El sufragio femenino en México: 200 años de lucha para votar y ser votadas
Este 3 de julio se cumplen 66 años del voto de la mujer en el país. Pero la lucha no empezó ahí ni ha terminado. En 2021, las mujeres todavía pelean por los espacios de toma de decisiones.
Este 3 de julio se cumplen 66 años del voto de la mujer en el país. Pero la lucha no empezó ahí ni ha terminado. En 2021, las mujeres todavía pelean por los espacios de toma de decisiones.
Desde el primer registro de mujeres zacatecanas exigiendo ser consideradas para votar en 1821, pasando por la primera vez que las mujeres ejercieron el voto el 3 de julio de 1955 y la paridad de género alcanzada en las elecciones del 6 de junio de 2021, han transcurrido 200 años.
Sin voluntad política, por parte de los hombres en el poder, las mujeres se enfrentaron a la negación del derecho al voto bajo argumentos conservadores como “no tener la capacidad para tomar una decisión” o “porque estaban influenciadas por la Iglesia Católica”. A pesar de esto, ellas fueron en contra de esos discursos con acciones sociales y organización social, pero siempre cabildeando con los varones en el poder. “No es la sola exigencia de las mujeres la que consiguió al final el voto. Fue un proceso muy largo que tuvo sus altas y sus bajas”, explica la historiadora Karla Espinoza Motte.
Ya para 1937, con Lázaro Cárdenas en el poder, estuvieron cerca de obtener este derecho, pero fue hasta 1953, con el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines, que la reforma al artículo 34 de la Constitución hizo realidad el sufragio para las mexicanas y votaron por primera vez en 1955 para elegir a diputados federales de la XLIII Legislatura.
Uno de los antecedentes documentales para exigir que se legislara a favor del sufragio femenino fue el memorándum que la feminista y primera candidata a diputada federal Hermila Galindo envió al Constituyente, en 1917. ¿La respuesta? 168 miembros votaron en contra de incluir a las mujeres como votantes. “Ella era secretaria de Venustiano Carranza, tenía un papel de participación en la cúpula política porque estaba trabajando muy de cerca con él”, cuenta Espinoza Motte. “Esa propuesta la lanzó en una sesión del Constituyente el diputado Félix Palavicini y les preguntó a los diputados si estaban de acuerdo o no en discutir el voto de las mujeres, y todos se botaron de risa. Se rieron de él, se rieron del diputado por haber expuesto ese tema”.
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Sin embargo, al diputado le interesaba que se discutiera el tema para que quedara claro que la redacción del artículo 34 constitucional, que estaba escrito en masculino, no incluía a las mujeres. Palavicini no propuso el voto de las mujeres, las estaba excluyendo. El derecho al voto para las mujeres continuó atado a la disposición de los hombres en el poder.
Karla Espinoza puntualiza otro argumento que predominó para prohibir la participación electoral de las mujeres: la influencia que la Iglesia tenía en ellas. “Cuando se llegaba a tocar el tema, los legisladores insistían en que las mujeres eran más fácilmente manipulables porque eran más religiosas y, en su momento, sí había una abierta oposición entre el gobierno revolucionario y la Iglesia católica que se agudizó sobre todo en el periodo de 1926 a 1929 cuando se da la Guerra Cristera”.
Este argumento también fue utilizado durante el movimiento sufragista de las mujeres en Europa.
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Frente Único Pro Derechos de la Mujer
En 1935 se constituyó el Frente Único Pro Derechos de la Mujer, que para la historiadora, es el más grande en la historia de México. “Aglutinó a mujeres de todo el país, fue un frente muy grande, el frente feminista más grande de la historia de México. Ahí militaron personajes como Frida Kahlo, mujeres del partido comunista, y quienes ya en el cardenismo encabezaron la lucha por el derecho al voto”.
Este frente fue el que logró que Lázaro Cárdenas enviara en agosto de 1937 una iniciativa de reforma al artículo 34 de la Constitución, que fue aprobada por la Cámara de Diputados y Senadores, así como por los congresos locales, pero esta nunca fue publicada en el Diario Oficial de la Federación. “Lo único que faltaba era que el presidente lo publicara en el diario oficial. Simplemente nunca lo publicó. Se han abierto muchas interpretaciones de por qué no lo había publicado, pero existe esta noción de que las mujeres iban a votar por la reacción conservadora”.
La elección de 1940 estaba a la vuelta de la esquina y la principal preocupación era que las mujeres emitieran un voto conservador, esto por la experiencia de 1933 en España. “Yo creo que tiene más que ver con el proceso electoral en México que con una negativa de que las mujeres participen, y también existía otra experiencia, que fue la de España, porque allá también se le había otorgado a las mujeres el derecho al voto y hubo un triunfo conservador”, detalla Espinoza.
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Votar por primera vez a nivel federal
El 3 de julio de 1955, las mujeres mexicanas pudieron ejercer el voto a nivel federal por primera vez. Hace exactamente 66 años. Luego de la reforma que envió a las cámaras el presidente Adolfo Ruiz Cortines, en 1953, quedó establecida la ciudadanía de las mujeres y su participación en las jornadas electorales, sin embargo, esta no fue la primera vez que algunas ejercían el sufragio.
Desde la campaña presidencial de Ruiz Cortines, el derecho al voto para las mujeres había sido una promesa. “Movilizaron a muchas mujeres en términos electorales en la campaña y Ruiz Cortines incluso hizo un mitin con puras mujeres –describe la experta–. Juntó a alrededor de 10 mil mujeres, él vio ahí un capital político fuerte, aunque ellas no ejercían el voto”. Pero este derecho ya se había adquirido a nivel municipal, en 1947, con Manuel Ávila Camacho como un ejercicio de “ensayo”.
“Había una discusión muy fuerte de que era un paso muy grande darle a las mujeres el derecho al voto a nivel federal primero. Entonces, la propuesta que va ganando terreno es que primero voten a nivel local y luego a nivel federal”. En esa ocasión, la agenda en pro del sufragio femenino se encontraba sostenida por las mujeres, pero aún dependían de la voluntad política de los varones.
La discusión en los congresos para la reforma de 1953 incluyó la oposición del Partido Acción Nacional (PAN), no a la reforma sino al hecho de que Adolfo Ruiz Cortines se llevara el crédito de una propuesta que, 18 años antes, ya había sido votada y aprobada en la administración de Lázaro Cárdenas. Pero la mesa ya estaba puesta. Ruiz Cortines supo leer el contexto histórico en el que se encontraba, países como Ecuador, Colombia e, incluso Cuba, le llevaban la delantera a México.
Así fue como le fue otorgado el voto a las mujeres. “Si bien muchas mujeres impulsaron la agenda, necesitaron de la voluntad política de los varones para que esa agenda se pudiera consumar y también de su momento histórico, es decir, el término correcto para hablar del voto es que el derecho les fue otorgado”, enfatiza la historiadora. Ahora, a 66 años del histórico voto nacional de las mujeres, aún quedan pendientes.
La llegada de la primera mujer a un puesto político de alto perfil se dio en 1979, cuando el país tuvo a la primera gobernadora de Colima: Griselda Álvarez. Desde entonces, el efecto no se ha detenido. La paridad de género es el resultado de 200 años de lucha y apenas, a inicios de este año, se logró avanzar contra la violencia política en razón de género. El gran pendiente es lograr que una mujer llegue a la presidencia con la libertad plena para gobernar.