Crisis escondidas de derechos humanos amenazan la seguridad global: AI
Una marcha el día de los derechos humanos en Manila. Filipinas es el segundo país más mortífero detrás de Colombia para los activistas de derechos humanos. Fotografía: Jes Aznar / Getty

Las crisis de los derechos humanos que se descuidan en todo el mundo tienen el potencial de afectar la de por sí precaria seguridad global ya que los gobiernos siguen usando el pretexto del Covid para imponer sus agendas autoritarias, advirtió Amnistía Internacional.

La organización dijo que si se ignoran los focos rojos de violaciones a los derechos humanos y si se permite que los gobiernos abusen de su poder con impunidad podrían ponerse en peligro los esfuerzos para reconstruir después de la pandemia.

Hemos visto el desarrollo de nuevas herramientas legales para  supuestamente ‘combatir noticias falsasque de hecho reprimen la libertad de expresión, ataques en todo el mundo en contra de los defensores de los derechos humanos, especialmente los defensores del medio ambiente, y una mayor represión de las poblaciones minoritarias que quedan fuera de la agenda”, dio Agnès Callamard, nueva secretaria general de Amnistía.

“Las voces y las experiencias de todas estas personas tienen que estar en el corazón de la reconstrucción postcovid-19. Si no es así, las crisis se multiplicarán y el actual sistema se perpetuará”.

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Un número de crisis no reportadas tienen lugar en todo el mundo y necesitaban atención inmediata, dijo Callamard.

El reporte global de Amnistía de 2020-2021, publicado el miércoles, indica que las leyes de “fake news” en el Golfo, Hungría y Singapur se utilizaban para silenciar las críticas de gobiernos y sus respuestas frente a la pandemia.

Las autoridades de Singapur utilizaron el Acta de Protección de Mentiras y Manipulación en Línea, que obligó a las plataformas en línea a llevar a cabo correcciones o a retirar contenido que el gobierno considere falso y penalizaciones de hasta diez años en la cárcel o multas de hasta  741 mil dólares durante todo 2020 en contra de los críticos del gobierno y los opositores políticos.

Los activistas en el Sahara Occidental, que lleva años peleando su independencia de Marruecos, se enfrentaron a una serie de interrogatorios y cargos por su trabajo de derechos humanos, indica el reporte.

“Sahara Occidental ha vivido bajo opresión durante muchas décadas, pero la decisión de Donald Trump de reconocer la soberanía de Marruecos hizo que aumentara la represión”, dijo el activista saharaui Mohamed Elbaikam. “Los activistas están viendo que sus salarios se suspenden o se recortan. Los siguen o les levantan cargos inventados, amenazan a sus familiares, intervienen sus teléfonos y sus conexiones de internet, y a algunos los torturan y los mandan a prisión sin juzgarlos”.

La situación de los derechos humanos en Filipinas, de por sí difícil, empeoró terriblemente en 2020. En julio de 2020, Filipinas pasó una ley antiterrorismo y su definición amplia y vaga de terrorismo ha servido para atacar a los activistas de derecha. La isla es ya el segundo país con más muertes de activistas de derechos humanos, según el grupo Front Line Defenders. La gran mayoría de los que mataron en 2020 eran activistas de medio ambiente y derechos humanos y de tierra.

El reporte de Amnistía presentaba un triste panorama del estado de los derechos humanos en todo el mundo y Callamard dijo que el Covid19 “había expuesto y amplificado todo lo que está mal en la sociedad”.

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Los líderes han convertido en arma la pandemia para incrementar los ataques a los derechos humanos: Miles de personas de edad avanzada murieron en asilos. La violencia de género y doméstica aumentó en todo el mundo. Las instituciones globales como la corte criminal internacional  y la ONU no pudieron con los retos de la humanidad presentes en todas partes en 2020, dijo.

Algunos gobiernos recurrieron también a la violencia excesiva para vigilar la pandemia incluyendo Filipinas, Nigeria y Brasil, en donde un promedio de 17 personas murieron todos los días durante la primera mitad del año a manos de la policía, indica el reporte de Amnistía.

Otros países continuaron atacando la libertad de expresión en 2020. En casi un tercio de los países de Amnistía que se monitorean, las autoridades habían molestado o intimidado a los trabajadores de salud u otros trabajadores clave, y muchos se enfrentaron a represalias, incluyendo arresto y despido, por expresar su preocupación por la seguridad o las condiciones de trabajo durante la pandemia.

El reporte, que cubre las tendencias de derechos humanos del mundo y las de 149 países por separado, también hizo hincapié en el aumento de la violencia doméstica y de género en todo el mundo, y muchas mujeres y personas de la comunidad LGBTQ+  se quedaron sin protección y ayuda debido a las restricciones de libertad de movimiento y la falta de confidencialidad en los mecanismos de reporte.

Callamard dijo que la pandemia había sacado a relucir “la incapacidad del mundo para cooperar efectivamente en tiempos de gran necesidad en todo el mundo”.

“La única forma de salir de este desastre es mediante la cooperación intencionalidad”, dijo.

El reporte señala que las personas marginadas, entre ellas las mujeres y los refugiados, son los más afectados por la pandemia. La muerte, la discriminación, el desempleo y la desigualdad están entre los temas globales: el Covid19 mató al menos 1.8 millones de personas en todo el mundo en 2020, mientras que 270 millones tuvieron que enfrentarse a la falta de alimentos, muchos de ellos en campamentos en condiciones muy pobres.

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El reporte también subrayó el número de personas que salieron a manifestarse por las políticas represivas, por ejemplo las del Black Live Matters en EU y EndSARS  en Nigeria y huelgas virtuales por el clima.

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