¿Cómo gestiono mi soledad?
Regresando al amor

Psicoterapeuta familiar sistémica, escritora, meditadora y activista por la equidad de genero. Su práctica está encaminada al reconocimiento de la herida emocional infantil para el desarrollo integral del adulto consciente. Instagram @rominalcantar

¿Cómo gestiono mi soledad?

El ser humano siempre ha necesitado de la relación con los demás para vivir y sobrevivir. En realidad, su propia neurología está diseñada para crear aspectos como el apego, la pertenencia y el vínculo. Sabemos que en los primeros años de vida no podemos sobrevivir sin esos apegos y en soledad. Además, ese intercambio y cooperación nos ayuda para tener un desarrollo más rápido. 

La relación con el otro a modo de espejo refleja nuestra realidad, al tiempo que permite conformar nuestra identidad como personas. Por todo ello, los variados vínculos de pareja y los otros que en la vida forjamos suponen una de las vitaminas fundamentales para el crecimiento y la optimización del gran potencial humano.  No es algo nuevo que escuchemos que en pareja o en las relaciones descubrimos eso que debemos observar y eso que debemos trabajar para nuestra propia evolución. 

Una de las perspectivas más relevantes de la soledad señala la capacidad de interiorizarse y abrir espacios de comprensión de mayor profundidad. Aprender a sostener la soledad supone disfrutar de la riqueza psicoespiritual que nutre el alma. 

¿Qué es la soledad?

Aunque es una palabra que da miedo y es temida por muchas personas, la soledad es un estado de conciencia que en sí mismo conlleva recogimiento, intimidad y. en muchos casos, conexión con la esencia, con uno mismo. 

El significado más rechazado de la soledad tiene más que ver con el aislamiento y la carencia que con la soledad 

¿A qué le tenemos miedo? 

No tememos a la soledad, tememos al aislamiento, al rechazo, al abandono, al no sentirnos capaces de cubrir nuestras necesidades para sentirnos plenos.

Así pues, mientras que la soledad es una bendición, el aislamiento es, en muchos casos, una patología.

¿Cómo gestiono mi soledad?

Superando el aislamiento, enfrentando y descubriendo el miedo oculto que nos trae ese estado. Atreviéndonos a ser rechazados o heridos en nuestras dimensiones emocionales más íntimas, supone un signo de madurez y fortaleza. En ese atrevimiento se nos muestra la vulnerabilidad, el vincularnos a otros y sostener las tensiones que conllevan las relaciones interpersonales.

Sin duda, la soledad permite reconocer el significado profundo de la vida, así como abrirnos a la intuición y a los chispazos de lucidez que tanto clarifican. Y todo ello abrazando el silencio como puerta de entrada a la dimensión que nos permite reconocer nuestra insospechada grandeza. 

Bien sabemos que el alma florece en la soledad y en el silencio, y que aprender a estar con uno mismo sin salir corriendo a través de la búsqueda de diferentes parejas y fases repetitivas de enamoramiento supone un requisito fundamental para establecer vínculos desde un espacio interno más auténtico y feliz.

Aprender a estar en soledad es el regalo más grande para el alma. Busca espacios placenteros, quizá un buen libro, una rica cena, un delicioso baño, ejercicio o meditación. Puede ser lo que quieras, tú eres el que más conoce tus deseos y placeres, y si no es así, es una gran oportunidad para descubrirlos. Date ese espacio de amor.

No hay mejor compañía que nosotros mismos. 

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