Ella es ‘Hamlet’
Archipiélago Reportera cultural egresada de la ENEP Aragón. Colaboradora en Canal Once desde 2001, así como de Horizonte 107.9, revista Mujeres/Publimetro, México.com, Ibero 90.9 y Cinegarage, entre otros. Durante este tiempo se ha dedicado a contar esas historias que encuentra a su andar. X: @campechita
Ella es ‘Hamlet’
Foto: Facebook Teatro Milán

“Sabemos lo que somos, pero no lo que podemos ser”.Hamlet

Después de probar suerte en las vigas, balanceo en barra y las volteretas, la amateur gimnasta Angélica Rogel se encontró con el teatro. Fue así que el arte de la representación, ese que vuelve realidad universos imposibles, la guiaron hacía la Escuela Nacional de Arte Teatral, descubrió la dirección y la improvisación se transformó en una de sus fieles escuderas.

Así, la Rogel empezó su andar por los escenarios. Su nombre cada vez se volvía una referencia entre el gremio, pero sobre todo para el público. Fue así que en una función de El juego de la silla, de Ana Katz, Óscar Uriel se encontró con ella y, tras un correo electrónico perdido entre vacaciones, se volvieron cómplices creativos en El jardín de los cerezos de Chejov, Titus de Shakespeare y Orgullo de Alexi Kaye Campbell. Sobrevino la pandemia y en ese tiempo Shakespeare seguía resonando en Angélica Rogel, entonces Hamlet le habló al oído, tal como en la obra lo hizo con Horacio ,y le pidió que contará su historia.

El encierro, las vicisitudes de una vida inmersa en la incertidumbre y violencia, sobre todo de género, dieron a Angélica Rogel la pauta para comenzar a armar el traje de su Hamlet, se sumergió en el texto original, realizó su propia traducción y se tomó algunas licencias para trasladar la historia a un escenario más cercano a un público que llevaba ya varios meses en convivencia directa con las pantallas de su celular, tableta, computadora o pantalla de televisión. Una vez que tuvo el guion pensó en los actores y con la actriz Irene Azuela, su andar elegante y furioso, quedó claro que esa versión del príncipe de Dinamarca sería mas bien una princesa.

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Los también directores escénicos Emma Dib, Mauricio García Lozano y David Gaitán se sumaron a Hamlet, pero lo hicieron como actores en una versión que incluye computadoras, fiesta y un amor condenado por las jerarquías y no necesariamente por involucrar a Ofelia y la Ham, interpretada por Azuela, factores a los que se suma el peso del patriarcado, ese que se siente con derecho de dictar destinos y establecer órdenes, un mundo que fue publicado en 1602 y 420 años después se mantiene en muchos aspectos de nuestras vidas.

La Hamlet de Rogel tiene su propia voz: es iracunda, pierde la razón, rebasa la cuarta pared y juega con un público que se antoja multigeneracional, en gran medida en su reencuentro con el teatro, un arte vivo que se fundamenta en historias conocidas, pero contadas de una manera distinta y es ahí donde se cumple el mandato del teatro.

Con funciones de viernes a domingo, Hamlet se presentará en el Teatro Milán hasta el 1 de mayo.

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