Presidente de la COP28: Se necesita mentalidad empresarial para afrontar crisis climática
Sultan Al Jaber: 'La magnitud del problema exige que todos trabajemos de forma solidaria. Necesitamos alianzas, no polarización'. Foto: Mark Felix/AFP/Getty Images

El mundo necesita una “mentalidad empresarial” para afrontar la crisis climática, indicó el presidente de la próxima cumbre de la ONU sobre el cambio climático.

El sultán Al Jaber, presidente designado de la cumbre COP28, que se llevará a cabo en los Emiratos Árabes Unidos a finales de este año, comentó que su objetivo era aprovechar las conversaciones de la ONU para establecer la forma en que el sector privado puede limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y proporcionar a las empresas y los gobiernos un conjunto definido de tareas y objetivos.

“Necesitamos una importante corrección del rumbo y un esfuerzo masivo para reactivar el progreso. Los gobiernos no pueden hacerlo solos”, explicó Al Jaber a The Guardian en una entrevista excepcional, la primera que concede a un periódico internacional desde que asumió el cargo de presidente de la COP28.

“La magnitud del problema exige que todos trabajemos de forma solidaria. Necesitamos alianzas, no polarización, y tenemos que abordarlo con una lógica clara y un plan de acción que se pueda ejecutar”, señaló.

“La COP28 está comprometida a aprovechar los avances logrados en la COP26 y la COP27 para inyectar una mentalidad empresarial, determinados KPI (indicadores clave de rendimiento, pilar de la mayoría de las estrategias comerciales) y una ambiciosa agenda orientada a la acción”.

Al Jaber, que además de ser ministro de Industria y Tecnología Avanzada de los Emiratos Árabes Unidos, es más conocido como hombre de negocios, director ejecutivo de la compañía petrolera nacional de los Emiratos Árabes Unidos, ADNOC, una de los mayores productores de petróleo y gas del mundo, y director ejecutivo fundador de su empresa de energías renovables Masdar.

Fue una elección muy polémica como presidente de estas conversaciones cruciales, en las que los gobiernos analizarán los progresos realizados en materia de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero desde el acuerdo de París de 2015, un proceso conocido como “balance mundial”.

Después, deben intentar encontrar formas de limitar el calentamiento global a 1.5ºC por encima de los niveles preindustriales, un objetivo que se está alejando con rapidez de su alcance. Tradicionalmente, las conferencias han estado dominadas por los legisladores, ministros y políticos, así como por activistas de la sociedad civil.

La empresa ADNOC tiene planeado llevar a cabo una expansión masiva de la extracción de petróleo y gas, reveló The Guardian la semana pasada. Activistas climáticos de todo el mundo han criticado a Al Jaber por no renunciar a su cargo en la ADNOC.

Romain Ioualalen, responsable de política mundial del grupo activista Oil Change International, señaló: “Se trata de un conflicto de intereses verdaderamente impresionante y equivale a poner al jefe de una compañía tabacalera a negociar un tratado antitabaco”.

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Una refinería de petróleo de ADNOC ubicada en Al Ruwais, Emiratos Árabes Unidos. Al Jaber sostiene que nadie debería prejuzgar su presidencia de la COP por su papel como director ejecutivo de la empresa. Foto: Bloomberg/Getty Images

Sin embargo, Al Jaber comentó que nadie debería prejuzgar su presidencia, ya que estaba comprometido a salvaguardar el objetivo del límite de 1.5ºC y a garantizar que todos los países, y el sector privado, actuaran para lograr los recortes masivos de emisiones que son necesarios.

Prometió convertir su experiencia empresarial en una ventaja para las negociaciones, señalando que nunca antes hubo un presidente de la COP que tuviera tanta experiencia empresarial y de gestión. Destacó los logros de los Emiratos Árabes Unidos en materia de energías renovables, de ayuda al desarrollo en el extranjero y de diversificación aparte del petróleo, de modo que ahora el 75% de su PIB no procedía del petróleo, y comentó que eso le permitiría motivar a otros países productores de petróleo para que presentaran planes similares.

“Los Emiratos Árabes Unidos tienen la intención de crear este mismo caso empresarial para la acción climática en la COP28”, señaló. “Sabemos que tenemos que involucrar por completo al sector privado y desbloquear los billones de dólares que se necesitan. Esto requiere un plan de negocio que describa los resultados clave con unos KPI concretos; requiere capital confiable y suficiente, y requiere una acción colectiva coordinada”.

Al Jaber desea que el sector privado desempeñe un papel importante en la cumbre, y argumenta que las empresas –incluidas las compañías petroleras y de gas– serán fundamentales para afrontar la crisis climática.

