De José Alfredo a Carín León y Nodal: composición, estancamiento y evolución
Contextos

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

De José Alfredo a Carín León y Nodal: composición, estancamiento y evolución
José Alfredo Jiménez es uno de los cantautores mexicanos más reconocidos a nivel internacional. Foto: Wikimediacommons

¿Cómo han evolucionado las creaciones culturales de los hombres en la música regional mexicana? Para tratar de responder a la pregunta, en esta primera entrega tomaré como referencia al compositor y cantante José Alfredo Jiménez. Me centraré en apuntar su relevancia y significado durante su esplendor. Sin embargo, en una segunda entrega contrastaré con nuevos talentos como Carín León y Christian Nodal.

La hermenéutica es el arte o la técnica para interpretar textos o discursos. Por lo tanto, será el marco que se usará para estudiar las composiciones de José Alfredo Jiménez. La metodología del filósofo alemán Hans-Georg Gadamer propone que para estudiar un contenido se requiere de tres pasos: interpretación, explicación y aplicación. Para ello se necesita conocer el contexto en el cual se desarrolló el autor y tratar de comprender su pensamiento en relación con su contenido. 

José Alfredo Jiménez Sandoval nació el 19 de enero de 1926 en Dolores, Hidalgo. Su padre era dueño de la única farmacia del pueblo, pero murió cuando Jiménez Sandoval tenía 10 años de edad. Eso provocó que su madre y hermanos se mudaran a la capital. Ahí trabajó como mesero y vendedor de zapatos, hasta que tuvo suerte en presentar su primera canción, Yo, en 1948 en la estación XEX.  

El compositor de El rey vino a la vida en plena Guerra Cristera, con un México posrevolucionario en busca de identidad. Durante su adolescencia, las figuras públicas a seguir eran Pedro Infante y Jorge Negrete. De 1950 a 1960, durante el esplendor de la carrera de José Alfredo, se atravesó una fuerte política nacionalista, así como un esplendor conocido como El milagro mexicano. La figura de charro acomodó demasiado bien para impulsar el sentimiento patriótico. 

Las películas del cine mexicano de oro, la radio y los programas de revista son muestra del esfuerzo comercial y cultural por reivindicar el amor al país. “El resultado fue un impulso un tanto excesivo a ciertos estereotipos nacionales como el charro, la china poblana, el indito o el pelado con el fin de reducir a una dimensión más o menos gobernable, o si se quiere entendible, a esa multiplicidad que saltaba a la vista al momento de enunciar cualquier asunto relacionado con ese indefinible ‘pueblo mexicano'”, escribió Ricardo Pérez Montfort en su artículo Un nacionalismo sin nación aparente. 

La vida de este cantautor también estuvo marcada por el duelo y la soledad. “José Alfredo recuperaría en sus canciones los duelos que cargaba. A los seis años murió su perro consentido, a los 10 su padre, a los 27 su hermana”, explicó el psicólogo Alfredo Espinoza durante la conferencia Convivencia con la Depresión: La vida y la depresión según José Alfredo Jiménez. 

Durante este coloquio organizado por la Facultad de Medicina de la UNAM, Espinoza apuntó que en las canciones de este artista quedó plasmado su problema con la bebida y su relación afectiva con las mujeres. “Buscan en la taberna el refugio que antes encontraban en la madre y sustituyen la tetera por la botella, pero la gratificación oral no termina por complacerse hasta que encuentran la voz con la que se sintonizan los desventurados, confiesan a la vida que la ingrata los abandonó; y piden, otra vez, la misma canción que los hiere y que cantan aullando”.

¿Por qué las canciones de José Alfredo tuvieron tanto éxito e hicieron clic con la gente? El psicólogo aclaró que la historia familiar de este cantante es como la de miles de familias mexicanas: ausencia de padre y exceso de madre. La empatía quedó plasmada en sus letras, demostró que los estereotipos de la institución básica, el hogar, eran casi igual para todos.    

El cronista Jaime Almeida estimó que este intérprete de la música ranchera compuso 208 canciones, sin embargo, las tesis de licenciatura de Alejandro Escobar Ríos y Francisco Boelsterly Urrutia en la UNAM considera que son más de 500 composiciones. A pesar de ello, sigue siendo un parteaguas para la música mexicana, no solo por los más de un millón 600 mil escuchas mensuales que tiene José Alfredo en Spotify, sino por las decenas de artistas que siguen entonando sus creaciones. 

Las investigaciones de Escobar Ríos y Boelsterly Urrutia coinciden que las canciones de este autor se centran en tres temas: amor y desamor; el alcohol y el nacionalismo. Según Almeida, el 20% de las 208 canciones que compuso tiene que ver con la bebida. 

