Las mariposas monarca de California están casi extintas; el estado tiene un plan para salvarlas
Hay un esfuerzo de conservación para plantar una flor venenosa a lo largo de la costa central del estado con la esperanza de elevar la población de mariposas.
Hay un esfuerzo de conservación para plantar una flor venenosa a lo largo de la costa central del estado con la esperanza de elevar la población de mariposas.
En una de las mayores movilizaciones de recursos y talento que se han organizado para salvar un insecto, el estado de California se ha asociado con grupos de conservación, biólogos y docenas de científicos ciudadanos para rescatar a la mariposa monarca occidental del borde de la extinción.
Para ello, las esperanzas se han puesto en una planta venenosa y discreta llamada algodoncillo.
Hubo una vez en que las mariposas monarca, conocidas por su distintivo patrón naranja y negro, volaban a California por millones, pasando el invierno prendidas de los árboles al migrar hacia y desde la costa central del estado.
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Sin embargo, la población declinó de manera drástica, pasando de los 4.5 millones en la década de 1980 a casi 200,000 en las décadas previas a observar una drástica caída en 2018. Ese año, la población se redujo a casi 30,000 y, cuando los voluntarios hicieron un nuevo conteo en noviembre, ya eran menos de 2,000, lo que representa un colapso de 99% en las últimas tres décadas.
“Fue realmente terrible”, dice Angela Laws, bióloga de conservación de especies en peligro de extinción de la Sociedad Xerces, encargada de los conteos de población de noviembre con un ejército de naturalistas voluntarios. “Es alarmante que las cifras sean tan bajas. Pero todavía tenemos tiempo para salvar estas mariposas“.
Conservacionistas horrorizados luchan por plantar 30,000 de las plantas de algodoncillo nativo, cruciales para el ciclo de vida de las mariposas al proporcionar alimento para las larvas de la monarca y agregar el toque de veneno que hace que sus colores sean tan brillantes. Las orugas monarca dependen por completo del algodoncillo durante dos semanas de su ciclo de vida, pues mastican unas 30 hojas antes de transformarse en crisálidas de color verde jade para eventualmente emerger como mariposas.
“Colectivamente, hay muchos cerebros geniales tratando de averiguar qué podemos hacer, si es que podemos hacer algo”, detalla la bióloga Hillary Sardiñas, quien se desempeña como coordinadora de polinizadores para el Departamento de Peces y Vida Silvestre de California. “Las monarcas son increíblemente icónicas. Sería horrible perder estas increíbles mariposas que han capturado la imaginación de la gente durante cientos de años”.
El estado proporcionó 1.3 millones de dólares para que el grupo de restauración River Partners restaure 240 hectáreas de hábitat de la monarca a lo largo de ríos y arroyos en California, mientras que los biólogos solicitan la ayuda de jardineros, viveros y científicos aficionados para hacer sus propias plantaciones y ayudar a catalogar avistamientos de monarcas.
Si bien no se sabe completamente por qué la población de monarcas ha declinado tan repentinamente, los científicos han especulado que la especie podría estar sufriendo una “muerte gota a gota, como tortura china”, señala Sardiñas.
Durante las últimas décadas, se han perdido miles de acres de hábitat de tierras silvestres, tanto en sus hábitats de invernada en sitios de mariposas tan famosos como Pacífica y Pismo Beach, como en el Valle Central agrícola de California, a través del cual las mariposas migratorias deben pasar en su primavera y migraciones de otoño.
El mayor uso de herbicidas también ha reducido la cantidad de algodoncillo disponible para que las mariposas monarcas pongan sus huevos. Las orugas emergentes se deleitan con el algodoncillo venenoso, que es lo que les da sus colores brillantes de la edad adulta y las hace venenosas para los depredadores.
Además, los insecticidas utilizados en la agricultura pueden ser dañinos para las propias mariposas monarca en formas que los científicos luchan por comprender. Un estudio de 2020 realizado por la Xerces Society y la Universidad de Nevada, Reno, estudió varias muestras de algodoncillo de todo el valle central y encontró un promedio de nueve pesticidas diferentes en cada planta.
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La especie también puede estar enfrentando amenazas por el calentamiento global. Los científicos han descubierto que emergen de sus sitios de invernada a principios de la primavera. Sin embargo, es posible que el algodoncillo que necesitan para sobrevivir a sus migraciones aún no esté floreciendo. Los grandes incendios y heladas inusuales que han acompañado a la crisis climática también pueden estar afectando sus ciclos de vida.
“Es en realidad difícil determinar exactamente qué es lo que más les afecta”, reconoce Claire Pavelka, bióloga que trabaja en el proyecto para la organización sin fines de lucro River Partners. Señala que los problemas que enfrentan las mariposas monarcas también podrían estar dañando otras especies de insectos importantes para la supervivencia humana.
“Se les ha comparado con el canario en la mina de carbón“, detalla. “Las monarcas están muy bien estudiadas; son realmente carismáticas y muy conocidas. Pero el hecho de que estén disminuyendo tan rápido es probablemente un indicador de que muchos otros polinizadores, y las abejas y otras mariposas también están disminuyendo”.
Pero Cheryl Schultz, profesora de biología en la Universidad Estatal de Washington que estudiará los efectos de la restauración del hábitat de California para comprender qué tan bien funcionan las técnicas y cómo podrían mejorarse para salvar a más monarcas, dice que las poblaciones de mariposas “rebotan” de una manera increíble, variando dramáticamente año con año.
“Las mariposas monarcas son increíblemente resistentes”, destaca Schultz, quien ha estudiado las mariposas en muchos entornos. “Tengo muchas esperanzas de que puedan recuperarse“.
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Mientras River Partners planta algodoncillo en grandes extensiones del Valle Central, los organizadores están animando a todos a plantar algodoncillo y flores nativas aptas para polinizadores en sus comunidades con guías que ofrecen consejos sobre qué variedades sembrar. Los científicos aficionados que quieran ayudar pueden estudiar las ubicaciones de algodoncillo y monarcas con el Mapeador de Algodoncillo para la Mariposa Monarca o unirse al recuento anual que se hace el día de Acción de Gracias.
“La gente no siempre muestra mucha simpatía por los insectos”, comenta Laws. “Pero todo el mundo ama a las monarcas. Es genial ver a la gente reunirse para salvar a estos animales”.