Empresas de oxígeno son acusadas de intimidar a hospitales mexicanos en la pandemia
Los hospitales recibieron cartas en las que se les amenazó con grandes sanciones después de que instalaron sus propias plantas de O2 para hacer frente a la escasez.
Los hospitales recibieron cartas en las que se les amenazó con grandes sanciones después de que instalaron sus propias plantas de O2 para hacer frente a la escasez.
En marzo de 2020, Benjamín Espinoza Zavala vio un piso de su pequeño hospital en Guanajuato convertido en área Covid-19. La necesidad de oxígeno del hospital se disparó.
El suministro de CryoInfra, que forma parte de Grupo Infra, en ocasiones se reducía a una vez cada dos días, y él tenía que comprar más para cubrir los repentinos déficits del suministro. Los precios subieron.
En enero, el hospital instaló una planta generadora de oxígeno en el lugar, también conocida como planta de adsorción por oscilación de presión (PSA), que costó 3.5 millones de pesos. Puede abastecer a todo el hospital y ya se ha probado su valor en el ahorro de gastos que generó. El equipo PSA suministra el 93% de oxígeno puro a partir del aire, frente al 99.5% de pureza que ofrecen los proveedores de oxígeno líquido.
La Organización Mundial de la Salud, Unicef y el Banco Mundial han ayudado a los hospitales de los países de bajos y medios ingresos a instalar estas plantas de oxígeno en sus instalaciones.
Grupo Infra se dio cuenta de que los pedidos disminuyeron. “Altos ejecutivos, directores, administradores, médicos (del Grupo) vinieron al hospital a ver la planta“, comentó Espinoza, director general del Centro de Especialidades Médicas de Celaya SA de CV, en Guanajuato. “Los administradores que nos visitaron fueron muy amables, educados. Quedamos en buenos términos”.
Luego, en junio, los abogados de Grupo Infra le informaron al hospital de Espinoza que había incumplido su contrato al instalar la planta y que se enfrentaba a una fuerte sanción. “Si dejábamos de comprarles, nos enfrentaríamos a una sanción de un millón 300 mil pesos“.
Espinoza se opuso, argumentando que el hospital nunca había dejado de comprar el oxígeno de la empresa, sino que solo redujo sus pedidos. “El contrato no menciona nada sobre la cantidad que estamos obligados a comprar”, señaló. Posteriormente, Grupo Infra le escribió aumentando la sanción a más de 10 millones de pesos. Desde junio ha estado negociando con la empresa, pero no se ha llegado a ningún acuerdo.
De acuerdo con una investigación, Grupo Infra y otro proveedor de oxígeno, Praxair México, que juntos controlan el 70% del mercado de oxígeno medicinal en México, han sido acusados de propagar el miedo, la duda y la desinformación, de disuadir a los hospitales de cambiarse a plantas PSA más económicas y convenientes y amenazar con emprender acciones legales si lo hacían.
El Bureau of Investigative Journalism afirma que las empresas enviaron cartas a los hospitales mexicanos que contenían afirmaciones engañosas sobre la seguridad de las plantas.
El Grupo Infra afirmó que sus acciones estaban basadas en los requisitos regulatorios mexicanos y en los documentos de la industria sobre el uso de las PSA, la calidad del oxígeno y los requisitos de transporte. La empresa indicó que no tenía conocimiento de que se hubieran emprendido acciones legales contra ningún hospital por la instalación de los equipos PSA.
Praxair, y su propietario alemán Linde, que registró ventas de 27 mil millones de dólares en 2020, no respondieron a las solicitudes de sus comentarios.
México es el cuarto país del mundo con mayor número de muertes por Covid-19: 253 mil a la fecha. Los investigadores creen que la cifra real podría ser casi tres veces mayor, ya que el número de pruebas realizadas es bajo.
La demanda de oxígeno se ha disparado. En diciembre de 2020, los casos en la Ciudad de México saturaron los hospitales y se desplegó la Guardia Nacional para proteger los camiones de suministro de oxígeno.
La Dra. Marta Hernández Vázquez*, directora de un hospital en Michoacán, instaló una planta de PSA en octubre de 2020. Su hospital atendía a muchos pacientes con problemas respiratorios y requería hasta 40 cilindros al mes, que costaban 30 mil pesos. Comentó que estaba cansada de depender de Grupo Infra y quería un abastecimiento práctico y más asequible. La planta de PSA hizo que el hospital necesitara menos cilindros al mes del Grupo Infra.
