autobús y tranvía se detendrían a las 21:00 horas.

Darmanin indicó que se realizaron un total de 180 detenciones tras los disturbios del miércoles. “La respuesta del Estado debe ser extremadamente firme”, señaló. Tanto él como la primera ministra, Élisabeth Borne, descartaron por el momento declarar el estado de emergencia.

El jueves, Borne tenía previsto visitar la comuna de Garges-lès-Gonesse, en el norte de París, donde la alcaldía fue incendiada durante la noche en medio de la creciente indignación pública por la violencia policial, particularmente contra jóvenes de minorías no blancas, y por las acusaciones de racismo sistémico.

Pascal Prache, el fiscal local, informó en una conferencia de prensa que los magistrados encargados de la investigación pusieron al agente implicado bajo investigación formal por homicidio doloso, el equivalente en las jurisdicciones anglosajonas a estar imputado.

El policía que disparó mortalmente a un adolescente en París está bajo investigación, video

“De acuerdo con las pruebas reunidas, el fiscal considera que no se cumplen las condiciones legales necesarias para el uso del arma”, indicó Prache, añadiendo que se había puesto bajo custodia al agente implicado.

El joven, de 17 años, fue abatido el martes en este suburbio del oeste de París cuando se alejó de la policía, que intentó detenerlo. Prache explicó que lo habían detenido por varias infracciones de tránsito, entre ellas exceso de velocidad, saltarse los semáforos y circular por el carril reservado para autobuses.

La policía informó inicialmente que un agente disparó contra el adolescente, que no tenía edad suficiente para conducir sin acompañante en Francia, porque este conducía su auto hacia él. Esa versión rápidamente fue desmentida por un video que circuló por las redes sociales.

El video, verificado por las agencias de noticias francesas, muestra a dos agentes de policía junto a un auto Mercedes AMG, y uno de ellos dispara al conductor desde una distancia muy corta cuando este se aleja. El joven murió poco después a causa de las heridas, informó la fiscalía.

Durante la noche del miércoles, los manifestantes lanzaron fuegos artificiales contra la policía, incendiaron automóviles y prendieron fuego a edificios públicos en ciudades situadas en los suburbios de París, así como en la ciudad de Toulouse, en el suroeste del país, y en ciudades del norte. También se registraron disturbios en Amiens, Dijon, St-Etienne y las afueras de Lyon.

Los medios de comunicación franceses informaron sobre incidentes en numerosos lugares de la región metropolitana de París. Los videos difundidos en las redes sociales mostraban el lanzamiento de decenas de fuegos artificiales contra el ayuntamiento de Montreuil, en la periferia oriental de París.

Los disturbios se extienden por París tras el disparo mortal efectuado por la policía

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Gráfica de The Guardian

A los políticos les preocupaba que fuera difícil contener las continuas revueltas y disturbios en toda Francia. En 2005, la muerte de dos jóvenes que se escondían de la policía en una subestación eléctrica en la comuna de Clichy-sous-Bois, a las afueras de París, desencadenó semanas de disturbios, y Francia declaró el estado de emergencia nacional cuando se prendió fuego a más de 9 mil vehículos y a decenas de edificios públicos y negocios.

El uso de fuerza letal por parte de la policía contra Nahel, de origen del norte de África, avivó la arraigada percepción que existe de la brutalidad policial en las zonas étnicamente diversas de las principales ciudades francesas.

“Estamos hartos de que nos traten así. Esto es por Nahel, nosotros somos Nahel”, dijeron dos jóvenes que se autodenominaron “vengadores” mientras llevaban botes de basura de un barrio cercano para añadirlos a una barricada en llamas. Uno de ellos explicó que su familia llevaba tres generaciones viviendo en Francia, pero “nunca nos van a aceptar”.

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Alrededor de 2 mil agentes de la policía antidisturbios fueron desplegados en París y sus alrededores en la noche del miércoles. Foto: Christophe Ena/AP

Macron hizo un llamado a la calma el miércoles, diciendo a los periodistas: “Tenemos un adolescente que fue asesinado. Es inexplicable e inexcusable. Nada justifica la muerte de un joven”. Sus comentarios fueron inusualmente francos en un país donde los políticos de alto rango suelen mostrarse renuentes a criticar a la policía, dada la preocupación que suscita la seguridad entre los votantes.

Las zonas conflictivas de Francia

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Gráfica de The Guardian

Los grupos de defensa de los derechos alegan que existe un racismo sistémico en los cuerpos policiales de Francia, una acusación que Macron ha negado anteriormente.

Yassine Bouzrou, abogado de la familia del joven, señaló: “Hay un video que es muy claro: un agente de policía mató a un joven de 17 años. Se puede ver que el disparo no se ciñe a las normas”.

En un video compartido en TikTok, una mujer identificada como la madre de la víctima convocó una marcha conmemorativa en Nanterre el jueves. “Que vengan todos”, comentó. “Dirigiremos una revuelta por mi hijo”.

El asesinato del martes constituyó el tercer disparo mortal efectuado durante una detención de tránsito en Francia en lo que va de 2023. El año pasado se registró un récord de 13 de este tipo de disparos, indicó un vocero de la policía nacional. Se produjeron tres asesinatos de este tipo en 2021 y dos en 2020, según un recuento de la agencia de noticias Reuters, que muestra que la mayoría de las víctimas desde 2017 fueron negras o de origen árabe.

Dos importantes sindicatos policiales rebatieron las críticas, alegando que el agente detenido debería ser considerado inocente hasta que se demuestre lo contrario.

Con información de Reuters y Agence France-Presse.

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