Televisión, Univisa, Unitele, Teleuni…

Llámala como quieras, pero creo que la nueva entidad que va a surgir de la combinación de los negocios de contenido de Televisa y Univisión va a resultar en uno de los mayores actos de gatopardismo corporativo de la historia.

En lo que es un episodio más de la telenovela de la vida de estas dos empresas, las mayores televisoras en español de América del Norte han estrechado sus lazos para convertirse en Televisa-Univisión. 

Las dos empresas llevan años en un estira y afloja, queriendo ser socias, hermanas, rivales, amigas… siempre compartiendo pantalla (más Televisa a Univisión que viceversa), y atendiendo a los gustos que la firma mexicana ha moldeado por generaciones.

La dote de Televisa a Univisión consta de su emporio de contenidos, tanto su biblioteca de medios como la capacidad de producción; las cuatro cadenas de televisión que opera en México, 27 canales de cable, Videocine (el estudio de cine), y Blim, el servicio de streaming.

¿Qué recibe Televisa? Tres mil millones de dólares en efectivo, 25% de participación accionaria en Univision (la cual está valuada en 1,500 mdd), así como 300 mdd en diferentes iniciativas comerciales. En total, son una 4.8 mil millones de dólares.

Parte de estos recursos los aportarán SoftBank y Google. Una vez que se autorice esta combinación de activos, Televisa tendrá 45% de las acciones de Univisión, lo cual le dejaría al grupo que controla Emilio Azcárraga una enorme ganancia cuando (si acaso alguna vez sucede) Univisión salga a bolsa, un sueño que también es parte de esta telenovela.

La noticia de esta transacción inclusive puso de buen humor al presidente Andrés Manuel López Obrador (cabe recordar que Azcárraga Jr. forma parte del consejo asesor empresarial de AMLO).

Asimismo, todo esto fue visto por muchos como una forma en la que las dos televisoras querrán parte del pastel de streaming que se disputan firmas como Netflix, Amazon, Disney+, Paramount+ y otros servicios.

La verdad creo que el ente mexicoamericano que se estará formando llega tarde a esta fiesta. La primera razón es que siguen pensando que las audiencias en EU de hispanos (o latinos), siguen viendo al sur de la frontera con nostalgia. La verdad que ese sentir ya quedó superado hace muchos años y el entretenimiento que buscan millones de personas de ese origen es cada vez más disperso.

Por otro lado, en los avisos que mandaron a los accionistas (sobre todo los de Televisa, pues Univisión es privada), dicen que en la medida en que más personas tengan dispositivos conectados aumentará el interés por sus contenidos. 

Esto es posible, pero tampoco sería una panacea para el negocio que quieren conformar. Más allá de la nostalgia, la oportunidad para estas empresas deberá tomar en cuenta las nuevas tendencias en consumo de contenidos de las generaciones actuales y las que vengan después.

En este sentido, lo relevante será la producción de contenidos inteligentes, que apelen a lo local sin perder de vista lo universal. Querer competir contra los servicios de streaming ahora en boga no será una buena idea sin creatividad. Ver al pasado para explotar nostalgias y vender recuerdos no será suficiente.