Semáforo de alerta por el Popocatépetl regresa a amarillo fase 2
La actividad del Popocatépetl ha disminuido en los últimos días. Foto: CNCP

La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) informó este martes 6 de junio que el semáforo de alerta volcánica por el Popocatépetl regresa a amarillo fase 2, luego de dos semanas de permanecer en la fase 3.

En un comunicado, el organismo indicó que la actividad volcánica ha presentado ligero decremento en algunos de los parámetros.

“Se recomienda cambiar el semáforo de alerta volcánica de amarillo fase 3 a amarillo fase 2. Se mantendrá el monitoreo permanente de la actividad y seguimiento de su evolución por parte del Cenapred (Centro Nacional de Prevención de Desastres) y del comité”, señaló la CNPC.

De acuerdo con las autoridades, el Popcatépetl presenta algunas emisiones de bajo contenido de ceniza y la expulsión de fragmentos incandescentes en menor volumen ─asociados con algunos episodios de tremor de amplitud baja a moderada─, así como esporádicas explosiones menores.

Incluso la frecuencia e intensidad de las exhalaciones han mostrado una ligera disminución, al igual que el número de sismos volcanotectónicos.

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Fotografía del volcán Popocatépetl en actividad, en el poblado San Pedro Benito Juárez, en Puebla. Foto: Hilda Ríos/ EFE

En la fase 2 se espera que el volcán tenga una actividad caracterizada por la ocurrencia de tremores de alta o baja frecuencia y amplitud variable, así como algunas explosiones de tamaño menor a moderado y emisiones de ceniza.

También se podría registrar la expulsión de fragmentos incandescentes dentro del radio de exclusión de 12 kilómetros y la ocurrencia de lahares (flujos de lodo) que bajan por las cañadas, debido a la acumulación de ceniza en las laderas y las lluvias esperadas en las próximas semanas.

El pasado 21 de mayo, se activó el semáforo de alerta amarillo fase 3 por la alta actividad del Popo, cuyas cenizas alcanzaron a gran parte de Puebla y llegaron hasta el Estado de México, Morelos, Tlaxcala y Ciudad de México.

Desde entonces, las autoridades activaron los mecanismos de prevención para reducir la vulnerabilidad de la población ante los riesgos volcánicos.

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