Dos palomas atadas están unidas pero no puede volar
Regresando al amor

Psicoterapeuta familiar sistémica, escritora, meditadora y activista por la equidad de genero. Su práctica está encaminada al reconocimiento de la herida emocional infantil para el desarrollo integral del adulto consciente. Instagram @rominalcantar

Dos palomas atadas están unidas pero no puede volar
Foto: Pixabay

Cuando se vive una atadura emocional, donde la necesidad del otro y el temor de su perdida rigen la vida, aunque se escuche raro alguno buscará su pronta liberación de aquello que lo esclaviza. Algo que no sucede y no tiene nada que ver con el compromiso sano de entrega, lealtad y pertenencia que se puede llevar en una relación interdependiente. 

En las relaciones dependientes no se sabe cómo poner límites, se tiende a mezclarse y vivir la vida del otro como propia. Se busca alguien que nos complete y nos cubra esas necesidades insatisfechas en nuestra infancia, algo así como esa media naranja, ese príncipe azul o esa alma gemela de la que nos hablan desde pequeños y es el salvador que promete acabar con todos nuestros problemas. 

¿Qué te parece que ahora buscaras una persona que fuera nuestra compañera en una evolución compartida? 

En esta evolución compartida los miembros pueden confiar en el otro, existe una seguridad interior como para fomentar la independencia de cada uno. 

¿En qué se basa tal independencia?

Se basa en asumir la gestión de nuestra vida, sabiendo responsables de nuestra paz o de nuestra tristeza. Es importante reconocer que no podemos hacer feliz o salvar al otro, pero sí podemos velar por la felicidad y la paz de la relación. Se busca en esta independencia un apego sano donde se puede ofrecer intimidad real. 

Las personas independientes establecen relaciones interdependientes. Son aquellas constituidas por personas ya individualizadas que se eligen y relacionan en una evolución compartida. Relaciones en donde se vive desde el amor, no desde la herida emocional que el otro nos evoca. 

Esta independencia conduce a buscar un sostenido ejercicio de comunicación, donde los acuerdos son claros y también evolucionan, estos seres no suponen, la comunicación es precisa y clara. Así se formarán bases solidas desde la consciencia.

¿Cómo se ve vivir una relación interdependiente?

  1. Me amo y amo a mi pareja por igual.
  2. Puedo ser vulnerable y sentirme seguro.
  3. Se quién soy y puedo ser esa persona con mi pareja.
  4. Puedo ver al otro como es, tal cual es, ahora.
  5. Habilidad de expresarnos libremente.
  6. Genuina apreciación por el otro. 
  7. Aprendo a vivir con mis emociones, todas son válidas.
  8. Siento la necesidad y la libertad de expresar mis necesidades y soy receptivo con las necesidades del otro. 
  9. Asumo responsabilidad de mi libertad y mi vida.
  10. Confío en mis decepciones y en el otro.
  11. Puedo alcanzar mis sueños y vivir mi vida en pareja.
  12. Pido ayuda y formo un equipo con mi pareja con crecimiento personal compartido. 
  13. Invierto tiempo con mi pareja. 
  14. Sentimos la libertad de irnos si elegimos otro camino.

Se pueden reconocer en el otro, pero se viven en libertad, en confianza, en equilibrio y pertenencia. Estas relaciones se crean y se forman, se necesita un sostenido compromiso con nuestros procesos internos y nuestro autoconocimiento y más que nada asumir la responsabilidad de nuestra vida. 

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