‘A la mujer se le ha obligado a permanecer callada’: Maya Zapata

¿Cuánto ha evolucionado la humanidad con el paso de los años? Una pregunta difícil de responder si miramos hacia el pasado y vemos que aún hay cosas sin cambiar. La actriz Maya Zapata interpreta a Clitemnestra en la obra Éxtasis Puro, donde se exhiben diversas problemáticas que siguen vigentes en la actualidad, como la violencia que viven las mujeres.

Zapata resaltó que las mujeres “siempre hemos ocupado un papel secundario en la vida pública de los países y eso ha derivado en que vivimos muchos tipos de violencia”.

“Lo que creo es que usualmente a la mujer se le ha obligado a permanecer callada, relegada, el dominio de la violencia ha estado en manos de los hombres histórica y sistemáticamente, eso también les afecta (a ellos), cómo les ha permitido quedarse preponderantemente ocupando lugares espacios, no a todos los hombres, pero sí, digamos como género”, declaró la actriz en entrevista con La-Lista.

Afirmó que la obra, disponible desde el 20 de enero al 3 de marzo en el Foro Lucerna de viernes a domingo, es parte de las historias que “las mujeres necesitamos, nos sirven mucho para recordarnos la necesidad que nosotras tenemos también de permitirnos estos sentimientos, alejarnos de esta imagen de mujeres lindas, de ángeles inmaculados nacidos para el servicio, para dar amor y todas estas cosas”.

“Lo que hace Éxtasis Puro es que nos regresa a estos sentimientos más básicos, incluso animales, que nosotras también experimentamos, son las ganas y el deseo de causar dolor y de venganza en contra de las personas que nos hicieron daño”, reiteró la también intérprete de Rocío en la serie Soy tu fan.

La obra relata como Clitemnestra, la reina de Micenas, da forma a su venganza, cuando aconsejada por sus demonios asesinó a Agamenón, su marido, quién recién llegó de la guerra de Troya, y a la Princesa Casandra, contando un nuevo orden femenino que, pese a que se contó en la era del mito, busca un camino para colocar a cada quién en su lugar.

El texto fue escrito por la autora mexicana Ximena Escalante, en el que no hace tanto énfasis en la mitología griega sino en la manera en la que se aborda la traición, el abandono y la muerte.

La actriz describe a Clitemnestra como una mujer con un cascarón frío y duro que se rompe, sin embargo, reiteró que con su interpretación no hace “apología de la venganza” 

“No estoy invitando a nadie a cometer actos de venganza y menos como el que comete Clitemnestra, sin embargo, sí estoy invitando a todo el mundo a tener estas catarsis en los lugares correctos y seguros que son la ficción y en este caso a través de Internet”, comentó Maya Zapata.

La falta de equidad

La actriz señaló que después de años “nos seguimos pareciendo mucho a los griegos y a los mismos problemas que ellos enfrentaban, entonces, aquí el cuestionamiento, y qué ojalá eso inspire la obra, el que la gente se responda: ¿Qué chingados vamos a hacer si seguimos después de dos mil años repitiendo las mismas pendejadas?”.

Por lo que reiteró que “estamos lejos de tener una calidad y una equidad con la que podamos sentir ‘Bueno, ya, ya llegamos’, ahorita lo que está sucediendo es que solamente somos un grupo de mujeres que seguimos ocupando muchísimos espacios de poder”.

“Hay muchas mujeres que, a mí no me gusta, utilizan el feminismo para sostener e impulsar sus carreras más allá de estos talentos, eso es otra cosa que sucede, pero si pensamos en los hombres, hay un montón de hombres que también ocupan espacios de poder, que tampoco tienen un talento con que sostenerlo y, sin embargo, están allí ganando millones”, agregó.

“El problema al que nos enfrentamos es más estructural y complejo, en donde las desigualdades son dependiendo de donde naciste, quiénes son tus amigos, cuál es tu apellido, el problema de los activismos privilegiados y tóxicos, también versus los activismos de quienes no tienen nada más que su propio cuerpo para defender el territorio y la incomprensión entre estos, la gran separación que existe entre estos”, afirmó Zapata.

Apuntó que la gran complejidad en la actualidad se debe a la desigualdad que va más allá del género, el color y la clase, por lo que la industria del entretenimiento es “muy privilegiada o muy malcriada en ciertos grupos culturales y muy descobijada para la mayoría de las personas que hacen teatro, que hacen arte”. 

