Alarmante situación de las mujeres en AL por la pandemia: Alicia Bárcena, titular de la CEPAL
Foto: Angélica Escobar/La-Lista.

Al término del primer trimestre de 2019, entre las principales razones para que las mujeres en México dejaran de buscar empleo ya figuraba el hecho de no contar con apoyo para el cuidado de sus hijos, personas adultas mayores o enfermas que dependieran de ellas.

“En cambio, los hombres dejaron de buscar empleo porque se están recuperando de un accidente o por no contar con suficiente escolaridad, pero las mujeres es el 57% que se fueron del empleo por el cuidado de otros, o por ellas mismas. Ya entonces se preguntaba uno ¿qué está pasando? La situación se amplificó con la llegada de la pandemia en 2020, no sólo para México”, dice en entrevista con La-Lista Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

La responsable del organismo dependiente de la Organización para las Naciones Unidas (ONU) en la región, dio a conocer este miércoles los resultados del Informe Especial COVID-19 “La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad”.

Dicho informe destaca que la pandemia por COVID-19 ya tiene un impacto fuerte sobre  América Latina y el Caribe en un contexto de bajo crecimiento económico y aumento de la pobreza y las desigualdades, y que en particular: “Se prevé que los efectos económicos y sociales de la pandemia repercutirán de forma significativa en la autonomía de las mujeres”.

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Infografía: Cynthia Monterrosa Castillo. Datos de la CEPAL.

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El citado informe destaca que la pandemia por COVID-19 ya tiene un impacto fuerte sobre  América Latina y el Caribe en un contexto de bajo crecimiento económico y aumento de la pobreza y desigualdades, y que, de manera particular “se prevé que los efectos económicos y sociales de la pandemia repercutirán de forma significativa en la autonomía de las mujeres”.

“La desigualdad de género es un rasgo estructural en América Latina por muchas razones, tenemos patrones culturales y patriarcales de una herencia muy dura de esta región y eso ha limitado muchos temas, entre otros, el que las mujeres puedan alcanzar mayor poder en la sociedad en general, que tengan mayor autonomía económica, física, política. Así como la obesidad o la hipertensión son una condición de riesgo al contraer Covid-19, la equidad de género es una condición preexistente a la pandemia que hace que estos temas se profundicen tremendamente”, enfatiza Bárcena.

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Alicia Bárcena. Foto: CEPAL ONU.

El reciente informe de la CEPAL también registra una estimación de que  la tasa de desocupación de las mujeres alcanzó 22.2% en 2020 –si se asume la tasa de participación de 2019–, lo que implica 12.6 puntos porcentuales de variación interanual. 

“Una caída del PIB del 7.7% en América Latina y un aumento del desempleo de 10.4 puntos porcentuales (asumiendo las tasas de participación de 2019), tendrían un efecto negativo sobre los ingresos de los hogares. Si se considera la sobrerrepresentación de las mujeres en los hogares pobres, alrededor de 118 millones de mujeres latinoamericanas vivirán en situación de pobreza”.Informe “La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad”.

Definitivamente este retroceso es muy delicado, sobre todo en el tema laboral, donde se pierde una década ganada en el tema laboral. “Francamente, la única forma de que haya una verdadera emancipación de la mujer es trabajo, el trabajo con derechos que te permita tener esa autonomía tan importante, fundamental pero buscando paridad en materia salarial y oportunidades. La pandemia nos está dando una lección enorme y fuerte”, añade Bárcena.

En palabras de la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, la tasa de desocupación o desempleo de las mujeres en 2020 en términos reales es de 12%, pero si se compara con la tasa de participación, es decir, la cantidad de mujeres que estaban buscando trabajo, el desempleo sería en realidad de 22%, 10 puntos más.

“Preocupa porque son las mujeres que ya estaban en sectores caracterizados por informalidad, precariedad, bajos niveles de calificación. Y con esta pandemia todos esos temas  se han agudizado de manera alarmante, brutal. Por ejemplo, el 21% de mujeres que se ocupaban en el comercio al pormayor y al pormenor, que además se caracteriza por un sector que tiene muy baja afiliación a la seguridad social, y es justo ahí donde ahí, en el sector comercio, donde muchas empresas han cerrado y en una gran mayoría estaban vinculadas las mujeres, al igual que en sector turismo”.

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©Foto: Angélica Escobar/La-Lista.

