Las relaciones de Netanyahu con EU bajo la lupa, tras votación en la ONU
Netanyahu hablando en octubre. Un columnista dijo que el líder “ha estado negociando con Estados Unidos como un adolescente malcriado lo haría con sus padres”. Foto Miriam AlsterPool vía Reuters

El tono de algunos medios de comunicación israelíes raya en el desprecio, ya que los crecientes roces del primer ministro Netanyahu con Biden están relacionados con la abstención de Estados Unidos.

La gestión de las relaciones del primer ministro israelí, Netanyahu, con la administración Biden, que llevó a Estados Unidos el lunes a negarse a vetar una resolución de alto al fuego en el Consejo de Seguridad de la ONU, ha sido recibida con duras críticas por los comentaristas israelíes.

Tras la abstención estadounidense, destacados columnistas de los medios de comunicación israelíes condenaron los crecientes roces de Benjamín Netanyahu con el presidente estadounidense, Joe Biden.

Aunque Netanyahu, que se ha enfrentado a una caída en picada en los índices de aprobación pública desde el ataque sorpresa de Hamás del 7 de octubre contra el sur de Israel, ha sido durante mucho tiempo el blanco de un amplio sector de la opinión pública israelí, el tono de algunos sectores tras la rara abstención de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad rozó la burla y el desprecio.

No te pierdas: ¿Qué decía la resolución estadounidense sobre el alto al fuego en Gaza y por qué la vetaron Rusia y China?

A razón de este sentimiento es que la sociedad israelí es plenamente consciente de la enorme importancia de la relación entre Estados Unidos e Israel en términos de ayuda financiera, venta de armas y apoyo diplomático de Washington, incluido su frecuente derecho de veto a favor de Israel en el Consejo de Seguridad.

La decisión de Washington de no utilizar su veto se produjo tras un fin de semana en el que funcionarios estadounidenses afirman que hablaron sin parar con sus homólogos israelíes advirtiéndoles de antemano, lo que sugiere que la decisión de Netanyahu de cancelar la visita de una delegación a Estados Unidos tras la votación fue más un teatro calculado que el resultado de una sorpresa.

En el diario en lengua hebrea Ma’ariv, Ben Caspit calificó el planteamiento del primer ministro israelí de “delirante”, “locura” y “aterrador”, añadiendo: “Este hombre nos está poniendo a todos en peligro: nuestro futuro, el futuro de nuestros hijos, la alianza estratégica que es la piedra angular de la seguridad nacional israelí”.

Igualmente condenatorio fue el editorial principal del periódico israelí de izquierdas Haaretz, que describió a Netanyahu como “el agente de destrucción de Israel” que “se ha convertido en una carga para Israel”.

“Lo está exponiendo a riesgos estratégicos que podrían tener un precio muy alto. En aras de su propia supervivencia política, está perjudicando deliberadamente a los ciudadanos de Israel. Debe dimitir y dar a Israel la oportunidad de rescatarse del daño que ha causado”.

El periódico de centroderecha Yedioth Ahronoth no fue menos mordaz, presentando una caricatura de un diminuto Netanyahu luchando con un Biden mucho más grande, en la que el puño de Netanyahu apenas rodea el dedo de Biden.

En el mismo periódico, el columnista Nahum Barnea pintó una escena imaginaria en la que se veía a funcionarios estadounidenses riéndose de la retirada de una delegación a Washington ordenada por Netanyahu en señal de protesta.

“Netanyahu”, continuaba, “ha estado negociando con Estados Unidos como un adolescente malcriado lo hace con sus padres: con rebelión, insultos y escándalos perpetuos”.

Fuera de los medios de comunicación, otros hicieron eco de los renovados llamados a la dimisión de Netanyahu, entre ellos Gershon Baskin, que participó en las negociaciones para conseguir la liberación del soldado israelí secuestrado, Gilad Shalit, hace más de una década.

“Netanyahu está fuera de control”, escribió Baskin en X. “Es un peligro existencial para Israel. Debe desaparecer de nuestras vidas”.

Muchos de los que critican a Netanyahu ofrecen el mismo análisis mordaz. Enfrentado a unas pésimas cifras en las encuestas, a una impopularidad generalizada tras el 7 de octubre, culpándolo por los fallos de seguridad, y a una crisis política sobre el servicio militar obligatorio ultraortodoxo, sugieren que Netanyahu ha buscado una pelea con Biden para parecer “fuerte”.

Las crecientes críticas a los cálculos de Netanyahu se producen en medio de advertencias de que la aprobación unánime de la resolución de alto al fuego del Consejo de Seguridad de la ONU, con la abstención de Estados Unidos, presagia medidas más contundentes contra Israel en medio de las crecientes peticiones de nuevas sanciones y restricciones a las transferencias de armas.

Aunque, en teoría, las resoluciones de la ONU son vinculantes para los Estados miembros, la realidad es que la aprobación de la resolución probablemente sea más importante para reforzar las medidas más allá del Consejo de Seguridad.

Como explicó el lunes Daniel Kurtzer, exembajador de Estados Unidos en Israel, la administración Biden “está sopesando si Israel cumple con el Memorando de Seguridad Nacional 20, que exige a los receptores de armas estadounidenses que garanticen que las armas estadounidenses se utilizarán de acuerdo con el derecho internacional y que no impedirán ni restringirán la entrega de ayuda humanitaria estadounidense”.

La resolución también puede tener un peso indirecto en casos legales ante organismos internacionales, incluidos el Tribunal Internacional de Justicia y el Tribunal Penal Internacional, así como en las deliberaciones de países individuales y organismos como la Unión Europea sobre posibles medidas punitivas.

Frank Lowenstein, exfuncionario del Departamento de Estado que ayudó a dirigir las negociaciones entre israelíes y palestinos en 2014, trató de explicar el lunes al Washington Post las razones de la abstención de Estados Unidos.

Entre ellos, los profundos desacuerdos entre Washington e Israel sobre una invasión a gran escala de Rafah, la catastrófica situación humanitaria en Gaza y los anuncios israelíes de nuevos asentamientos mientras el secretario de Estado, Antony Blinken, visitaba el país el viernes.

“Biden hizo todo lo que pudo durante meses para evitar una gran pelea pública. Refleja un cambio muy serio en la postura de la Casa Blanca respecto a cómo manejar a los israelíes durante el resto de esta guerra. Los israelíes deberán prestar atención ahora o es probable que sigamos por este camino”.

Traducción: Ligia M. Oliver

No te pierdas: Atentado en Moscú: ¿por qué atacaría el Estado Islámico a Rusia y cuál será la respuesta de Putin?

Síguenos en

Google News
Flipboard