El 6 de octubre, Hernández recibió una carta de un abogado del Grupo Infra en la que se le advirtió que le retirarían los cilindros si el hospital los utilizaba simultáneamente con el oxígeno producido en la planta. También afirmó que dichas plantas “ponen en riesgo la vida humana”, y que las plantas de PSA no cumplían con la regulación, producían oxígeno de menor calidad que el de Grupo Infra y podían provocar incendios y explosiones.
Hernández le envió la carta a Ignacio Andrade, ingeniero biomédico de HC Promedical, el encargado de importar la planta desde Estados Unidos. “La primera vez que la leí, dije: ‘Ya no quiero vender estas (plantas), porque si dicen la verdad, mataremos a varias personas“, comentó Andrade. Pero el proveedor estadounidense, AirSep, le aseguró que los argumentos de la carta no reflejaban la verdad.
Jim Stunkel, vicepresidente de Assist International, una organización civil que construye plantas de oxígeno en todo el mundo, declaró: “Puedo decir sin temor a equivocarme que los puntos que aparecen en la carta pretenden obstaculizar la instalación de las plantas de PSA“.
El Dr. Paul Sonenthal, de otra organización médica, Partners In Health, añadió: “Lo que pondría en peligro la vida de las personas sería que un proveedor de gas comprimido “retirara” repentinamente su equipo de un hospital en medio de una pandemia“.
Praxair México redactó afirmaciones similares en la carta que envió a al menos un hospital. Afirmó que emplear una planta de oxígeno en el lugar infringía la ley y el contrato del hospital con la empresa. En caso de que continuara, Praxair dejaría de suministrar su oxígeno. En la carta se enfatizó que el oxígeno de las plantas de PSA podía agravar las enfermedades respiratorias y causar “una muerte potencial”.
Grupo Infra comentó al Bureau of Investigative Journalism que no recomendaba el uso de los equipos PSA en los hospitales que cuentan con equipos de anestesia, ventilación de alto flujo y cámaras hiperbáricas. “En nuestra opinión, los equipos PSA son adecuados para los hospitales que se ubican en zonas de difícil acceso donde es complicado distribuir el oxígeno criogénico. Estos hospitales suelen enfocarse en cuidados primarios y no cuentan con equipos de cuidados intensivos que, debido a la configuración del fabricante de equipos médicos, podrían requerir oxígeno con una pureza del 99.5%”.
“Es importante mencionar que, de acuerdo con la normatividad vigente… los requisitos mínimos de calidad que deben cumplir los productos nacionales e internacionales son los siguientes: ‘El oxígeno de grado 93% (Farmacopea FEUM) se utiliza exclusivamente para terapias respiratorias. No se permite su uso en procesos y equipos de anestesia, ventilación de alto flujo para pacientes y cámaras hiperbáricas‘”.
Hernández sigue utilizando la planta generadora. Mencionó que creía que el contenido de la carta era infundado y que tenía como objetivo “presionarme o asustarme“. “Estamos muy contentos con los resultados (de la planta)”, consideró. “Es un alivio que generemos oxígeno aquí“.
Andrade calcula que al menos cinco clientes que recibieron la misma carta se han retirado de la instalación de plantas de PSA.
Leith Greenslade, coordinadora de la coalición Every Breath Counts, comentó: “Recibir una extensa carta llena de términos jurídicos, serias afirmaciones médicas y términos sumamente técnicos de ingeniería e infraestructura tiene como objetivo engañar al lector para que se someta“.
La coalición enviará una carta a los hospitales y a los funcionarios del gobierno mexicano para aclarar que las plantas generadoras, y el oxígeno que producen, son seguros.
México requiere más de 100 mil cilindros al día, solo para los pacientes de Covid-19, pues los casos aumentan.
“Esta situación con Grupo Infra me preocupó más que los medicamentos que se nos acabaron porque la sanción era muy grande“, dijo Espinoza. No se arrepiente de haber instalado la planta de oxígeno. “La pandemia llegó y cambió el juego para todos respecto a los costos”.
*El nombre fue cambiado.
Con información adicional de Rosa Furneaux.