‘Temo por mi vida’: Tribunal absuelve al agresor de Giovana, víctima de violación en Edomex 

A cuatro meses de que Giovana Trejo Cruz obtuvo una sentencia condenatoria en contra de su exesposo por el delito de violación, un tribunal de apelaciones del Estado de México lo absolvió y ordenó su inmediata liberación sin detallar los motivos. 

Giovana supo de esta decisión la noche del pasado 6 de febrero, cuando a su correo electrónico llegó una notificación de la Segunda Sala en materia penal de Ecatepec, en la que se informaba que había una “duda razonable” respecto al delito por el cual Carlos, su agresor, había sido juzgado y sentenciado, y que, por lo tanto, era absuelto.

​​”Sentí que el corazón se me bajó al estómago. De inmediato me invadió el miedo y el mundo se me vino encima. Me dicen que ya está libre, que lo soltaron el mismo día que me llegó el correo. Ahora temo por mi vida. Tengo miedo de salir a la calle, debo esconderme, pareciera que la culpable soy yo”, dice Giovana a La-Lista. 

En dos ocasiones, Carlos fue hallado culpable por el delito de violación en agravio de Giovana. La primera fue en noviembre de 2022 –cuando se le dictó una sentencia de 11 años de prisión–, sin embargo, su defensa legal solicitó la reposición de la etapa del juicio oral alegando violaciones a los derechos humanos de su representado. 

En septiembre de 2023, al final de este proceso, se volvió a emitir una declaratoria de culpabilidad. La última jueza que conoció de este caso, Laura Rivera Elizalde, planteaba imponerle a Carlos una sentencia de 15 años de prisión, pero el mismo tribunal que lo absolvió ordenó que la condena no podía rebasar la pena que se había dictado la primera vez (11 años y tres meses). 

“Cuando le dieron esta sentencia yo descansé, aunque después me informaron que él ya había metido la apelación, pero nunca imaginé que la resolución sería dejarlo libre, porque todas las pruebas que nosotros aportamos fueron contundentes, se demostró dos veces que sí cometió el delito, que sí lo hizo”, expresa Giovana. 

Ximena Ugarte, asesora jurídica de Giovana, señala que, hasta el momento, la Segunda Sala no ha dado una justificación de por qué absolvió y liberó a Carlos, pues, “más allá de toda duda razonable”, la decisión representa un riesgo para la vida e integridad de Giovana. 

Además, la abogada refiere que si bien la decisión del Tribunal de Alzada no es ilegal, su conducta resulta “extraña”, pues no se siguieron los procesos que usualmente se llevan a cabo cuando una persona sentenciada presenta un amparo.

En este caso, debía celebrarse una audiencia de alegatos entre las partes –que estaba fijada para el 1 de febrero– pero no se realizó y, en su lugar, el tribunal informó la admisión del recurso. En solo una semana, de la cual solo hubo un día hábil, la Segunda Sala determinó la absolución y liberación de Carlos. 

“El tribunal asumió jurisdicción, es decir, no dictó una resolución para que se repusiera el procedimiento o para que en primera instancia se analizarán de nueva cuenta las pruebas. Lo que hizo fue admitir el amparo y resolver en un día que el juicio ‘estuvo mal’ y dictar una nueva sentencia, esta vez absolutoria”, explica Ximena Ugarte.

La asesoría jurídica de Giovana tramitó un recurso contra la resolución del Tribunal de Alzada de Ecatepec solicitando la suspensión de la absolución y la ampliación de los motivos por los que tomó dicha determinación. Bajo este panorama hay tres posibilidades: les niegan el amparo y ratifican la sentencia absolutoria; se les otorga y ordenan volver a analizar el asunto; o el caso llega a un tribunal federal.

Asimismo, se solicitaron medidas de protección para Giovana, sin embargo, aunque las otorguen, ella no confía que eso la pueda mantener a salvo. “Yo ya tenía medidas de protección antes de que él fuera detenido, y aún así hizo lo que hizo, de qué sirve entonces”, cuestiona. 

En este sentido, y en tanto no se resuelva el amparo, Giovana advierte: “hago responsables a su abogado (de Carlos) y al Tribunal de Alzada de lo que pueda pasarme a mí o a mi familia”. 

“No me mató, pero me destruyó la vida”

En 15 años de matrimonio, Giovana sufrió violencia doméstica y psicológica. La violencia sexual y vicaria vino después del divorcio y duró tres años, de acuerdo con el testimonio de la víctima.

Luego de la separación, Carlos emprendió una batalla legal en juzgados familiares por la custodia de sus tres hijas (hoy, dos son menores de edad). Al perder los juicios, a Giovana no solo se le impuso el pago de pensión alimenticia, sino que sus hijas fueron usadas como “moneda de cambio”: tendría información de ellas –incluso podría verlas, lo cual no ocurrió– a cambio de tener relaciones sexuales con su exesposo y enviarle fotos y videos íntimos, según explicó la mujer y los abogados durante las audiencias. 

Esta situación derivó en una denuncia contra Giovana y en marzo de 2023, poco antes de iniciar el segundo juicio contra Carlos, fue detenida de manera arbitraria y enviada al penal de Barrientos –sin ser presentada ante un juez de control– como deudora alimentaria. Se le otorgó la libertad, pero quedó vinculada a proceso por este delito. 

“A mí me tratan como la peor por no haber podido cubrir la pensión alimenticia de mis hijas, pero él, que es un violador y maltratador, sí puede andar libre como si no hubiera cometido ningún delito. No me mató, pero me destruyó la vida ”, acusa Giovana. 

Desde hace varios años, Giovana Trejo depende de medicamentos para estabilizar su salud mental. Tiene diagnóstico de ansiedad y depresión, pero lo que ha pausado su vida son los procesos legales que tiene en curso. 

Giovana depende económicamente de las ayudas del gobierno y tuvo que abandonar su domicilio, en un inicio para proteger su vida y ahora porque el inmueble es parte de las negociaciones en el asunto de la deuda alimentaria. 

Esta situación incluso comienza a impactar en la vida de su hijo menor de edad –el único que tiene en su custodia–, pues aunque está en edad de ingresar a preescolar, Giovana duda de si es la mejor decisión ante amenazas que dice haber recibido.

“Hay una serie de situaciones muy complejas en el caso (de la deuda alimentaria). No es solo si ella dejó de incumplir las obligaciones o si las cumplió. Giovana ha estado inmersa en un ciclo continuo de violencia durante más de 20 años, lo cual de una u otra manera le han impedido atender esas obligaciones con sus hijas y con ella misma. Lo que queremos en este asunto es un juicio justo, tanto para ella como para sus hijas y su hijo”, refiere Ximena Ugarte. 

Giovana señala que tras la sentencia condenatoria contra Carlos ya tenía planes para reconstruir su vida y llegar a un buen término con el asunto de sus hijas. Pero ahora, confiesa, teme perder las fuerzas para continuar luchando por su libertad y la de su hijo. 

“Hay veces que no quisiera ser valiente, porque ninguna mujer merece pasar por todo esto. Siento que es imposible sacar fuerzas para mostrar la verdad cuando hay tanta corrupción. Me siento devastada”, enfatiza.