Han muerto 6,500 migrantes en Catar mientras se prepara para la Copa del Mundo
Latha Bollapally, con su hijo Rajesh Goud, sostiene una foto de su esposo, Madhu Bollapally, de 43 años, un trabajador migrante que murió en Qatar. Fotografía: Kailash Nirmal

Más de 6,500 trabajadores migrantes de la India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka murieron en Catar a partir de que el país ganó el derecho de realizar la Copa del Mundo hace 10 años, revela The Guardian.

El descubrimiento, que se obtuvo con información del gobierno, significa que un promedio de 12 trabajadores migrantes de esos cinco países del sur de Asia han muerto desde la noche de diciembre de 2010 en que las calles de Doha se llenaron de multitudes que celebraban la victoria de Catar.

Información de India, Bangladesh, Nepal y Sri Lanka indica que 5,927 trabajadores migrantes murieron entre 2011 y 2020. Por otra parte, información de la embajada de Pakistán en Catar reportó 824 muertes adicionales de trabajadores pakistaníes, entre 2010 y 2020.

La cantidad total de muertos es significativamente mayor, ya que estas cifras no incluyen las muertes de países que enviaron grandes cantidades de trabajadores a Catar, incluyendo Filipinas y Kenia. Las muertes que ocurrieron en los últimos meses de 2020 tampoco se incluyen.

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Durante los últimos diez años, Catar se embarcó en un programa de construcción sin precedente, en gran parte para preparar el torneo de futbol de 2022. Además de siete nuevos estadios, docenas de proyectos importantes ya se completaron o están a punto de serlo incluyendo un nuevo aeropuerto, caminos, sistema de transporte público, hoteles y una nueva ciudad, que será la sede de la final de la Copa del Mundo.

Las muertes no se registran por ocupación o lugar de trabajo, así es que es probable que muchos de los trabajadores muertos fueran empleados de estos proyectos de infraestructura para la Copa del Mundo, dice Nick Mc Geehan, director de FairSquare Projects, un grupo de abogados especializados en derechos laborales en el Golfo. “Un número muy importante de trabajadores migrantes que murieron a partir de 2011 sólo estaban en el país porque Catar ganó el derecho de ser la sede de la Copa del Mundo”, dijo.

Hay 37 muertes registradas directamente relacionadas con la construcción de los estadios de la Copa del Mundo, y 34 de estas fueron clasificadas como “no relacionadas con el trabajo” por el comité organizador del evento. Los expertos cuestionaron el uso del término porque en algunos casos se utiliza para describir muertes que ocurren en el trabajo, incluyendo un número de trabajadores que colapsaron y cayeron muertos en los sitios de construcción del estadio.

Los descubrimientos dejan expuesto el fracaso de Catar para proteger su fuerza de trabajo de 2 millones de migrantes o de investigar este aparente alto número de muertes entre trabajadores en su mayoría jóvenes.

Tras las estadísticas quedan una serie de historias de familias devastadas que se quedaron sin su principal proveedor y luchando para obtener la compensación y confundidas por las circunstancias de la muerte de sus seres queridos.

Ghal Singh Rai de Nepal pagó casi 1,300 dólares en cuotas de reclutamiento para su trabajo como afanador en un campo para los trabajadores que construían el estadio Education CIty World Cup. Una semana después de llegar, se quitó la vida.

Otro trabajador, Mohammad Shahid Miah de Bangladesh, se electrocutó en el cuarto que le proporcionaron sus empleadores cuando este se inundó y se mojaron unos cables expuestos.

En India, la familia de Madhy Bollapally no acaban de entender cómo es que este hombre sano de 43 años murió por “causas naturales” mientras trabajaba en Catar. Encontraron su cuerpo en el piso de su cuarto.

Este terrible número de muertes se encuentra registrado en largas hojas de datos: graves lesiones múltiples debido a una caída de gran altura, asfixia por ahorcamiento, causa indeterminada de la muerte a causa de la descomposición.

Pero entre las causas registradas, la más común es la de “muerte por causas naturales”, que con frecuencia se atribuyen a fallas cardiacas o respiratorias.

Basados en la información que obtuvo The Guardian, 69% de las muertes entre los indios, nepalíes, y bangladesís se registran como naturales. Entre los indios la cifra es del 80%.

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The Guardian ya reportó anteriormente que esas clasificaciones, que normalmente se hacen sin autopsia, suelen carecer de explicación médica legítima debido a la causa subyacente de estas muertes.

En 2019 se descubrió que el intenso calor de verano de Catar es un factor importante en muchas de las muertes. Los hallazgos de The Guardian se basaron en un estudio comisionado por la Organización Internacional del Trabajo de la ONU, que revelaba que por lo menos durante cuatro meses del año los trabajadores se enfrentaban a un significativo estrés por calor cuando trabajaban en exteriores.

Un reporte de los abogados del gobierno de Catar en 2014 recomendaba que se realizara un estudio sobre las muertes de los trabajadores migrantes por ataque cardíaco, y que cambiaran la ley para “permitir autopsias… en todos los casos de muertes inesperadas o repentinas”. El gobierno no lo ha hecho.

Catar sigue arrastrando “los pies en este asunto crítico y urgente que no muestra interés por la vida de los trabajadores”, dijo Hiba Zayadin, investigadora del Golfo de Human Rights Watch. “Pedimos a Catar que cambie su ley de autopsias para solicitar investigaciones forenses de todas las muertes súbitas o inexplicables, y que se aprobara una ley que requiriera que todos los certificados de muerte incluyeran referencias a una causa de muerte médicamente legítima”, dijo.