Su gusto por la copa ha sido relacionado con la causa de su muerte a los 47 años, ya que estuvo internado durante casi nueve meses en el hospital. Sufrió cirrosis muy avanzada y úlcera en el esófago, explicó su hijo, José Alfredo Jimenez Gálvez, en una entrevista televisiva. 

Aunque estuvo casado con Paloma Gálvez, las relaciones extramaritales con Alicia Juárez, Irma Serrano y Lucha Villa fueron parte de su vida polémica. Guillermo Infante, amigo suyo y productor, aseguró durante una entrevista a la televisión que conoció a la mayoría de las mujeres con las que estuvo involucrado. Sin embargo, dijo que en el fondo José Alfredo era una persona muy sentimental, reprimida y cerrada. 

Entre las canciones más icónicas de este artista están las que hablan de desamor, cuando el charro cura sus penas y resignación con una botella. La canción número 1 en Spotify de este compositor es Te solté la rienda, tiene más de 34 millones 600 mil reproducciones. Desde el primer párrafo utiliza la metáfora como si su pareja fuera un caballo, de quien tiene el control y tras una decepción, decide liberarla. Continúa con una serie de reproches sobre lo mal que la pasará esa persona cuando ya no esté con él. 

“Se me acabó la fuerza de mi mano izquierda

Voy a dejarte el mundo para ti solita

Como al caballo blanco le solté la rienda

A ti también te suelto y te me vas ahorita

Y cuando al fin comprendas, que el amor bonito lo tenías conmigo

Vas a extrañar mis besos en los propios brazos del que esté contigo

Vas a sentir que lloras, sin poder siquiera derramar tu llanto

Y has de querer mirarte en mis ojos claros que quisiste tanto”.

Otra de las melodías icónicas es Que te vaya bonito. En la primera parte de esta melodía se colma de buenos deseos al amor que ya no fue, pero pareciera que todo ello fueran pretensiones irónicas. En la segunda estrofa acepta la derrota y le recrimina a la pareja su huida “aunque él le haya dado de todo”.  

Finalmente describe con una metáfora que tiene sentimientos muy en el fondo que no sabe cómo manejarlos: luces que se quedan en su interior que desconoce cómo apagar. Además, reconoce su hombría al mencionar que tiene un pecho de acero, pero pide que nadie lo llame cobarde por dejarla ir sin saber el gran amor que le tuvo a su pareja. 

“Cuántas cosas quedaron prendidas

Hasta dentro del fondo de mi alma

Cuántas luces dejaste encendidas

Yo no sé cómo voy a apagarlas

Ojalá que mi amor no te duela

Y te olvides de mí para siempre

Que se llenen de sangre tus venas

Y te vista la vida de suerte”. 

El gran reconocimiento que se le puede hacer a José Alfredo es que supo expresar con palabras muy sencillas la compleja vida un mexicano promedio. Sin embargo, esto alimentó un arquetipo que es poco saludable para los cambios de consciencia social que atravesamos. Hay una ausencia de perspectiva de género, lógica por el contexto en que se desarrollaron estas canciones. 

También es importante apuntar que es de los pocos hombres, de la época, que acepta la derrota. Aunque no de la mejor forma y se revictimiza de manera constante, respeta la decisión de una persona de no continuar con algo. Además, se atreve a demostrar su sentimiento y vulnerabilidad, lo cual es contrario al papel de macho mexicano que es impermeable a cualquier emoción. 

Si bien José Alfredo pudo abrir la puerta a que los hombres también sienten y pierden, es importante no quedarse ahí. Su impacto en la música y la sociedad ya está, ahora la nueva camada de músicos y compositores tienen la tarea de evolucionar. Aunque es apremiante que se impulse el reconocimiento nacional a nuevas autoras, debemos tener bajo la lupa cómo se ha modificado la conciencia y perspectiva de los hombres compositores, para saber si siguen con la misma línea de hace 70 años. 

Christian Nodal estuvo entre los cinco artistas más escuchados en Spotify en 2021 y el ascenso de Carín León en los últimos dos años ha sido exponencial. Ambos autores de nueva camada que analizaremos a detalle en la segunda entrega.

¿Los compositores de la nueva era siguen bajo la misma línea y moral que José Alfredo en los años 50? ¿Qué tan exigente se ha vuelto el público con los nuevos creadores de música?  ¿Cómo influye la música en la creación de nuevas masculinidades? Melodías como El tóxico, donde se habla de violencia al término de una relación, hace dudar sobre una evolución en la consciencia de género y estructura lírica. La respuesta queda pendiente para la segunda entrega. 

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