Familias en el poder / La-Lista de parientes que contienden por una gubernatura en México

Cuando su abuelo Joaquín Cisneros terminó su encargo al frente de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros ni siquiera había cumplido un año de nacida. Y para cuando apenas rondaba los 8 años, su otro abuelo, Crisanto Cuéllar Abaroa, culminaba su interinato también como gobernador tlaxcalteca. Y ahora, más de medio siglo después, su nieta buscará emularlos.

Así como este, en las elecciones para gubernaturas se presentan al menos una veintena de casos en que los aspirantes son familiares o descendientes de exmandatarios, líderes partidistas o funcionarios estatales. El caso más llamativo en los últimos días es el de Evelyn Salgado Pineda, la hija de Félix Salgado Macedonio, quien fue inhabilitado para contender por la gubernatura de Guerrero tras incumplir con la entrega del informe de gastos de precampaña. Tras una encuesta, Morena designó a su hija como candidata en su lugar.

“Es una constante que se repite en diferentes democracias de diferentes países, pero no quiere decir que sea normal“, explicó Enrique Gutiérrez, director de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana. “Varios autores dicen que es parte de lo que ocurre en las democracias cuando éstas se reproducen como grupos de élite que controlan los espacios de poder”.

Desde su perspectiva, si bien la presencia de familiares de exmandatarios o de líderes de partidos aparece como un fenómeno poco ético, no necesariamente se traduce en que haya una violación a la ley, una elección de personal no apto o un conflicto de interés, pero sí son un reflejo de la falta de democracia interna que existe en los propios partidos.

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Como Lorena Cuéllar, David Monreal Ávila también tiene entre sus familiares a un exmandatario estatal: su hermano mayor, Ricardo, quien fue gobernador de Zacatecas hasta 2004. La familia Monreal está en busca de su segundo mandatario estatal. Ambos casos se parecen no solo porque contiendan por el mismo partido, sino porque también lideran las encuestas y es posible que terminen de aumentar el legado de poder de sus apellidos.

En Sonora se presentan también casos de fraternidad con exfuncionarios. Destaca el de Ricardo Bours, hermano del exmandatario estatal del PRI entre 2003 y 2009, Eduardo Bours, quien fue denunciado penalmente por el incendio de la Guardería ABC. El candidato contenderá por Movimiento Ciudadano, aunque las encuestas lo colocan en un lejano tercer lugar, muy por debajo de los líderes de la contienda: Alfonso Durazo y Ernesto Gándara.

Este último también forma parte de una estirpe que ha gobernado en Sonora. Su padre, César Gándara, fue alcalde de Hermosillo y secretario de gobierno estatal entre la década de 1950 y 1960.

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Otro caso de linaje de exgobernadores es el de la candidata en Campeche Layda Sansores, quien –por cuarta vez– contenderá por la gubernatura y lo hará por la coalición Morena-PT. Hija de Carlos Sansores, político priista que incluso fue presidente del tricolor hacia la mitad del siglo pasado.

En un caso muy similar, su rival Christian Castro Bello, candidato del PRI-PAN-PRD al gobierno campechano, es sobrino del exmandatario y líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas. Incluso, Castro Bello también fue funcionario en la administración estatal por intermediación de su tío, quien ocupa el primer lugar de las listas de plurinominales del PRI en la Circunscripción 4, donde se encuentra la Ciudad de México. Esto prácticamente le garantiza un lugar en San Lázaro en la próxima legislatura.

El actual contendiente de la coalición PAN-PRI-PRD en Baja California Sur, el panista Francisco Pelayo Covarrubias, tiene una historia parecida: es sobrino del exmandatario estatal Marco Alberto Covarrubias, quien gobernó esa entidad entre 2011 y 2015, y de quien se desmarcó al inicio del proceso electoral.

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En el norte, la panista Maru Campos, candidata a la gubernatura de Chihuahua, aparece como la de mayor preferencia en las encuestas. En su familia, la política viene de su línea materna, pues su madre, María Eugenia Galván, fue diputada federal por el el blanquiazul durante la primera Legislatura del siglo XXI.

Como ella, también la candidata de Morena y el PT en Colima, Índira Vizcaíno, proviene de una familia tradicional de la izquierda mexicana. Su padre, Arnoldo, fue al igual que su hija alcalde del municipio de Cuauhtémoc y militante perredista de esa entidad.

En San Luis Potosí ocurre un caso similar con Ricardo Gallardo Cardona, aspirante a la gubernatura por el PVEM y el PT. El candidato es hijo de Ricardo Gallardo Juárez, ambos exalcaldes de Soledad de Graciano Sánchez, el primero por el Partido Verde y el segundo por el PRD.

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“Si nos guiamos por las encuestas, aparentemente estos candidatos tienen mayores posibilidades de llegar, los partidos que históricamente traen este tipo de perfiles son los que tienen más posibilidades de llegar al cargo al final del día, es un fenómeno donde las apuestas políticas que se van haciendo están vinculadas a poder ganar las propias elecciones“, considera Gutiérrez.

Pero no en todos los casos es ese el objetivo. Entre los partidos nuevos también se presentan estos perfiles, aunque no se encuentren en los mejores lugares entre las preferencias. Como el caso del Partido Encuentro Solidario (PES), que en Baja California postuló a Jorge Hank Rhon, exalcalde de Tijuana e hijo del priista y líder de Grupo Atlacomulco, Carlos Hank González.

Otro caso es el de Redes Sociales Progresistas (RSP) en Tlaxcala, el candidato a la gubernatura Juan Carlos Sánchez es esposo de la presidenta estatal del partido, Aurora Villeda. Mientras que en San Luis Potosí, el candidato al gobierno estatal, José Luis Romero, promovió a su esposa Gabriela Martínez como aspirante a diputada local plurinominal. En Fuerza Por México (FXM), el caso más representativo es el de Colima: su aspirante a la gubernatura, Claudia Yáñez, es hermana de César Yáñez, coordinador de Política y Gobierno de Presidencia y cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Aunque estos casos no son ilegales o no contemplan violaciones a la ley electoral, sí representan una pérdida de oportunidades para los ciudadanos alejados de estos grupos. ¿Hay manera de evitarlo?

“El problema es que en principio van a alegar que tienen el derecho a ser votados y por supuesto que lo tienen. En los estatutos de los partidos habría que dejar muy clara la relación de parentesco, porque entonces hay inequidad, que todos los que se postulen tienen que ser tratados de una manera igual”, concluyó Bernardino Esparza, abogado constitucionalista de la Universidad La Salle.

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