Sin apoyo, escritoras crean sus propios espacios de literatura hecha por mujeres
Esther M. García y Cristina Liceaga, entre otras escritoras, han impulsado la visibilización de la literatura hecha por mujeres en México. Foto: Cortesía

Por muchos años, las mujeres han sido invisibilizadas de la literatura. Virginia Woolf dijo que era más sencillo escribir anónimo que los nombres de mujeres escritoras. Pero no vayamos tan lejos en el tiempo, la británica J.K. Rowling ocultó su identidad para publicar la célebre saga de Harry Potter porque sus editores se lo ordenaron.

Esta invisibilización es una deuda histórica con las novelistas, poetas y hasta científicas, quienes muchas veces tienen que avanzar a las sombras de los hombres, como pasó con Elena Garro, que su obra Los recuerdos del porvenir fue publicada cuando Octavio Paz la entregó a la editorial Joaquín Mortiz.

Uno de los espacios surgidos par combatir este desplazamiento es la Feria Nacional del Libro de Escritoras Mexicanas (Fenalem). Una de sus organizadoras, la abogada Guadalupe Vera, recuerda que el Nobel mexicano habló favorablemente del libro precursor del realismo mágico y así alcanzó la cúspide en tiempos sin tanta promoción a las obras escritas por mujeres.

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Con la intención de difundir las obras de las autoras de nuestro país es que pese a la pandemia de Covid-19, junto a esta iniciativa surgió también el Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas.

La intención de dar a conocer a las escritoras dio pie al mapa de Esther M. García. Su historia comenzó cuando la Brigada para Leer en Libertad intentó realizar un curso de escritura sin representación de autoras. Al cuestionarlos, dijeron que no había más escritoras para cubrir sus talleres, por lo que la poeta empezó este “recorrido” por las entidades del país.

Algo parecido ocurrió con el espacio Escritoras Mexicanas, pues una antología coordinada por Cristina Liceaga se presentaría en la FIL Guadalajara, pero por la pandemia no se pudo realizar el encuentro. Entonces se cuestionaron y descubrieron que ellas mismas podrían crear ese espacio de divulgación y realizaron la primera edición de la feria en diciembre de 2020.

Este año, con lo aprendido en la ocasión anterior, la Fenalem tiene una mayor logística, pues además de tener un Estado Invitado, su inauguración concordará con el 8 de septiembre, Día Internacional de la Alfabetización, y durante cuatro días difundirá 110 obras.

Un mapa de México y el mundo

M. García dice en entrevista para La-Lista que la más reciente actualización de su mapa, que inicia desde Margo Glantz y Elena Poniatowska, las escritoras con más edad, hay aproximadamente unas 650 autoras mexicanas distribuidas en el mundo, pues algunas han encontrado su hogar en otros continentes, pero comparten sus raíces y la cultura que las vio nacer.

“Me empezaron a escribir de Noruega, Francia, España, Canadá y EU porque tenían libros y talleres. Hasta en Países Bajos ya están interesadas. Ha sido muy padre ampliar los horizontes y no solo quedarte en un punto geográfico, sino ver las distintas partes“, comenta.

Al tener en cuenta la gran cantidad de autoras mexicanas que están activas, la poeta lamentó que organizadores de otros encuentros se preocupen más por el cumplimiento de la cuota de género o seguir con ejercicios separatistas en vez de apostar por espacios donde muestren pluralidad.

Escritoras construyen sus espacios con sus propias manos

Otro de los puntos en que coinciden ambas iniciativas es que su realización estuvo en manos de sus creadoras sin ningún apoyo gubernamental.

Fuera de que te digan preséntalo en la feria del libro o en salas de lectura, en caso de que hables de las escritoras de Yucatán o Hidalgo. Un recurso monetario o de programadores para formar una página, tampoco. Es muy triste”, dice la poeta.

A sus 34 años, Esther M. García ha desarrollado el mapa por ella misma. Incluso, tuvo que aprender a programar así como estrategias de difusión para aumentar el alcance de su proyecto. Además, se trata de un proyecto no lucrativo y con una intención solidaria.

Pese a ello, su esfuerzo ya tiene alcance internacional. La organización United Fronteras buscó a M. García para realizar un ejercicio con académicas y escritoras de EU; mientras que en Polonia, docentes también se interesaron en el mapa; y la asociación PEN Internacional usó como base el mapa para ver el número de autoras registradas y la distribución que tienen en el territorio nacional.

Por parte de la Fenalem, donde también se presentará el Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas, la organización e ingresos vienen desde sus propios esfuerzos, algo que Vera sintetiza con un “todo sale de nosotras”.

“Tratamos de financiarnos, hacemos cursos entre el comité organizador. (Hicimos) un libro llamado Diez pasos hacia un texto, en el que cada escritora del comité hace un decálogo, son 140 consejos de escritura; hicimos un curso en línea, ventas de libros y cursos de poesía. Tratamos de dar cursos de calidad para las escritoras y con eso financiarnos”, cuenta.

Hacia los estados de la República

Si bien es una enorme tarea difundir la labor que hacen las escritoras, lo es más cuando se lleva fuera de la Ciudad de México, como le ocurrió al colectivo Líneas Negras, de Zacatecas, que también se trata de una iniciativa sin apoyos de gobierno.

Pero no son solo los recursos, también el centralismo y la propia cultura machista que se acentúa en algunas regiones obstruyen estas actividades.

Esther M. García, originaria de Chihuahua, considera que desafortunadamente cuando se habla de buena literatura directamente se asocia con el centro de México, y se omiten otras regiones como el Norte, el Bajío o el Sur del país.

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Esther M. García, creadora de Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas. Foto: Cortesía

Desde su perspectiva, esto es por ejercicios de poder vertical que se han mantenido a lo largo del tiempo y que generaron etiquetas sobre lo que es mejor y peor.

“Quisiera terminar esa hegemonía de qué es lo bueno y lo malo. En realidad depende de quién lo esté enunciando, desde dónde, cómo y por qué“, analiza la poeta mexicana, que con su Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas aporta al conocimiento de las autoras y la pluralidad de sus orígenes.

Guadalupe Vera coincide en la importancia de difundir más la obra de las mujeres que se encuentran en los estados de la República. Por ello, la Fenalem cuenta con un estado invitado para dar difusión a sus escritoras, y este año será el Estado de México.

A su decir, en el interior del país están las brechas más grandes entre creadoras, pues además hay una forma más agresiva de la violencia de género.

“Cuando nos vamos a lugares rurales, existe esa idea de que la mujer es considerada un ser humano de segunda categoría. Pero no solo el ser humano, también su obra”, comenta Vera.

A partir de su experiencia también encontró cómo es que el tiempo tiene mucho que ver con la publicación de las mujeres, pues ha leído a mujeres de edad muy avanzada que presentan sus textos. Quedan maravilladas ante sus letras y al momento de que preguntan por qué no habían publicado, escuchan explicaciones como esta:

¡Cómo crees que iba a publicar, en mis tiempos no pasaba eso! Yo no podía publicar, me tenía que quedar a cuidar a los chamacos”, recuerda Vera sobre una autora que conoció.

Con espacios como estos, las escritoras buscan difundir no solo sus obras, sino también sus ideas y, a decir de las autoras, construir y fomentar una sororidad ante pensamientos de sus compañeros, quienes históricamente les han infundado ideas de competencia que hoy necesitan cambiar.

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