Cómo los aparatos auditivos mejoran tu salud y felicidad
Hablemos... la pérdida de audición puede provocar todo tipo de problemas de salud, como depresión y ansiedad, y está relacionada con la demencia. Composición: Guardian design/Getty Images

Michael Mosley lleva décadas intentando ayudarnos a comer sano, dormir mejor y hacer más ejercicio. Ahora, el locutor, escritor y antiguo médico se centra en nuestros oídos y anima a todo aquel que haya notado un cambio en su audición a someterse a una prueba gratuita que detecte si necesita aparatos auditivos. “Los cambios en la audición son completamente normales y no hay de qué avergonzarse”, subraya. Y él lo sabe: Mosley lleva varios años experimentando pérdida de audición. “A mis 66 años, mi audición no es muy buena”, me dice por teléfono. “Me cuesta mucho en entornos sociales como bares y restaurantes”. Supongo que ahora está utilizando audífonos. “Aún no estoy preparado para usar aparatos auditivos”, protesta. “Mi audición no es lo suficientemente mala. Volveré dentro de un año o así para hacerme otra prueba”.

Esto podría hacer de Mosley una extraña elección para encabezar la campaña de Specsavers sobre las pruebas de audición, pero su actitud refleja la reticencia de toda la sociedad a utilizar aparatos auditivos. Y al menos se ha sometido a una prueba de audición. Un célebre estudio de 2007 demostró que, en promedio, pasan 10 años desde que una persona nota una pérdida de audición hasta que se somete a una revisión. Diez años después, otro estudio descubrió que la situación solo había mejorado ligeramente: la cifra es ahora de 8.9 años. Y la encuesta realizada por Specsavers a 2 mil adultos británicos en septiembre descubrió que uno de cada tres británicos había notado cambios en su audición durante la última década, pero más de la mitad (57%) no había tomado ninguna medida. Entre las razones aducidas se encuentran la vergüenza, no sentir que era necesario, estar demasiado ocupado y que nadie más que ellos se revisa la audición. Mi novio es uno de ellos, lleva unos años teniendo problemas para seguir las conversaciones en bares ruidosos, pero cree que el problema no es lo suficientemente grave como para hacer algo al respecto.

Entonces, ¿realmente importa tener que pedir a los compañeros que repitan lo que dicen, subir el volumen de la televisión más de lo habitual o asentir con la cabeza a conversaciones que se oyen a medias en reuniones sociales? “Hay muchas pruebas de que las personas con pérdida de audición no tratada tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir depresión y ansiedad”, afirma Mosley. Katie Ogden, audioprotesista del fabricante ReSound, afirma que esto se debe en parte a que la pérdida de audición puede aislarnos. “La gente me dice: Antes me encantaba ir al bar los viernes por la noche, pero es tan difícil oír que he dejado de ir. Cambiar de comportamiento es una señal de alarma”.

La audición y el equilibrio están relacionados, ya que comparten una vía nerviosa común al cerebro, por lo que la pérdida de audición no tratada también está relacionada con un mayor riesgo de caídas. Un estudio estadounidense descubrió que la pérdida de audición leve triplicaba la probabilidad de caídas en personas de entre 40 y 69 años. Y, quizás lo más alarmante, la pérdida de audición está relacionada con la demencia. Un estudio sobre 437 mil 704 personas publicado en abril en la revista The Lancet descubrió que las personas con pérdida de audición no tratada tenían un 42% más de probabilidades de desarrollar demencia. Las personas con pérdida de audición tratada no tenían mayor riesgo.

