‘No salen los polis culones'; así invadió el crimen organizado a la ciudad de Caborca
La madrugada del 16 de febrero hombres armados entraron al municipio de Caborca: asesinaron a dos personas y secuestraron a cinco

El ambiente era como el de una guerra. Balazos por un lado y por el otro. "¡Pum, pum, pum! En todas partes se escuchaba”, relata Carolina, una vecina de Caborca, la ciudad de Sonora a la que hace cinco días ingresaron hombres armados para asesinar a dos personas y secuestrar a otras cinco.
Desde la tarde los habitantes de esta ciudad ya se imaginaban lo que se podría suceder. Los conductores de tráiler que trabajan en las minas de la región anunciaron por mensajes de voz en WhatsApp que entre 18 y 20 automóviles, con hombres armados a bordo, se dirigían por carretera a Caborca.
“Está comentando la raza que se acercaron los malandros, que no quieren a nadie después de las 10 de la noche circulando por estas carreteras. Va a ser nuestra bajo responsabilidad lo que nos llegue a pasar”, advirtió un conductor en uno de los audios de WhatsApp a los que tuvo acceso La-Lista.
Y justo así fue. A las 22:00 horas del 15 de febrero se escucharon los primeros balazos y estos no cesaron hasta las 03:00 horas del siguiente día. Carolina, quien pidió resguardar su verdadero nombre por temor a represalias, comparte que en Caborca están acostumbrados a escuchar enfrentamientos armados en la periferia de la ciudad, pero no en el centro, nunca afuera de sus hogares.
“En la ciudad donde hay tantas personas es la primera vez que pasamos por este foco rojo”, dice Carolina, aunque tampoco le sorprendió lo sucedido porque la inseguridad que ha crecido en los últimos años. “De un tiempo para acá hay mucho desaparecido, mucha gente armada, mucho cinismo de las autoridades. Es una zona sin ley.”
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), los homicidios dolosos en Sonora incrementaron 120% en los últimos cinco años. En el 2017 se registraron 727 casos y para el 2021 la cifra creció a mil 600.
Krimilda Bernal, directora del Observatorio Sonora por la Seguridad, explica que el aumento de la violencia y lo sucedido en Caborca tienen un mismo detonante: el debilitamiento de las policías locales.
“Una de las tantas fallas es que no se invierten recursos en las policías municipales, estatales, preventivas. Todas las corporaciones de seguridad pública del estado han sido abandonadas. Se ha visto que quienes llegan a estas instituciones con increíbles planes no los pueden llevar a cabo porque el sistema no los deja”, lamenta Bernal.

Según las autoridades de Sonora, el saldo de la invasión armada que sufrió Carborca hace cinco días fue de dos personas asesinadas y cinco desaparecidas, aunque tres de estas últimas víctimas ya aparecieron con vida.
Tras el ataque, el presidente municipal de Caborca, Abraham Mier Nogales, reconoció en un comunicado que “los hechos vividos esta madrugada rebasaron el nivel de respuesta de las corporaciones policiacas, ya que no fuimos capaces de prevenir estos lamentables hechos”.
En una entrevista para Radio Fórmula, el alcalde admitió que bajo sus órdenes tienen a poco más de 100 policías. Esa es la misma cantidad de hombres armados que, según medios locales, habrían entrado a Caborca para sembrar terror y pánico.
Mier Nogales ordenó un toque de queda para la población, con el objetivo de que no salieran de sus hogares a partir de las 220:00 horas, aunque los habitantes de Caborca lo hacen desde antes porque han perdido la paz.
“Todos estamos en zozobra, mentiría si le digo que el pueblo está en calma porque hay un lugar al que le dicen Cerro Prieto y se corrió la voz de que ahí están amadrigadas las gentes armadas, eso significa que puede haber otro refuego”, indica Carolina.
Ninguna patrulla llegó a ayudar a los habitantes de Caborca
Los audios de WhatsApp alertando sobre los autos con hombres armados empezaron a correr desde la tarde del 15 de febrero. Después, ya en la noche, en redes sociales circularon videos de los agresores en la calle y cargando sus vehículos en una gasolinera abandonada.
"¡Pura chapiza a la verga ira!”, expresaba un hombre mientras grababa los vehículos estampados con una “X” y a sus compañeros portando uniformes estilo militar y con armas largas. "¡Puro Durango, así no más a la v***a! ¡No salen los ‘polis’ culones! ¡Pinche bola de jotos!”, insistía el de la voz.
Mientras todo eso pasaba, las familias de Caborca se resguardaban en sus hogares. Carolina comparte que ella se tiró al suelo en unas cobijas toda la madrugada, desde que escuchó el primer balazo a las 22:00 horas y se levantó hasta las 06:00 horas para irse a trabajar, como cualquier otro día y todavía con miedo.
Con el ruido de las armas de fondo, Carolina platicaba con sus hermanas por el celular. Una le decía que bajara el colchón y se tirara al suelo. Otra que mejor se metiera al baño porque estaba más al fondo.
Los habitantes de Caborca cuestionan que ninguna autoridad llegó para ayudarlos durante el ataque armado que ha sido atribuido a una fracción del Cártel de Sinaloa, liderada por los hijos de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.
“Ninguna patrulla, ningún militar, ningún carro de la Guardia Nacional transitó por las calles”, lamenta Carolina. “Todos nos molestamos porque si te pasas un alto, si traes las placas vencidas o si hay un borrachito hay un montón de policías, pero esa noche no salieron”.
Carolina comparte que intentó llamar al 911, el número telefónico de la Secretaría de Seguridad de Sonora para levantar una denuncia anónima y reportar delitos, pero nadie contestaba.
Apenas el 3 de julio del 2021 el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró un cuartel de la Guardia Nacional en la comunidad de Pitiquito, ubicada a 12 kilómetros de Caborca. Solo 13 minutos en carro separan a ambos puntos, pero ni así las autoridades federales acudieron al apoyo de la población.
Esta no es la primera vez que acusan de inacción a la Guardia Nacional. El 19 de junio del año pasado un grupo armado entró a la periferia de Reynosa y asesinó a por lo menos 14 personas. Y aunque a unos pocos kilómetros había un cuartel de las autoridades federales, éstas no llegaron a auxiliar a la población hasta dos horas después, ya que los criminales habían abandonado el lugar.
Krimilda Bernal, del observatorio de seguridad, cuestiona que en el discurso el gobierno federal se compromete a abatir la inseguridad, pero en los hechos ha fallado.
“En el norte de Sonora hay ciudades donde ocurren balaceras, vehículos con hombres armados desfilan en las calles y operan de esa forma porque se les sigue permitiendo”, dice la experta. “Sobre lo que ocurrió en Caborca, ahí estaba la Guardia Nacional y no pasó nada. Desde el gobierno federal siempre este discurso de que las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional están ahí para apoyar, pero cuando ocurren desastres como estos están ausentes”.