Saoko, sake y sarao
Archipiélago Reportera cultural egresada de la ENEP Aragón. Colaboradora en Canal Once desde 2001, así como de Horizonte 107.9, revista Mujeres/Publimetro, México.com, Ibero 90.9 y Cinegarage, entre otros. Durante este tiempo se ha dedicado a contar esas historias que encuentra a su andar. X: @campechita
Saoko, sake y sarao
La cantante Rosalía lanzó su nuevo disco "Motomami". Foto: EFE/ Javier Lizón

“Sé quien soy y a dónde voy, ya nunca se me olvida”.Rosalía

Como castañuela ha sonado y resonado Rosalía Vila Tobella, cantautora que desde su ingreso a la Escuela Superior de Música de Cataluña decidió que lo suyo iba a ser romper lo establecido sin perder ese duende tan propio del flamenco.

Primero entregó Los Ángeles, álbum que pone el micrófono, los auriculares y el corazón en la muerte y el duelo, todo a través de su voz y una guitarra, sin duda es una producción que colocó el ojo sobre la chavalilla. Siguió El mal querer, producción en la que literal vomitó eso que puede generar una relación tóxica en nuestras vidas, es de destacar el concepto del álbum, su diseño inspirado en el arte renacentista, la irrupción del trap y esa apropiación del cante flamenco como pocas.

Pasaron casi cuatro años para que Rosalía volviera a entregar una nueva producción sonora. Su disco fue ventilando en redes sociales, en las que es una reina, ya que lo mismo nos tiene atentes a sus publicaciones en Instagram, posteos en Twitter o videos en TikTok, plataforma que se convirtió en la elegida para lanzar el Motomami, ese deseado tercer disco que presentó el 18 de marzo con conexiones con algunos de los participantes en la producción, quizá les suene Pharrell Williams, Camilo y otres más. Después presentó un concierto poco convencional.

Han sido días de mucha entrega, de verla preparando guacamole con el joven del Grill, derrochando frescura en entrevistas donde aseveró que “en este álbum celebra la transformación, la espiritualidad, la sexualidad… se trata de un trabajo creado desde un lugar muy personal”, para percibir con todos los sentidos esa revelación.

Recomiendo escuchar Hentai, un tema climático y cargado de osadía femenina, liberación y declaración de principios. Después de varias escuchas, podría asegurar que el éxito de Motomami, disco que ya se califica como uno de los mejores del 2022, radica en ese sazonado lento, en haber digerido los golpes de una pandemia que la alejaron de su familia por cuestiones diversas y la llevaron a escribir Genís para su sobrino, da un giro con Chicken Teriyaki y nos revela que se derrite en el sol con Bizcochito, al tiempo que nos provoca movimientos de cadera con La fama.

Me atrevo a decir que la nueva osadía de Rosalía es la banda sonora de una época que vuela como su mariposa, pero en cada aleteo se juega la vida. Es una mezcla de sonoridades, es escuchar un piano, pero también unos chasquidos, la thermomix, juego de apps, indagaciones de gruñidos, quejios y suspiros de una mujer que ha crecido y lo mismo viste un overol, se enfunda en un vestido de japonesa estilo manga o se pone el casco y se monta en la motocicleta, al tiempo que acelera con una uñas de diseño multicolor.

Hay mucho que decir, pero sobre todo escuchar en las producciones de Rosalía. Mucho que reflexionar sobre las múltiples interpretaciones de sus letras, como en el caso del usuario @sergioopina, quien armó un hilo sobre las canciones y, en el caso de Saoko, menciona entre otras cosas: “Rectificar es de sabias, y tú lo sabes mejor que nadie”. Hubo otras como la historiadora Clara González Freyre que desmenuzó, a través de su cuenta en Twitter @Claramore_, las 10 referencias de Rosalía al mundo del arte, descubrió guiños a Goya, pasando por Boticelli y Frida Kahlo, entre muchos otros.

Vaya que hay tela de dónde cortar para escribir y hablar de Rosalía, pero aquí nada más le dejo la provocación de poner play a su música y dejarse ir, hasta hacer coro a “Juntas por la noche, puestas pa’l derroche. Tu pelo azabache, la combi Versace”… y poco a poco ese espíritu Motomami comenzará a nacer inspirado en “Yo me maté 24/7, Eso e’lo que tuve que hacer, soy igual de cantora (¡olé, olé!)…” Mucho arte de la Rosalía, que queda ahí pa’ti y pa’mi o, chica, ¿qué dices?…

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