Lucy (Dakota Johnson) es una casamentera profesional que trabaja en Adore, empresa que se dedica a emparejar a sus clientes con criterios muy específicos y poco realistas, como estatus, atractivo, ingresos y tendencias políticas, es decir, un hombre soltero millonario es un gran partido, pero si es guapo y además mide más de 1.80 es prácticamente un unicornio. Para Lucy, que ha sido responsable de 9 matrimonios, el amor es una especie de algoritmo matemático. Ella tiene la política personal de celibato hasta casarse con un millonario o encontrar a su hombre ideal. En la boda de uno de sus clientes conoce a Harry (Pedro Pascal) un atractivo hombre de negocios que es ese unicornio inalcanzable, y aunque parece ser lo que siempre ha buscado, ella lo ve como un potencial cliente al que de inmediato le ofrece sus servicios, pero a él solamente le interesa conocerla a ella. Al mismo tiempo reaparece John (Chris Evans) su exnovio, un actor fracasado que trabaja como mesero, que, aunque es buena persona, claramente y según la lógica de la mujer es una muy mala inversión, aun así, se reavivan sentimientos del pasado que ponen a Lucy en la disyuntiva de seguir a su corazón o a lo que habitualmente aplica en su trabajo.
La directora coreana Celine Song después de ser nominada al Oscar por Vidas Pasadas nos presenta su segunda película, Amores Materialistas. La cinta, que se promociona como una comedia romántica, es mucho más de lo que parece al presentarnos una inteligente exploración profunda de lo que significa el amor en la actualidad, donde las aplicaciones de citas son lo más usado para encontrar pareja y lo más importante es el estatus, las normas sociales o el dinero, dejando de lado los sentimientos y lo realmente valioso de la vida.
La película nos muestra lo ridículo que pueden llegar a ser las exigencias de los clientes de Lucy para poder aceptar una cita, por ejemplo, las mujeres exigen altura y cantidad de pelo, mientras los hombres se fijan más en la edad y en la condición física de las mujeres, a lo cual Lucy dice con sarcasmo que les puede conseguir la pareja perfecta “porque claro, soy la Dra. Frankenstein.
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Aunque en un inicio Amores Materialistas puede ser cínica, la película avanza lentamente y nos entrega un final esperanzador, con un desarrollo que nos cuenta una situación realmente dramática, lo que hace que la historia este apegada a la realidad, ya que no todo es color de rosa, cosa poco vista en una comedia romántica, haciendo con esto que está película sea más inteligente y aguda de lo que el género requiere.
Celine Song nos entrega una dirección elegante en la que consigue que el reparto brille más que nunca. Dakota Johnston se adueña de cada segundo que aparece en la pantalla, con una mezcla de vulnerabilidad y supuesta inteligencia emocional. Por su parte Pedro Pascal irradia carisma interpretando un personaje lleno de matices, complejo y encantador. Mientras que Chris Evans nos demuestra versatilidad superando las expectativas y alejándose lo suficiente de los súper héroes.
En resumen, se trata de una película inteligente y diferente que se aleja de los clichés del género.
Amores Materialistas está disponible en cines.