Excluyen a palestinos del plan israelí de vacunas contra el Covid
Puesto de vacunación en Tel Aviv. Foto: Oded Balilty/AP

Israel celebra su veloz e impresionante entrega de vacunas contra el coronavirus, ya le dieron la primera dosis a más de una décima parte de la población. Pero los palestinos en el territorio ocupado por Israel de Cisjordania y Gaza sólo pueden esperar y observar.

Conforme el mundo incrementa lo que parece un esfuerzo de vacunación altamente desigual, con las personas de los países más ricos al principio de las filas, la situación en Israel y los territorios palestinos proporciona un claro ejemplo de la división.

Israel transporta lotes de la vacuna de Pfizer/bioNTech por toda Cisjordania. Pero sólo las distribuyen entre los colonizadores judíos, y no entre los casi 2.7 millones de palestinos que viven alrededor, quienes tendrán que esperar varias semanas o meses.

“No sé cómo, pero debe haber una manera de que seamos prioridad también, ¿sí?”, dijo Mahmoud Kilani, un entrenador deportivo de 31 años de la ciudad palestina Nablus. “¿A quién le importamos? No creo que nadie se preocupe por esa pregunta”.

Tras dos semanas de su campaña de vacunación, Israel administra más de 150,000 dosis diarias, lo que significa que más de 1 millón de sus 9 millones de ciudadanos ya recibieron la vacuna inicial. La proporción es más grande que en cualquier otro país.

Establecieron centros de vacunación en estadios y plazas centrales. Las personas mayores de 60 años, trabajadores de la salud, cuidadores y poblaciones de riesgo tienen prioridad, mientras que los jóvenes saludables que llegan a las clínicas a veces se encuentran con la recompensa de dosis sobrantes para evitar que se desperdicien.

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El primer ministro, Benjamin Netanyahu, le dijo a los israelíes que el país podría ser el primero en emerger de la pandemia. Además de un novedoso sistema de salud, una parte importante de la velocidad es la economía. Un oficial del ministerio de salud dijo que el país pagó $62 dólares por dosis, en comparación, Estados Unidos paga $19.50.

Mientras tanto, la precarizada Autoridad Palestina, que tiene control limitado en los territorios, se apura para encontrar vacunas. Un oficial sugirió, tal vez con mucho optimismo, que las vacunas podrían llegar dentro de las próximas dos semanas.

No obstante, cuando le preguntaron por un tiempo estimado, Ali Abed Rabbo, director general del ministerio de salud de Palestina, dijo que las vacunas probablemente llegarán en febrero.

Aquellas llegarán gracias a la colaboración liderada por la Organización Mundial de la Salud llamada Covax, dirigida a ayudar a los países más pobres, pues prometieron dosis para el 20% de los palestinos. Pero las vacunas de Covaz aún no reciben la aprobación para su “uso de emergencia” por parte de la OMS, requisito necesario para que inicie la distribución.

Gerald Rockenschaub, cabeza de la oficina de la OMS en Jerusalén, dijo que llegará “el principio o la mitad de 2021” antes de que la Covax esté disponible para distribuir en los territorios palestinos.

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Se espera que el resto de las dosis lleguen con acuerdos con las compañías farmacéuticas, pero aparentemente no han firmado nada.

A pesar del retraso, las autoridades no han solicitado oficialmente la ayuda de Israel. La coordinación entre ambas partes se detuvo el año pasado cuando el presidente de Palestina rompió los vínculos de seguridad durante varios meses.

Pero Rabbo dijo que ya tuvieron “sesiones” con Israel. “Hasta este momento, no hay acuerdo, y no podemos decir que haya una opción práctica real en este aspecto”, dijo.

Las autoridades israelíes han sugerido que podrían proporcionar las vacunas sobrantes a los palestinos y aseguran no ser responsables de los palestinos en Cisjordania y Gaza, para ello señalan los acuerdos interinos de los 1990s que requieren que las autoridades se atengan a los estándares internacionales de vacunación.

Aquellos acuerdos buscaban que se estableciera un acuerdo de paz completo cinco años después, pero eso nunca llegó. Casi tres décadas más tarde, grupos de derechos israelíes, palestinos e internacionales han acusado a Israel de esquivar sus obligaciones morales, humanitarias y legales como la potencia ocupante durante la pandemia.

Gisha, un grupo israelí de derechos, dijo que los esfuerzos palestinos hasta ahora para buscar vacunas en otros lados “no absuelve a Israel de su responsabilidad absoluta hacia los palestinos colonizados”.

Las diferencias podrían ver a los israelíes volver a alguna forma de normalidad dentro de los primeros tres meses del año, mientras que los palestinos siguen atrapados con el virus. Eso podría tener un efecto negativo en el objetivo de Israel de alcanzar la inmunidad colectiva, pues miles de palestinos de Cisjordania trabajan en Israel y las colonias, lo que podría mantener altas tasas de infección.

En Gaza, un área empobrecida por el bloqueo de Israel y Egipto, el tiempo estimado es más largo que en Cisjordania. Los gobernantes islamistas de la franja, Hamas, han sido incapaces de contener el virus y son enemigos de Israel y rivales políticos de la Autoridad Palestina.

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Salama Ma’rouf, cabeza de la oficina de prensa del Grupo Hamas, estimó que las vacunas llegarán “dentro de dos meses”, y añadió que hay coordinación con la OMS y la Autoridad Palestina.

Heba Abu Air, una residente de Gaza de 35 años, se sobresaltó cuando le preguntaron cómo se sentía al ver que vacunaban a otros primero. “¿En serio nos intentas comparar con Israel o cualquier otro país?”, preguntó. “No tenemos trabajo, comida, ni bebidas. Estamos bajo amenazas constantes. Ni siquiera tenemos necesidades básicas para la vida”.

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