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Un estudio publicado en The Lancet descubrió que las personas con pérdida de audición no tratada con aparatos auditivos tenían un 42% más de probabilidades de desarrollar demencia. Foto: Jun/Getty Images/iStockphoto

La primera barrera para el tratamiento es la propia prueba. “Mucha gente no sabe que se pueden hacer pruebas de audición gratuitas”, dice Mosley. Hay muchas pruebas de audición online, como la de la organización benéfica RNID. Los médicos de cabecera también pueden derivar a los pacientes para que sean evaluados por el Servicio Nacional de Salud (NHS), mientras que las grandes farmacias y ópticas suelen ofrecer revisiones gratuitas. A muchas personas les intimida la perspectiva de someterse a una prueba. Pero, a diferencia de las pruebas oculares, no hay respuestas correctas o incorrectas, dice Gurleen Brar, audióloga de Specsavers. “La audición es subjetiva y la prueba es muy sencilla: basta con pulsar un botón cuando se oye un sonido”, explica. “Hoy he visto a una persona tan ansiosa por hacerse la prueba que había tardado cinco o seis años en armarse de valor. Se dio una patada por no haber venido antes”.

¿Deberían ser las pruebas de audición tan rutinarias como las pruebas oculares y las citas con el dentista? Brar recomienda hacerse una prueba de audición cada 18 meses a partir de los 55 años, o antes si se ha notado algún problema. Boots sugiere que los mayores de 50 se hagan una prueba cada dos años, mientras que el NHS ofrece una evaluación gratuita cada tres años. No todas las personas que han notado algún problema necesitan empezar a usar aparatos auditivos. “Puede que tengas cerilla acumulada”, dice Ogden. “Pero saber es poder”.

Sin embargo, incluso las personas diagnosticadas con pérdida de audición tienden a resistirse a llevar aparatos auditivos. El profesor Dongshan Zhu, autor principal del estudio sobre demencia de The Lancet, informa de que casi cuatro quintas partes de las personas con pérdida de audición no utilizan aparatos auditivos en el Reino Unido. En Estados Unidos, 28.8 millones de adultos podrían beneficiarse del uso de aparatos auditivos. De ellos, solo el 30% de los mayores de 70 años y solo el 16% de los que tienen entre 20 y 69 años los han utilizado alguna vez. Un amigo mío puede contarlo: le pusieron un aparato en un oído en 2015, pero ha dejado de usarlo, a pesar de que le cuesta oír a sus compañeros todos los días.

¿Sigue existiendo un estigma en torno a los aparatos auditivos? “Por supuesto. La gente recuerda aparatos grandes y toscos”, dice Mosley. “Y la gente se avergüenza de la pérdida de audición. Existe la sensación de que los aparatos auditivos son un signo evidente de ser viejo y decrépito”. Pero llevar anteojos, un signo evidente de mala vista, es socialmente aceptable. ¿Por qué es diferente con los aparatos auditivos? “Supongo que asociamos casi totalmente la pérdida de audición con las personas mayores, mientras que los anteojos se llevan a cualquier edad”, afirma.

La verdad es que la pérdida de audición afecta a personas de todas las edades. Los estudios demuestran que aproximadamente el 28% de las personas de entre 16 y 60 años en el Reino Unido tienen algún tipo de discapacidad auditiva y podrían beneficiarse de los aparatos auditivos. Además, mil millones de jóvenes de todo el mundo corren el riesgo de sufrir pérdida de audición a causa de la música alta, según un estudio realizado el año pasado.

Ogden afirma que existen otros mitos que disuaden a la gente de utilizar aparatos auditivos. Uno de ellos es que resultan incómodos y se notan. De hecho, los aparatos retroauriculares son ahora elegantes y discretos, y los intraauriculares son invisibles. El segundo mito es que el uso de aparatos auditivos empeora la audición. La verdad es lo contrario: los aparatos auditivos mantienen los oídos y el cerebro estimulados, mientras que no llevarlos puede hacer que el cerebro “olvide” los sonidos y pierda la capacidad de procesarlos. Un tercer concepto erróneo es que los aparatos auditivos hacen que los sonidos parezcan robóticos. En realidad, “los aparatos modernos producen un sonido natural y se adaptan al ruido de fondo”, afirma. “Reconocen cuando estás en un lugar tranquilo, y si te mudas a un restaurante concurrido, cambian su forma de comportarse”.