Un 56,9% de las mujeres en América Latina y un 54,3% en el Caribe se encuentran ocupadas en sectores en los que se prevé un mayor efecto negativo en términos del empleo y los ingresos.Informe “La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad”.

El desafío

Hace falta una visión transversal sobre el tema para atenderlo, advierte Alicia Bárcena, donde los Estados, las familias, los hombres, las instituciones y las propias mujeres, la sociedad toda asuma parte de su corresponsabilidad.

“Cuando hablamos de la economía del cuidado y de invertir en ella, no hablamos de mujeres solamente, hablamos también de niños, niñas, adultos mayores, personas enfermas, de hombres, de la sociedad en su conjunto”.

Bárcena subraya que uno de los puntos más importantes a considerar y atender en relación con la situación que enfrentan las mujeres en América Latina y el Caribe, es el del cuidado de su salud mental, que al igual que el alto registro de feminicidios en la región, puede considerarse otra de “pandemia sombra”.

“En el contexto de la pandemia por coronavirus no hay fronteras, no acabas nunca con el trabajo remunerado o no. Antes muchas mujeres iban a trabajar y sus hijos a la escuela, en algún momento se terminaba, ahora no. Eso está afectando muchísimo la salud mental de las mujeres, que están muy presionadas por el trabajo de la casa, por los niños que aunque tengan acceso a internet.

“Ellas son quienes están pendientes de los peligros del ciberespacio para los hijos, tienen encima de todo. Este reporte lo que busca es visibilizar esta problemática, poner números que reflejan la realidad sobre la mesa”, concluye la titular de la CEPAL.

La-Lista de las propuestas de la CEPAL para la recuperación:

  • Ampliar el espacio fiscal y aumentar la progresividad de los sistemas tributarios para cautelar los recursos orientados a las políticas de igualdad de género y derechos de las mujeres.
  • Reactivar sectores gravemente afectados como el comercio, el turismo y los servicios, que además de redinamizar las economías tienen un potente efecto en la recuperación del empleo de las mujeres.
  • Promover medidas dirigidas a que el crecimiento de los sectores tecnológicos vaya acompañado por el aumento de la participación de las mujeres, prestando especial atención a la eliminación de las barreras de ingreso en estos sectores.
  • Contemplar estrategias de reconversión laboral para las mujeres, principalmente con miras a puestos de trabajo de la economía digital y ocupaciones que respondan a las demandas de la nueva realidad.
  • Prevenir la precarización de las formas de empleo atípicas y emergentes, y garantizar los derechos de las mujeres al trabajo y en el trabajo, particularmente en el empleo digital y de plataformas.
  • Expandir la cobertura de la protección social para abordar la situación de las mujeres en su diversidad, evitando que el acceso a prestaciones y transferencias esté sujeto a condicionalidades.
  • Reconocer los nuevos requerimientos para la plena participación en la educación y las demandas de infraestructura digital para el apoyo en las tareas educativas de niños, niñas y adolescentes.
  • Promover procesos de transformación digital incluyentes, que incorporen el acceso a tecnologías digitales (canasta básica digital), que potencien las habilidades para utilizar dichas tecnologías y que reviertan las barreras socioeconómicas, mejorando las oportunidades económicas de las mujeres.
  • Garantizar el acceso de las mujeres, no solo en su condición individual sino también como empresarias, a servicios y productos financieros sin que se reproduzcan sesgos de género en lo referente a evaluación de riesgo, historial crediticio, avales y garantías y tasas de interés.
  • Invertir en la economía del cuidado y visibilizar sus efectos multiplicadores en términos de participación laboral de las mujeres, bienestar de la población, redistribución de ingresos y del tiempo, crecimiento de las economías y aumento de los niveles de recaudación tributaria.
  • Diseñar sistemas integrales de cuidado que articulen políticas relacionadas con la distribución del tiempo, recursos, prestaciones y servicios, fomentando el principio de corresponsabilidad entre hombres y mujeres, así como entre el Estado, el mercado y las familias, y que se vinculen con las políticas de salud y educación sin recargar el trabajo no remunerado de las mujeres.
  • Garantizar la satisfacción de las necesidades y los derechos de las personas que demandan cuidados a lo largo del ciclo de vida, así como los derechos de las personas que proveen dichos cuidados, ya sea de forma no remunerada o remunerada, a través de la formalización, profesionalización y certificación de capacidades.

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