Pese a costos e inflación, fanáticos hacen de todo para llenar el álbum Panini Qatar 2022
Un hombre muestra sobres con cromos de fútbol de la Copa Mundial de Panini en una calle de Buenos Aires el 19 de septiembre de 2022. Algunos tienen el objetivo de llenar veinte, mientras que muchos hacen fila desde la madrugada para conseguir los pocos sobres disponibles. Y otros, puristas, se conforman solo con hojas impresas en Italia, cuna del disco mundialista que enloquece a los latinoamericanos. Como cada cuatro años, el álbum Panini del Mundial, que esta vez se disputará en Qatar del 20 de noviembre al 18 de diciembre, mide la temperatura de una región que se desvive por el fútbol, ​​y que se ilusiona con la posibilidad. que Lionel Messi o Neymar rompan la hegemonía europea. Foto: Luis Robayo/ AFP

La máxima fiesta del futbol está a punto de comenzar. Con el Mundial de Qatar 2022 también llega el ya tradicional álbum Panini de la Copa del Mundo. Algunos se dejan el sueldo, muchos hacen filas desde la madrugada para conseguir los deseados sobres y los puristas solo aceptan láminas impresas en Italia. El álbum del Mundial enloquece a los latinoamericanos.

Como cada cuatro años, el álbum Panini causa furor en una región que se desvive por el deporte rey y que se ilusiona con que Lionel Messi o Neymar rompan la hegemonía europea tras 20 años.

“Casi todo lo que cobro o por ahí me prestan, o lo que me deben y me tienen que pagar, lo invierto comprando figuritas. Es mi hobby, es mi cable a tierra”, dice a la AFP la argentina Hilda Losada, de 68 años de edad, con una risa socarrona. 

Ella debe rellenar su álbum Panini y el de su nieto, por lo que llegó a las cinco de la mañana a una tienda de un barrio de clase media de Buenos Aires en busca de paquetes, tan buscados y escasos en Argentina, que el gobierno medió la semana pasada entre la firma italiana y los tenderos para intentar solucionar el desabastecimiento.

“Es uno de los pocos lugares donde en este momento se están consiguiendo”, cuenta Losada, en medio de una larga fila de compradores ansiosos, muchos de los cuales se van con las manos vacías o acuden a sitios donde cuestan el doble del precio establecido.

Sus familiares le dicen que está loca, pero ella no oye: se deja embriagar por la fascinación que tiene desde chiquitita por coleccionar álbumes, incluso en tiempos de cinturones apretados debido a una inflación galopante (56.4% acumulada en el transcurso de 2022). 

El álbum Panini, “lo más cerca” del Mundial

El aumento de los precios de los sobres (en Brasil se doblaron respecto a Rusia 2018) y del costo de vida no merma la pasión de los latinoamericanos. 

“Cuando salen estas oportunidades, aparece la plata”, señala Leila Edul, de 28 años y dueña de una tienda en el barrio bonaerense de San Cristóbal.

Ni siquiera se resintieron los llamados “puristas”, que en Colombia pagan 60 dólares por la caja de 50 sobres con láminas de fondo azul impresas en Italia, casi el doble de lo que cuestan las producidas en Brasil, de fondo naranja y comercializadas en la región. 

Llenar el álbum -entre 638 y 670 cromos, según el país- “es lo más cerca” que estaremos de una Copa del Mundo, justifica de su lado Carlos Rodríguez, un técnico de servicio al cliente de 45 años, en Ciudad de Guatemala.

Raúl Vallecillo, gerente de Panini en Chile, asegura que las ventas en Latinoamérica han superado las expectativas de la empresa, fundada en la ciudad italiana de Módena y que comercializa el objeto de culto en 150 países desde México 1970. 

En la nación del centrocampista Arturo Vidal, por ejemplo, ausente de la cita máxima, se vendió en un mes lo que esperaban comercializar en cuatro. 

El furor, según Vallecillo, se debe a que probablemente será la última participación de Messi y Cristiano Ronaldo en un Mundial, lo que aviva el interés de coleccionistas y fanáticos, y a que Qatar 2022 es uno de los eventos más importantes de la pospandemia.

“Generalmente los países que clasifican al Mundial tienen mayor crecimiento respecto a la curva de venta (…) pero hay otros países como Venezuela, Colombia, Perú y Chile (que no participarán en Qatar) donde este es mucho mayor” de lo que se habría esperado, explica a la AFP.

Imágenes de los padres junto a sus hijos se replican en los centros de intercambio de láminas o en parques los fines de semana en casi toda la región, incluso en países como Colombia pese a que su selección quedó fuera del Mundial por primera vez en 12 años. 

“Más que emoción yo lo siento como un momento de papá e hijo. Él no es muy futbolero, yo soy muy futbolero y con esto empezamos a hablar de jugadores (…) es un momento para los dos”, dice Carlos Felipe Leguizamón de 37 años, en Bogotá a la AFP. 

‘Extras’ y ‘dealers’

En el Museo del Futbol de Sao Paulo, decenas de personas se citaron este mes para intercambiar “figurinhas”, también llamadas monas, cromos, estampas o baratijas.

Leandro Fonseca, de 40 años, está a la caza de las láminas especiales lanzadas para esta edición, algunas de las cuales, como la de Neymar, se venden en internet por casi tres salarios mínimos brasileños.

“Estoy detrás de las ‘extras’, pero espero llenar unos veinte álbumes. En cada Mundial lleno bastantes”, dice el coleccionista, que asegura haberse gastado hasta el momento alrededor de mil 800 dólares para completar siete libritos.

En la metrópoli latinoamericana, como en las demás ciudades, los ‘dealers’ hacen su agosto vendiendo figuritas a precios que varían según la disponibilidad en las calles y la importancia del jugador. 

Al margen del negocio de algunos, en Montevideo, donde al igual que en Chile, Brasil y Argentina, ha habido escasez de figuritas, Guillermo Orcile disfruta ayudando a que su hijo Salvador, de siete años, llene su primer Panini. 

“Nos resulta importante la sociabilización, que vaya entendiendo el intercambio, por qué se da, que finalmente es lo que hace al asunto de los álbumes”, explica, “porque si solo se trata de comprar y comprar, se pierde el espíritu”.

Con información de AFP.

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