María Magdalena, la ‘mujer transgresora’ a la que el cine no le ha hecho justicia

Uno de los personajes bíblicos denostados históricamente ha sido María Magdalena, mujer que estuvo junto a Jesús en sus viajes y que ha sido representada como “pecadora”, dejando de lado su labor altruista.

A través de la historia del arte la vemos representada bajo distintas ópticas, pues diversos creadores muestran en ella la sinergia entre el arrepentimiento y la santidad, pero también con un dejo de sensualidad, algo que llegó hasta la pantalla grande.

Juan Solís, doctor en historia del arte y experto en cine, comentó en entrevista para La-Lista que uno de los momentos esenciales para mirar de otra forma a este personaje fue cuando se estrenó La última tentación de Cristo (1988), dirigida por Martin Scorsese y basada en la novela de Nikos Kazantzakis, que planteó una interpretación libre del evangelio mostrando incluso a un Jesús que forma una familia junto a María Magdalena.

“Generalmente se le va a ubicar de las llamadas mujeres malas y que son tachadas de malas por un sencilla razón: son dueñas de su sexualidad, de su cuerpo y de sus deseos”, comentó Solís.

La idea de un vínculo más íntimo entre Jesús y María Magdalena se repitió en otras producciones, como fue la interpretación simbólica usada en la adaptación cinematográfica de El código Da Vinci. La cinta basada en la novela policíaca de Dan Brown también insistió en que María Magdalena no era una prostituta, pintándola como una fiel seguidora de Cristo e incluso como su pareja.

Al respecto, Solís, profesor de la Universidad Iberoamericana, consideró que a pesar de resultar una propuesta atractiva por los elementos literarios a María Magdalena se le debe pensar “como esta representación femenina que puede, al mismo tiempo, albergar algo de lo más humano, que es la tentación carnal, y por otro lado, la capacidad de santidad“.

La doctora Beatriz Sánchez Morillas aseguró en su tesis doctoral María Magdalena, de testigo presencial a ícono de penitencia en la pintura de los siglos XIV-XVII que se trata de una mujer difícil de clasificar debido a que se le presenta como un personaje aislado, a diferencia de otras mujeres del Nuevo Testamento.

“Así se la ha asociado a María de Betania, a la pecadora arrepentida del episodio lucano en casa del Fariseo, a la mujer salvada de la lapidación e incluso a la Samaritana, amén de otros perfiles femeninos derivados de leyendas y vidas de santas”, añadió. Al respecto, citó las palabras de Helena Barbas en María Magdalena. Historia y Mito (2008), donde afirmó que la verdad sobre este personaje es que no existe verdad alguna porque disponemos de insuficiente información

El papa Gregorio I el Magno contribuyó de forma relevante a la mala imagen de la seguidora de Cristo. En el año 591 sostuvo que la mujer a la que se refería Lucas era María Magdalena, luego que los siete demonios que le sacaron aludían a todos los vicios existentes, según recoge el artículo María Magdalena. Origen e iconografía en las artes plásticas y en el cine.

Quince siglos después de esa homilía, su representación en las películas hechas a partir de los evangelios muestran a María Magdalena en un papel que va de la absoluta santificación del personaje a propuestas más arriesgadas que devuelven un rasgo de libertad, potencia y voluntad a ese personaje, destaca Solís.

“Es una figura que va a ser una especie de antítesis de la noción de castidad porque se supone que ella era prostituta y es quien se redime al final luego de haber conocido a Jesús y de pasar un tiempo en el desierto alejada de la vida mundana y llevada al sacrificio”, señala el historiador.

Otra cinta que contribuye a la desmitificación de esta seguidora de Jesús fue María Magdalena (2018), protagonizada por Rooney Mara, y donde también figuraron estrellas como Joaquin Phoenix, Chiwetel Ejiofor y Tahar Rahim.

Ese filme dirigido por Garth Davis, con guion de Helen Edmundson y Philipppa Goslett, tuvo la intención de ofrecer una mirada feminista a la historia de esta mujer para abordar su colaboración a la causa de Cristo.

Como Gaby Meza señaló en la plataforma digital Fuera de foco, esta cinta buscó ser provocadora al tomar la imagen de María Magdalena para mostrarla como una discípula más.

“Se desmitifica o se le quita esta onda mal vibrosa que traía cargado el personaje y se le pone como un ser humano más, como un discípulo de Jesús que en realidad no hizo nada malo y nos quita esa idea que traíamos sobre esa mujer”, sostuvo la crítica de cine.

No obstante, a consideración de Juan Solis, aún se quedó corta esta intención porque si bien cumple con los cánones del cine con temas religiosos, no vio una propuesta arriesgada como la interpretación de la Virgen María en Yo te saludo, María (1985), de Jean-Luc Godard.

“Creo que ha faltado un director o una directora que retome a una Magdalena más audaz, más dueña de sí misma, más enfrentada al papel que le ha dado no solo la doctrina cristiana sino también la historia. (…) Creo que el cine todavía no le ha hecho justicia a María Magdalena en tanto a mujer transgresora o figura que se sale del canon“, afirmó el analista de cine.