Los refugios de mujeres acusan trabas burocráticas para recibir recursos del gobierno federal
Crédito: Red Nacional de Refugios

Los refugios para mujeres que han sido víctima de violencia, y que son administrados por organizaciones sociales, llevan cinco meses sin recibir recursos económicos por parte del gobierno federal y acusan que este año ha habido más trabas burocráticas para acceder a este dinero.

Con este problema se ha enfrentado la Red Nacional de Refugios (RNR), conformada por 75 espacios de protección que atienden a más de 10 mil 400 mujeres, niños y niñas. Sus actividades las han tenido que financiar a través de donaciones o préstamos bancarios porque el gobierno federal aún no reparte los recursos del Programa de Apoyo para Refugios Especializados.

Wendy Figueroa, directora de la RNR, explicó a La-Lista que uno de los motivos del retraso en la entrega de recursos es que la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) está pidiendo a los refugios que abran una cuenta bancaria productiva y que entreguen una carta firmada por un banco para acreditar que ya lo hicieron.

Sin embargo, los bancos se han negado a entregar dichas cartas con el argumento de que las cuentas productivas solo son para instituciones del gobierno y no para organizaciones de la sociedad civil. Esto ha paralizado los trámites para que los espacios de protección reciban el dinero del erario.

“El recurso tendría que haber llegado máximo en marzo, pero esto no ha sido así por todo el proceso administrativo burocrático que se vive históricamente en este país”, dice Figueroa. “Muchos bancos no están dando las cuentas productivas, nos dicen que no tienen competencia y que no tienen autorización. Además de abrir la cuenta productiva hay que entregarle a la Conavim una carta extendida por el banco donde diga que la cuenta es productiva y ahí también estas instituciones nos dicen que no pueden darnos el documento”.

Aunque las cuentas bancarias productivas ya estaban contempladas en los lineamientos del programa de Apoyo para Refugios Especializados, las organizaciones sociales acusan que Conavim no se conforma con los contratos donde se acredita que ya las han aperturado, sino que exige una carta sellada; ese es el documento que más trabajo le ha costado conseguir a las asociaciones.

María del Rosario Martínez Gutiérrez, representante legal de un refugio en Morelos, relata que se tardó un mes para que un banco le extendiera una carta donde se especifica que ya tienen una cuenta productiva que genera rendimientos.

El pasado martes 24 de mayo una ejecutiva bancaria le ayudó a María, luego de que ella le explicara que si no entregaba ese documento a la Conavim existía el riesgo de que el refugio se quedara sin recursos económicos este año. Si eso sucede se podría poner en riesgo a las 16 mujeres y los 25 menores de edad víctimas de violencia que viven ahí.

“Imagina el estrés, la tensión y el querer que nosotros mandemos sobre una institución bancaria. El banco tiene sus reglas y las maneras de hacer las cosas, nosotros no somos quién para venirles a decir que nos deben hacer una carta y cómo la deben hacer”, reclama María, quien tuvo que esperar semanas y acudir a dos sucursales distintas para que por fin la apoyaran.

De acuerdo con los lineamiento del programa, las cuentas productivas, que funcionan como cuentas de inversión, tienen el objetivo de que los refugios generen rendimientos por recibir los recursos del gobierno federal. Luego, esos rendimientos los tendrían que utilizar para mantener sus actividades.

Este es el primer año en el que las autoridades federales exigen a los refugios entregar una carta bancaria donde se acredita que tienen una cuenta productiva. En anteriores ocasiones las organizaciones solo debían mostrar con un contrato que tenían una cuenta que genera rendimientos a nombre del espacio de protección, no de una persona particular.

“Esto es algo que se tendría que haber planeado con tiempo, desde marzo nos hubieran dicho que iban a cambiar los lineamientos”, critica la directora de la RNR.

Debido a estas trabas burocráticas, los refugios han tenido que obtener recursos de organismos internacionales, otras asociaciones civiles e incluso préstamos bancarios para poder seguir realizando sus actividades. Sabina Carrillo, directora de un refugio de mujeres en el Estado de México, añade que incluso sus empleados no han recibido sueldo en estos cinco meses del año.

“Nosotras teníamos una cuenta que sí genera rendimeintos, pero ahora forzosamente debe ser una cuenta que tenga el nombre de ‘productiva’ y no todos los bancos generan cuentas con ese nombre. Este es un tema por el cual nos ha retrasado muchísimo, tuvimos que acudir a muchas sucursales para explicarles la gravedad y la situación apremiante en la cual estamos”, dice Sabina.

Luego de los reclamos de las organizaciones sociales, la Conavim emitió un comunicado de prensa en el que aseguró que hasta el pasado 1 de junio ya se firmaron convenios de entrega de recursos con los refugios que están en Aguascalientes, Baja California, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Coahuila, Morelos, Morelos, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa y Tlaxcala, aunque aún no se ha transferido el dinero, según la RNR.

Los refugios de mujeres son espacios especializados para víctimas de violencia que pueden permanecer ahí por lo menos tres meses y luego son reubicadas incluso en otros estados de la República para que su vida no corra riesgo.

En el refugio que dirige Sabina hay 22 mujeres, niñas y niñas víctimas de violencia, quienes a pesar de las adversidades económicas han recibido atención especializada, servicios de salud, alimentación, ropa, asesoría jurídica y diversos talleres de entretenimiento e inserción laboral.

“Estamos ahorita al tope y se nos ha complicado mucho la operación”, concluye Sabina. “La demanda es muchísima, pero las mujeres tocan la puerta e intentamos ayudar a todas las que nos piden el espacio”.

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