“El sector energético debe trabajar como socio de otros sectores para contribuir a la descarbonización de economías enteras”, indicó.

Un asistente veterano de las cumbres COP y asesor de gobiernos comentó que los planes de Al Jaber de adoptar un enfoque más empresarial en la COP28 eran “muy acordes con su forma de pensar”. El asistente comentó: “Creo que esto funciona hasta cierto punto. Pero en algunas cuestiones, como la adaptación y las pérdidas y daños (la cuestión clave consistente en proporcionar fondos para rescatar a los países afectados por la crisis climática), la analogía del plan de negocios solo puede ser útil hasta cierto punto”.

Es poco probable que sus planes obtengan el apoyo de los activistas climáticos en las negociaciones. Tasneem Essop, directora de Climate Action Network, acusó a Al Jaber de malinterpretar fundamentalmente su cargo, a pesar de que ha sido desde hace mucho tiempo miembro del equipo diplomático de Emiratos Árabes Unidos que asiste a las COP.

“Se trata de una conferencia de la ONU y de un proceso independiente de cualquier tipo de compromiso con las empresas”, señaló. “Si quiere convocar a las ‘partes interesadas’ y entablar un diálogo con las empresas de combustibles fósiles, puede hacerlo en su tiempo libre. Debe hacerlo de forma independiente al proceso de la ONU”.

Essop comentó que los activistas prejuzgaban a Al Jaber basándose en el modo en que probablemente desempeñaría el cargo de presidente de la COP, como director ejecutivo de la industria petrolera, y en su afán por relacionarse con las empresas. “Tiene que haber un cortafuegos entre su papel como director ejecutivo y su papel como presidente de la COP”, señaló. “Parece que no entiende su papel como presidente de la COP, y en eso se basa nuestro prejuicio”.

Al Jaber también comentó a The Guardian la necesidad que existe de invertir en nuevas tecnologías como el hidrógeno y la captura y almacenamiento de carbono (CAC), aspectos que probablemente resulten polémicos para algunos activistas. “Quiero asegurarme de que la COP28 se convierta en un punto de convergencia de alianzas en todas las regiones para comercializar la producción, el transporte y el uso industrial del hidrógeno”, señaló.

Muchos científicos y expertos en cambio climático consideran que las tecnologías de CAC son una distracción que la industria petrolera defiende para que continúen sus actividades. Al Jaber no está de acuerdo con este argumento, y destaca los recientes hallazgos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, que en su exhaustivo informe del mes pasado señalaba que sería necesario algún tipo de captura de carbono, sobre todo en el caso probable de que se superara el límite de 1.5ºC.

“También necesitamos ampliar exponencialmente las tecnologías de captura de carbono”, indicó Al Jaber. “El IPCC ha dicho desde el 2016 que la captura de carbono es una herramienta esencial para mantener el aumento de la temperatura bajo control. Sin embargo, solo se capturan 44 millones de toneladas de carbono al año. Tenemos que multiplicar esa cantidad por 30. Se trata de una enorme tarea que en la actualidad no es asequible. Necesitamos una regulación y unas políticas gubernamentales progresistas e inteligentes para incentivar la inversión privada a escala industrial”.

Al Jaber también pidió la reforma del Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales, una iniciativa que podría contar con un amplio apoyo antes de la COP28, ya que muchos gobiernos de países desarrollados y en vías de desarrollo y grupos de la sociedad civil claman que se haga un cambio fundamental en la forma en que las instituciones financieras públicas afrontan la crisis climática.

David Malpass, el presidente saliente del Banco Mundial, designado por Donald Trump en 2019 y acusado de ser un negacionista del cambio climático, renunció en febrero. Lo sustituirá Ajay Banga, un exbanquero del que se espera que promueva cambios radicales que amplíen el financiamiento para la lucha contra el cambio climático, cambios que se anunciarán en las reuniones de primavera del Banco Mundial que se llevarán a cabo la próxima semana.

Tanto el financiamiento público como el privado serán necesarios para lograr que la economía mundial tenga una huella de carbono baja, señaló Al Jaber.

“La amenaza común para todos los avances de los que estoy hablando es el capital”, indicó. “El año pasado se invirtieron 1.4 billones de dólares en tecnologías limpias en todo el mundo. Necesitamos el cuádruple de esa cantidad. Y tenemos que asegurarnos de que esa inversión llega a las comunidades más vulnerables de los países en vías de desarrollo”.

“La conclusión es que es necesario que el financiamiento esté mucho más disponible y sea más accesible y asequible. Tenemos que dejar de hablar de una transición justa para los países en vías de desarrollo y empezar a cumplir”.

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