Muchas sombras y una luz en el gabinete
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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Muchas sombras y una luz en el gabinete
Foto: Element5 Digital en Unsplash

Es común que antes de la elección intermedia que enfrenta cada Presidente durante su sexenio, se considere que los resultados de la votación en su tercer año de ejercicio son una calificación de desempeño y un referente que mide las reales posibilidades de los partidos satélites que atomizan el sufragio del descontento y son puestos en la boleta para contener a la oposición.

Hacia la jornada electoral más grande de la historia de México, el panorama es claro. Ante el desgaste del ejercicio del poder, es previsible una votación menos cuantiosa que la registrada en 2018 para Morena en términos generales, a causa del desencanto de los indecisos que lo respaldaron hace 3 años, pero que no se ubican en la franja de voto duro de Andres Manuel López Obrador como caudillo del partido que lo llevó a la Presidencia.

Se observa una oposición pulverizada, sin embargo el previsible voto de castigo o acelerado hartazgo hacia el Movimiento de Regeneración Nacional podría ser suficiente como para sorprender en la nueva integración en San Lázaro, finalmente en política nada está escrito y las victorias o derrotas nunca son definitivas. Para las 15 gubernaturas en juego; Baja California Sur, Chihuahua, Nuevo León y Sonora podrían terminar con resultados adversos para Morena, en las entidades donde las alianzas opositoras PAN, PRI y PRD o la hegemonía de Acción Nacional, en el caso de Querétaro podrían triunfar. Las otras 10 parecen mostrar tendencias irreversibles pintadas de guinda.

El desempeño y perfil del gabinete son factores para las decisiones en las urnas. Presidentes mal calificados han salido adelante con secretarios de Estado confiables y altamente reconocidos en su especialidad.

Durante la presente administración ocurre un fenómeno singular, el gabinete es Andrés Manuel López Obrador. En esta administración basta con obediencia y honestidad bajo los curiosos parámetros de la 4T, que cobija a personajes como Manuel Bartlett en la CFE. Tampoco son necesarios grados académicos, ni el dominio de los temas en las secretarías que encabezan. Por eso tenemos a un agrónomo en PEMEX, una periodista en Seguridad Pública o una licenciada en letras inglesas en Economía. En este contexto la pobreza de resultados se explica por sí misma.

En la Secretaría de Educación Pública, el escritorio de José Vasconcelos es ocupado por Delfina Gómez Álvarez, cuyo origen humilde la enaltece, sin embargo su perfil profesional es ciertamente limitado para dirigir una dependencia crucial en el desarrollo del país. Durante la pandemia la educación enfrenta retos inéditos, la crisis económica ha provocado que a nivel nacional más de 2.3 millones de estudiantes de todos los niveles hayan dejado escuelas privadas para inscribirse en el sistema público, tenemos una SEP remendada por los recortes presupuestales, planteles prácticamente abandonados y la ausencia de un sistema efectivo de aprendizaje a distancia. Delfina Gómez es una incondicional del Presidente y consistente aspirante a gobernar el Estado de México, pero se ha mantenido inexistente durante su primer mes al frente de tan elevada responsabilidad.

En la Secretaría de Energía, es evidente el colapso de Rocío Nahle, cuyo voluntarismo, soberbia y desconocimiento jurídico la exhiben como una de las peores funcionarias del gabinete. La crisis más aguda que se recuerde entre los Poderes Ejecutivo y Judicial ha sido propiciada por el frenético deseo que estatizar la producción eléctrica a través de una ley evidentemente inconstitucional mayoriteada en el Congreso, que vulnera  la libre competencia de las empresas que desarrollan energías renovables y han sido satanizadas por el régimen. La Unidad de Asuntos Jurídicos de SENER ha sufrido recortes de personal, frecuentes cambios de titular y documenta diversos casos de hostigamiento laboral. Además de las razones técnicas de fondo, el área jurídica de Nahle es dirigida por Leslie Garibo Puga, ex contralora en Veracruz que ha reforzado los maltratos contra su personal y según versiones de funcionarios de esa Unidad, carece de conocimientos y experiencia en materia contenciosa, lo que agudizará la racha de derrotas de esa secretaría ante el Poder Judicial de la Federación. La ley impulsada por AMLO sigue suspendida definitivamente, ante lo cual ya se plantea una reforma constitucional para adaptar la Carta Magna a los criterios impugnados.

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A pesar de las tribus más radicales del régimen, el mejor hombre del equipo presidencial es el Canciller Marcelo Ebrard. Su multifuncionalidad de apagafuegos le ubica en ventaja sobre sus colegas y lo muestra como el funcionario más eficaz de López Obrador. Con un perfil ajeno a las estridencias, se ha mostrado cómodo en la SRE. Ha sabido transitar sin colapsos la complicada transición entre los gobiernos de Trump y Biden, se le percibe seguro y poseedor de una narrativa convincente que genera una percepción positiva sobre sus capacidades para sacar las castañas del fuego en diversos temas, incluso los que son ajenos a su responsabilidad directa. En política 3 años pueden ser una eternidad, sin embargo Ebrard es ahora un aspirante natural rumbo a la sucesión, con un estilo menos radical y mayor ánimo de construcción de acuerdos.

En el equipo presidencial predominan las sombras y por el momento una sola luz.

EDICTOS

De escándalo ha resultado la iniciativa presentada por la diputada federal de Morena, Reyna Celeste Ascencio, en la que propone la restricción de las suspensiones en vía de juicio de amparo para los temas relacionados con la CFE, PEMEX y los salarios máximos de los servidores públicos. La diputada Ascencio busca limitar los alcances de la protección de la justicia federal. Es obvia la intención para descafeinar el juicio de garantías en los temas que más encienden el enfado presidencial, cuando los jueces federales suspenden legislaciones que vulneran derechos. Para los legisladores de cuarta la estrategia es clara, si la Constitución estorba hay que reformarla mientras tengan mayoría.

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