Brar cree que poco a poco se está acabando con cualquier estigma. “Si examino a 10 personas al día, tres o cuatro tendrán menos de 50 años”, afirma. “Y la gente de esa edad está más dispuesta a llevar aparatos auditivos que la gente de 60 o 70 años”. Eso suena a verdad. Mi padre, de 80 años, resopla porque sus aparatos auditivos le hacen parecer un anciano y rara vez se los pone; mi hermana, a la que le han puesto aparatos auditivos hace poco, está encantada de oír a los clientes en la oficina de correos donde trabaja.

Brar también da crédito al efecto Strictly: después de que la actriz Rose Ayling-Ellis, que es sorda, ganara el programa de baile de la BBC en 2021, muchos pacientes nuevos la mencionaron en sus citas auditivas. El cantante Rick Astley, que el mes pasado hizo público que usa aparatos auditivos, puede tener otro efecto positivo.

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“Mi padre, de 80 años, resopla porque sus aparatos le hacen parecer un anciano y rara vez se los pone”. Foto: Oleksandra Troian/Getty Images

Los audífonos no “curan” la pérdida de audición, pero pueden ayudar a oír con más claridad y a recuperar la capacidad de oír ciertos sonidos. Sin embargo, muchas personas siguen teniendo dificultades a pesar de sus esfuerzos. “Es muy, muy común tener dificultades con el aparato al principio”, dice Brar. Las personas deben acudir a una cita de seguimiento para ajustar el sonido y comentar cómo funciona el dispositivo, dice; pueden necesitar una o dos citas más para que funcione bien, o probar un aparato distinto. “Si tienes algún problema, vuelve a ver a tu audiólogo. Nueve de cada diez problemas pueden solucionarse”.

¿Y si los usuarios siguen sintiéndose cohibidos? “La vergüenza está en tu cabeza”, dice Brar. “A la gente no le importa que lleves aparatos auditivos, salo quieren que la oigas”. Seguramente ayuda el hecho de que todas las demás personas de la calle lleven ahora audífonos: ya no hay nada raro en llevar un dispositivo en la oreja. Aun así, “quizá necesitemos diseñadores realmente elegantes para que los aparatos sean modernos”, sugiere Mosley.

“¿Qué quieres decir?”, pregunta Ogden. “¡Ya lo son! La tecnología de los aparatos auditivos está evolucionando, como los smartphones. Me dejan alucinada”. Cree que los usuarios están empezando a aceptar lo que pueden hacer los aparatos modernos. “La gente puede conectarse a dispositivos inteligentes y transmitir llamadas telefónicas de forma inalámbrica a su aparato auditivo. Pueden conectarse directamente a sus teléfonos celulares para hacer videollamadas. La gente ve tantas ventajas que no puede vivir sin ellos”. Incluso algunos de sus usuarios más reacios han cambiado de opinión, dice. “Un hombre que no quería aparatos auditivos volvió y me dijo: Me encantan, se los he enseñado a todo el mundo. Me han cambiado la vida. ¿Por qué no lo hice antes?”

Brar está de acuerdo en que los aparatos auditivos pueden cambiar la vida. “Puedes volver a participar en conversaciones, ir a eventos sociales y simplemente disfrutar de tu vida”, dice.

Ella ha visto beneficios instantáneos. “Hace poco vi a dos hermanas, una de las cuales llevaba toda la vida con pérdida de audición sin tratar. Ambas lloraron cuando le pusieron los audífonos: era la primera vez que podía oír a su hermana con claridad”.

Ogden también relata lágrimas y “momentos de alegría” compartidos. “La gente dice: Puedo oír cuando mi otra mitad me dice que me quiere. Hacía años que no oía eso”. También recibe el agradecimiento de las parejas de las personas con pérdida de audición. “Me dicen: Has salvado mi matrimonio. Ya no soportaba tener la tele tan alta”. Espero que mi novio tome nota y se haga una prueba.

Traducción: Ligia M. Oliver

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