Texas, T-MEC: ’Mexican standoff’
Ángel Guardián
Texas, T-MEC: ’Mexican standoff’
Foto: Matt Nelson/Unsplash.com

Un Mexican standoff es un recurso que funciona muy bien en la películas o el teatro y, al parecer, en algunas negociaciones. Se trata de una confrontación en la que ninguno de los involucrados tiene posibilidades de ganar, pero tampoco puede declinar el pleito. Es decir, es una situación empantanada que quizá sólo la providencia puede arreglar.

Esa sensación me provoca ver lo que está pasando en el norte del país y el sur de Texas con las inclemencias del tiempo que han detonado una crisis energética que ha afectado millones de hogares y miles de industrias a ambos lados de la frontera.

Mientras en Texas el gobernador Greg Abbott quiere evitar que los productores de gas natural vendan el combustible fuera del estado, en México la titular de Economía, Tatiana Clouthier, exige a EU que se garantice el abasto de dicho hidrocarburo para que no se afecte (más) a la industria del país.

Hay cosas raras en todo esto. Una de ellas es que un gobernador de un estado allende el río Bravo quiera imponer una política aislacionista que no sólo afectaría a sus vecinos en EU, sino que también a su principal socio comercial, México.

Cerrar las llaves a los exportadores de Gas Natural sería un golpe letal para la industria del norte del país, la cual depende de ese insumo para todo. Por el momento, las pérdidas por la falta del combustible les ha costado a las empresas del norte del país unos 3,000 millones de dólares, pero eso podría crecer más.

Ahora bien, los expertos dudan que Abbott pueda salirse con la suya ya que el gobernador texano no tendría autoridad para que su prohibición se lleve a cabo.

Esto porque la venta de gas natural se rige por contratos amparados por el T-MEC, ese que negociaron los expresidentes de EU y México, Donald Trump y Enrique Peña Nieto, y que los dos presidentes actuales de ambos países, Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, han prometido honrar.

Si bien el T-MEC crea ese entorno para que el gobernador de Texas no pueda prohibir la exportación de gas a México, el mismo acuerdo contiene reglamentos que se podrían utilizar en contra de la pretensión de la 4T de una contrarreforma energética, claro, a menos que se paguen miles de millones de dólares en demandas de empresas (como advierte el CEESP).
De hecho, ya muchos despachos se mueven para advertir que cualquier medida que altere el mercado y que se favorezca a CFE por sobre la producción de privados sería una violación del T-MEC.

A pesar de ello, tanto el poder ejecutivo como el legislativo del país (en pocas palabras, la aplanadora de la 4T), busca que la iniciativa para modificar al sector eléctrico le permita a las dependencias respectivas (es decir, Energía y CFE) modificar o dar por terminados contratos con las empresas generadoras de energía del sector privado.

Esto podría llevarnos a una situación similar a la de los ‘contratos leoninos’ con los constructores y operadores de gasoductos que Manuel Bartlett renegoció (a pérdida para el país).Se vendrían, entonces, demandas, contrademandas, salida de capitales y, con ello, seguramente más apagones y pérdidas adicionales para la industria.

El gobernador texano se envalentonó, pero el T-MEC lo frenará… ¿pasará lo mismo con AMLO y sus personeros de la 4T? Más que un Mexican standoff, de este lado del Bravo y hasta el Usumacinta, más bien parece que nos enfrentamos a otro cliché, el volado en el que ‘ya sabes quién’ nos dice: “Sol gano, Águila pierdes”.

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