El gobierno de Catar dice que el número de muertes, que no desmiente, es proporcional al tamaño de la fuerza de trabajo de los migrantes y que las cifras incluyen a trabajadores de cuello blanco que murieron por causa naturales después de vivir muchos años en Catar.

“El índice de mortalidad entre estas comunidades está dentro de lo esperado para el tamaño y la demografía de la población. Sin embargo, cada vida perdida es una tragedia, y ningún esfuerzo se va a escatimar para tratar de prevenir cada muerte en nuestro país”, dijo el gobierno de Catar por medio de un vocero.

El funcionario agregó que todos los ciudadanos y los extranjeros tienen acceso a un servicio de salud de primera clase, y que se ha reducido el índice de mortalidad entre los “trabajadores invitados” durante la última década gracias a las reformas de salud y seguridad al sistema laboral.

Otras causas significativas de muertes entre los indios, nepalíes y bangladesis son los accidentes automovilísticos, 12%, accidentes de trabajo, 7% , y suicidio, 7%.

Las muertes relacionadas con el Covid, que han sido muy pocas en Catar, no han afectado significativamente las cifras, ya que sólo se registran 250 muertes entre todas las nacionalidades.

La investigación de The Guardian puso en evidencia la falta de transparencia, rigor y detalle al registrar las muertes en Catar. Las embajadas en Doha y los gobiernos que envían trabajadores se muestran renuentes a compartir la información, posiblemente por motivos políticos. En donde se han proporcionado estadísticas, existen inconsistencias entre las cifras de las diferentes agencias gubernamentales, y no existe un formato estándar para registrar las causas de la muerte. Una embajada del sur de Asia dijo que no podían compartir las causas de la muerte porque las registraban a mano en una libreta.

“Existe una verdadera falta de claridad y transparencia en torno a estas muertes”, dijo May Romanos, investigadora del Golfo de Amnistía Internacional. “”Es necesario que Catar fortalezca su salud ocupacional y estándares de seguridad”.

El comité que organiza la Copa Mundial en Catar, cuando se les pregunta sobre las muertes en los proyectos de los estadios, dijo: “Lamentamos profundamente todas estas tragedias e investigamos todos los incidentes para asegurar que las lecciones se aprendieron. Siempre hemos mantenido transparencia en torno a este asunto y disputamos datos inexactos sobre el número de trabajadores que han muerto en nuestros proyectos”.

En una declaración, un vocero de la FIFA, el cuerpo gobernante del futbol del mundo, dijo que el organismo está totalmente comprometido a proteger los derechos de los trabajadores en los proyectos de la FIFA. “Con las medidas tan astringentes de salud y seguridad …  la frecuencia de los accidentes en los sitios de construcción de la Copa del Mundo de la FIFA son bajos en comparación  con otros proyectos de construcción en todo el mundo”, dicen, sin proporcionar evidencia.

Vidas detrás de las estadísticas

Madhu Bollapally
India

Madhu Bollapally de 43 años dejó a su esposa Latha y a su hijo de 13 años Rajesh en la India para trabajar en Catar en 2013. Nunca lo volvieron a ver.
Una noche a finales de 2019 cuando su compañero de cuarto regresó al dormitorio, encontró a Bollapally en el piso. Como miles de otras muertes rápidas e inexplicables, la suya se registró como un paro cardíaco debido a causas naturales.
A pesar de haber trabajado para su empleador durante seis años, su esposa e hijos sólo recibieron 1,600 dólares como compensación y por salario no pagado. Rajesh no tiene idea de por qué murió su padre. “No tenía problemas de salud”, dijo. “No tenía nada mal”.

Mohammad Shahid Miah
Bangladesh

Las fuertes lluvias que azotaron Catar a finales de septiembre del año pasado fueron un inconveniente para muchos. Para Mohammad Shahid Miah se convirtieron en una sentencia de muerte. Las lluvias inundaron la habitación en donde vivían los trabajadores y el agua entró en contacto con unos cables expuestos. Cuando Miah pisó el suelo mojado, se electrocutó y murió, contó su padre a The Guardian.

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Miah pagó a un agente de reclutamiento más de 4,900 dólares para asegurar un trabajo en Catar en 2017, una cantidad importante para una familia de las zonas rurales de Bangladesh. La deuda se pasó ahora a los padres que ahora están muy preocupados y son más pobres y que todavía no han recibido ninguna compensación por parte del empleador de Miah ni del gobierno de Catar.

Ghal Singh Rai
Nepal

A los 20 años, Ghal Singh Rai tenía buenos prospectos. Aseguró un trabajo como afanador en un campo para los trabajadores que construían uno de los nuevos estadios de la Copa del Mundo de Catar.

Su familia pagó cerca de 1,300 dólares a una agencia de reclutamiento para que lo llevaran a Catar pero una semana después de llegar, Rai se quitó la vida. Su padre, Saarki Bahadur Rai, dice que sintió que algo no andaba bien y trató desesperadamente de apoyar a su hijo. “Intenté una y otra vez de decirle que no se preocupara. Le dije: regresa a casa si no puedes trabajar allí”.

Por Pete Pattinson, Niamh McIntyre, Imran Mukhtar en Estambul, Nikhil Eapen en Bangalore, Imran Mukhtar en Islamabad, Md Owasin Uddin Bhuyan en Dhaka, Udwab Bhattarai en Katmandú y Aanya Piyari en Colombo.

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