Se tiene que ser cuidadoso con las bioseries: Paloma Jiménez
La investigadora Paloma Jiménez presentó su libro "Cuando te hablen de amor y de ilusiones" en el marco de la Feria Nacional de León. Foto: José Arrieta

A menudo se dice que la herencia de los padres no solo es un regalo, sino una gran responsabilidad. Que la tarea de los hijos no es solo cuidarla, sino que se enriquezca con los elementos que ellos mismos puedan aportarle.

Uno de los legados más importantes en términos de cultura popular mexicana le fue dejado a Paloma Jiménez, hija del célebre compositor y cantante guanajuatense José Alfredo Jiménez, cuya obra es más que cultura: forma parte de la formación sentimental de millones de mexicanos.

Por esta razón, y aunque existe un apetito cada vez mayor por parte de los seguidores de los artistas a quienes consideran parte de su vida, Paloma Jiménez toma con mucho cuidado la idea de llevar la vida de su padre a la pantalla.

“Es un poco complejo esto de las bioseries, pienso que es una curiosidad que despiertan en la gente, a veces un poco el morbo, a veces un poco el conocer anécdotas; creo que se tiene que ser muy cuidadoso en el proyecto que se desarrolle para cada serie”, reflexiona Paloma.

Para muestra un botón: la reciente emisión, titulada El último rey, producida por Televisa basada en el libro homónimo de Olga Wornat y la cual fue impugnada por la familia de Vicente Fernández, es una muestra de un producto poco cuidado e incluso falseado.

“Siento que esta última que se hizo de Vicente Fernández tiene muchísimas fallas, es como una telenovela más, está precisamente inserta en ese mundo amarillista que a mí en lo personal no me gusta.

“Aparte han falseado sobre todo la participación de mi padre en la serie; la sentí ofensiva tanto para mi padre como para el mismo Vicente, no es una historia verídica, está falseada la historia. Y algo así creo que no es justo para el público”, argumenta.

En esta disyuntiva, Paloma Jiménez considera que existen muchas y muy novedosas formas de acercarse a la gran herencia cultural que dejó su padre tanto en la música como en el cine y hasta en las letras nacionales.

“Es tal la amplitud que tiene la obra de José Alfredo que se puede estudiar desde distintos planos: desde la psicología, la antropología, la historia y la literatura, por ejemplo, esos campos son muy vastos y creo que puede haber muchas sorpresas agradables”, detalla.

De cara al 50 aniversario luctuoso de José Alfredo Jiménez, que se conmemorará el próximo año, su heredera señala que existen numerosos proyectos, que implican desde la presentación de un tequila hasta la producción de libros, series y películas, eso sí, hechas con la fiabilidad de una investigadora y con el cariño de alguien que comparte a su padre con el mundo.

“Creo que lo más importante es que cuidemos cómo se va a manejar la historia, porque son lindas las series, pueden ser muy impactantes, pueden ser muy emotivas.

“No soy muy dada a ver la televisión, estoy muy en contacto con los libros y me gusta ir al cine, a lo mejor empezamos con la película y podemos hacer algo muy digno eso me dejaría muy satisfecha”, señala Paloma Jiménez.

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Cortesía Ediciones La Rana

La música de su padre permanece en la memoria sentimental de la gente a pesar de los años de distancia. Prácticamente no existe reunión en que no se escuchen sus temas, y muy pocos mexicanos podrán decir sinceramente que no conocen a José Alfredo, aunque a nuestras generaciones ya no nos tocó disfrutarlo en vivo.

“Me encanta que los jóvenes sigan vinculados a esto; me habla a mi de esa facilidad que tuvo él para comunicarnos los sentimientos y las emociones, porque finalmente, ¿qué es lo que nos mueve? La emoción y el sentimiento”, señala Paloma en entrevista exclusiva durante la presentación de su libro Cuando te hablen de amor y de ilusiones, una investigación sobre la aportación de su famoso padre a la literatura y la lingüística.

“Eso es lo que te lleva a hacer cualquier cosa, ya sea positivo o negativo o neutro, pero vas en ese camino movido por las emociones. Claro, tienes el raciocinio para analizar algunas cosas, pero el impulso es meramente emotivo. Cuando un joven se enamora y está pasando por este tipo de cosas, pienso que se identifica”, concluye.

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