La familia Assange tiene prohibido llevar un libro sobre el fundador de WikiLeaks al parlamento australiano La familia Assange tiene prohibido llevar un libro sobre el fundador de WikiLeaks al parlamento australiano
Los servicios de seguridad del parlamento informaron al padre de Julian Assange, John Shipton (izquierda), y a su hermano Gabriel que no podían introducir un libro sobre el caso del fundador de WikiLeaks. Foto: Mike Bowers/The Guardian

El personal de seguridad del parlamento de Australia en Canberra confiscó los ejemplares de un libro sobre Julian Assange a los miembros de su familia cuando entraron al edificio para reunirse con los parlamentarios el jueves pasado, por considerarlo “material de protesta”.

Los familiares y simpatizantes de Assange visitaron el parlamento el jueves para instar al gobierno de Albanese a intervenir en la propuesta de extradición del fundador de WikiLeaks desde el Reino Unido a Estados Unidos.

Los familiares llevaban ejemplares de un libro sobre el caso de Assange escrito por Nils Melzer, exrelator especial de las Naciones Unidas en materia de tortura, que pretendían entregar a los miembros del parlamento y a los medios de comunicación.

Sin embargo, el hermano de Assange, Gabriel Shipton, comentó que los servicios de seguridad del parlamento se negaron a permitir que la familia entrara al edificio con el libro, por considerarlo “material de protesta”.

“Yo decía ‘esto es ridículo. Son libros'”, explicó Gabriel Shipton. “Me ofrecí a llamar a Andrew Wilkie, que fue el parlamentario que copresidió el Parlamentary Friends of the Bring Julian Assange Home Group (Grupo Parlamentario de Amigos de Bring Julian Assange Home Group). Me dijo ‘sí, adelante, llámalo, pero no puedes meter los libros'”.

La familia pudo repartir los libros a los miembros del parlamento y a los medios de comunicación gracias a una caja que ya habían guardado en la oficina de Wilkie, y un miembro del personal de la oficina de Wilkie pudo recuperar más tarde los libros confiscados.

No obstante, Louise Bennet, activista que participa en la campaña Bring Assange Home, señaló que las acciones de los servicios de seguridad eran “ridículas”.

“Se mostraron increíblemente inflexibles al decir que era material de protesta y que no estaba permitido introducirlo en el edificio”, señaló Bennet.

“Simplemente me sorprende. Este es el tipo de cosas que vemos en los Estados Unidos de Trump, que criticamos en China. ¿A qué le teme nuestro parlamento que no podemos meter un libro?”.

El Departamento de Servicios Parlamentarios indicó que no podía realizar comentarios sobre “asuntos específicos de seguridad operativa”.

Gabriel Shipton acudió al parlamento con el padre de Assange, John Shipton, y otros activistas.

Durante su visita, plantearon su preocupación respecto a la falta de avances logrados desde las elecciones de mayo. La familia instó a Anthony Albanese a hacer que la cuestión fuera “no negociable” con Estados Unidos.

Gabriel Shipton comentó el viernes que se sentía decepcionado por la retórica del nuevo gobierno, que, según dijo él, había experimentado un “cambio significativo” desde que ganó el cargo.

Señaló que los laboristas habían sido más francos en sus críticas respecto al trato dispensado a Assange antes de las elecciones.
“Fueron elegidos gracias a ese programa, (fue) una de sus promesas básicamente, y es una de las primeras de las que se han retractado”, señaló.

Albanese ha expresado que pretende tratar el asunto de forma diplomática y que “no siempre es mejor llevar los asuntos exteriores con el altavoz”.

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