El James Webb capta remolinos de nubes fuera del sistema solar
El telescopio de la NASA, James Webb, detecto por primera vez nubes arenosas del planeta lejano VHS 1256 b, que está fuera del sistema solar.
El telescopio de la NASA, James Webb, detecto por primera vez nubes arenosas del planeta lejano VHS 1256 b, que está fuera del sistema solar.
El telescopio espacial James Webb de la NASA detectó remolinos de nubes arenosas en la atmósfera del exoplaneta VHS 1256 b, ubicado a unos 40 años luz de distancia de la Tierra, fuera del sistema solar.
Este planeta orbita dos estrellas y sus nubes, las cuales están llenas de polvo de silicato, se elevan, mezclan y mueven constantemente en su atmósfera durante su día de 22 horas, de acuerdo con la NASA.
“VHS 1256 b está unas cuatro veces más lejos de sus estrellas que Plutón de nuestro Sol, lo que lo convierte en un excelente objetivo para Webb”, dijo Brittany Miles de la Universidad de Arizona que observan el espacio por el James Webb.
El equipo de investigadores también realizó detecciones extraordinariamente claras de agua, metano y monóxido de carbono, y encontró evidencia de dióxido de carbono. Este es el mayor número de moléculas que se hayan identificado a la vez en un planeta fuera de nuestro sistema solar.
Más arriba en su atmósfera, donde las nubes de silicato se agitan, las temperaturas alcanzan unos abrasadores 830 grados Celsius.
El planeta VHS 1256 b tiene baja gravedad, por lo que sus nubes de silicato pueden aparecer y permanecer a mayor altura en su atmósfera, donde el Webb puede detectarlas. Además, sus cielos son tan turbulentos por la edad del planeta. En términos astronómicos, es bastante joven, solo han pasado 150 millones de años desde su formación y continuará cambiando y enfriándose durante miles de millones de años.
Sin embargo, la NASA sostiene que aún falta mucho por aprender de VHS 1256 b en los próximos meses y años a medida de que se continúen analizando los datos infrarrojos de alta resolución de Webb. Los investigadores prevén que este planeta lejano, con el tiempo, se vuelva más frío y sus cielos podrían pasar de nublados a despejados.
“Con solo unas pocas horas de observaciones, tenemos lo que parece un potencial interminable de descubrimientos adicionales”, Beth Biller, de la Universidad de Edimburgo en Escocia y coautora de la investigación.