La pandemia ha dejado 131,325 menores huérfanos en México, según estudio

México es el país en el que más personas menores de edad han quedado huérfanos por causas relacionadas con el Covid-19, al perder a uno o a los padres por la enfermedad o por causas relacionadas a la pandemia, de acuerdo con un estudio publicado en la revista The Lancet. 

El estudio “Estimaciones mínimas mundiales de niños afectados por Orfandad asociada a COVID-19 y muertes de cuidadores” sostiene que 33 mil 342 menores quedaron sin su madre, 97 mil 951 sin su padre y 32 sin ambos, con lo que suman 131 mil 325 huérfanos entre marzo de 2020 y abril de 2021, de acuerdo con lo publicado en la prestigiosa revista científica.

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La cifra supera a la de países con una mayor población como India que suma 116 mil 263; Brasil, con 113 mil 150, o Estados Unidos, con 104 mil 884 huérfanos.

Por tasa, Perú encabeza la lista con 9.6 por cada mil niños, mientras que México reportó 3.3.

A nivel mundial, la pandemia dejó 1.1 millones de niños sin sus cuidadores principales, ya fueran los padres, o los abuelos que se encargaban de ellos en su lugar, según estima el estudio.

Si se suman los abuelos cuidadores que fallecieron en México, la cifra de niños impactados suma 141 mil 132. 

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Las muertes asociadas con Covid-19 eran, en todos los países, mayores entre los hombres que entre las mujeres, sobre todo en las edades medias y avanzadas. En general, había hasta cinco veces más niños que perdían a su padre que a su madre.

El análisis utilizó datos de mortalidad y fertilidad para modelar las tasas de orfandad (muerte de uno o ambos progenitores) asociadas a Covid-19 y las de los abuelos custodios y convivientes (de 60 a 84 años).

Los investigadores se refieren a “muertes asociadas” a Covid-19, es decir, la combinación de las causadas directamente por la enfermedad y las debidas a factores como los confinamientos, restricciones a las reuniones y a la circulación, la disminución del acceso o la aceptación en la atención sanitaria y del tratamiento de enfermedades crónicas.

Las experiencias traumáticas, como la pérdida de un padre o un cuidador, se asocian con el aumento del consumo de sustancias, las condiciones de salud mental y otras de comportamiento y salud crónica.

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“Estudios como este desempeñan un papel crucial a la hora de esclarecer las consecuencias duraderas de la pandemia de covid-19 para las familias y la futura salud mental y el bienestar de los niños de todo el mundo”, según la directora de Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), Nora Volkow, que financió, en parte el trabajo.

“Aunque el trauma que experimenta un niño tras la pérdida de un padre o cuidador puede ser devastador, existen intervenciones basadas en la evidencia que pueden prevenir consecuencias adversas posteriores, como el consumo de sustancias, y debemos garantizar que los niños tengan acceso a estas”, agregó Vokow, citada por The Lancet.

Con información de EFE