“Las personas más talentosas no son las personas que ocupan los lugares de visibilidad y de poder en la industria. Nos hemos perdido de una de generaciones y generaciones de talentos perdidos en el anonimato porque no tienen capitales ni políticos, ni económicos, ni sociales, es decir, no pertenecen a una familia o a un grupo de amigos que les permita avanzar”. 

“Es un problema muy complejo el de la industria del entretenimiento y la industria cultural, no solamente en México, sino en el mundo también, pero México particularmente sabemos que la cultura no ha sido una prioridad y sin embargo, pues sí tiene más privilegios que otros sistemas culturales”, comentó.

No obstante, reiteró que uno de los problemas que también enfrenta la industria es que los premios y recursos económicos solamente están a disposición de los artistas o creadores que ya tienen poder, dinero o un nombre reconocido.

Pero, declaró, “eso es lo que hoy se está apenas transformando y es recién hasta ahorita, no sin muchas quejas y pantaleos de un montón de gente de la industria cultural, haciéndose pasar por víctimas también”.

“Estamos viviendo un coliseo muy precioso es lo que más que nunca nos parecieron a los romanos y a los griegos”, declaró Maya Zapata.

Ante esto, afirmó que se requiere un gobierno consciente de las desigualdades y de la importancia de la narrativa que se promueve a través de la cultura y el entretenimiento, que a su vez “tienen un impacto impresionante”.

“México era un país revolucionario antes del nacimiento de los medios masivos de comunicación, que nos anestesiaron la conciencia y nos borraron la memoria. Nos dijeron que ser pobre estaba bien y el catolicismo ayudó mucho en ese sentido”. 

“Nos permitieron que nosotros creyéramos cosas que no son ciertas, es decir, como que ser pobre es tu boleto al cielo o es igual a ser bueno, que ser mujer y esperar que te salve un hombre, un príncipe azul, de preferencia si trabajas en su casa y terminas casándote con el dueño de casa, es como la misión a cumplir, o ya de ‘perdis’ tener a un hombre que tenga suficiente dinero para que se pueda salvar de la precariedad, del olvido y del horror de haber nacido mujer”, sostuvo.

Destacó que estos cuentos de hada fueron creados a través de los estereotipos presentados en las telenovelas, programas de entretenimiento, comedia o noticieros, pues “aquí nadie se salva”.

“Desde que la televisión pública se concesionó y se volvió privada, le entregamos el alma al capital, que es un demonio muy astuto que lo que hace es controlarnos y contarnos cuentos… Pero hoy ya nos dimos cuenta de que ser mujer, ser prieto o venir de una clase social inferior son grandes obstáculos para alcanzar una mejor una mejor forma de vida”, aseguró.

Sin embargo, señaló que la televisión concesionada está hecha para engañar y adormecer al pueblo, que ya despertó y se dio cuenta de que “ahí dicen muchas mentiras, ellos no piensan que están diciendo mentiras, ellos están hablando de sus verdades, el problema es que su verdad depende de la burbuja en la que viven, que no es el el mundo real en el que vive el 80% del pueblo mexicano”.

Ante esto, exhortó a ser más críticos al momento de buscar información y tener cuidado con las fuentes mirando con “nuestra inteligencia”.

“México siempre ha sido un país inteligente y revolucionario, solo que como el efecto Pigmalión (suceso por el que alguien consigue lo que se proponía, previo a la creencia de que puede hacerlo), si todo el mundo te dice que eres tonto o no eres suficiente, en algún momento te lo terminas creyendo hasta que alguien viene y te dice que no es cierto. El pueblo de México es inteligentes, capaz y trabajador, para eso tenemos los índices más altos de horas trabajadas por los obreros mexicanos en toda Latinoamérica, hay muchos datos que apuntan al tipo de pueblo que somos y nuestra resiliencia”, detalló.

“Debemos dejar de mirar narrativas solamente contadas por personas blancas, narrativas donde los ricos son el centro de todos, aunque queramos ver narrativas en donde ellos se llevan una lección, porque eso es lo que nos gusta ver a los ricos que se llevan una lección, sin embargo, lo seguimos manteniendo en el centro. Hay que ponernos a nosotros en el centro”, puntualizó Maya Zapata.