Mi crítica

Mi crítica no nace como afrenta personal en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, sino contra el precedente que quedará después de su partida. Mis señalamientos no son fruto del resentimiento en contra de la llamada Cuarta Transformación, sino contra la demagogia, el engaño y la mentira.

Mi crítica es contra quienes defienden a capa y espada los datos que no existen. A todos aquellos que se sienten vulnerables si son autocríticos. A quienes callan los actos de corrupción por el hecho de ser parte del movimiento. A quienes defienden lo indefendible. A quienes piensan que es derrotista modificar el rumbo o rectificar cuando se han equivocado.

Mi crítica no es contra quienes depositaron su confianza en el gobierno actual. México necesitaba un cambio. El enojo, la desesperanza y el hartazgo estaban en gran parte de la población como consecuencia de sexenios de olvido.

Mi crítica no es contra un gobierno que por buenos resultados ganara elecciones. Mi crítica es contra quienes lucran electoralmente con la polarización social. Mis señalamientos son en contra del fomento del agravio y la descalificación por aspectos personales.

Mi crítica es contra el presidente, los dirigentes y legisladores de Morena por interpretar las leyes a su modo.

Mi rechazo es contra Mario Delgado, Claudia Sheinbaum y militantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) por señalar de “traidores a la patria” a las y los diputados que ejercieron el derecho democrático de disentir en el Palacio legislativo.

Mi repudio es contra Ignacio Mier que pretende endulzar la daga con “paredones de fusilamiento pacíficos”. Mi crítica es contra el linchamiento político que bien puede transformarse en violencia física.

Mi crítica no es contra el llamado “pueblo uniformado” sino contra el poder sin condiciones que se les otorga. Es en contra de las decenas de funciones que se les encomiendan sin vigilancia, capacitación, contrapesos y transparencia.

Mi crítica no está en contra de generar mejores oportunidades de desarrollo en zonas del país que históricamente han sido ignoradas.

Mi crítica está dirigida contra la urgencia por realizar obras, programas sociales o “planes de desarrollo” evadiendo las leyes, el rigor técnico, los estudios de impacto ambiental, las licitaciones públicas, la rendición de cuentas y las asesorías de expertos en la materia.

Mi crítica es contra la soberbia del presidente, que, manipulando las emociones colectivas y la tragedia, permiten que se cuele el descaro, el cinismo y la ilegalidad entre las ranuras del humor, los memes y las risas sarcásticas.

Mi crítica es contra la premisa de lealtad ciega por encima de aptitudes, experiencia y conocimiento. México merece y cuenta con personas leales y capaces.

Mi crítica nace de la preocupación por las malas decisiones de este gobierno. Mi alarma crece por los daños estructurales, por la erosión de las instituciones, por el agravio contra el Estado de Derecho, por el debilitamiento de los contrapesos y por alejar la inversión.

Mi crítica es contra la oposición que cree que estas palabras no le quedan. Mi crítica es para los partidos políticos que no se asumen corresponsables del país que tenemos. Mi rechazo es contra el Partido Verde y su falsa fachada. Mi crítica es contra los discursos de odio.

Mi crítica no es un tema personal, Andrés Manuel López Obrador se irá, pasará a los libros de historia y será juzgado por el tiempo, pero su legado dejará la mesa puesta a muchos abusos de poder.

Mi crítica es contra todo quien se erija como todopoderoso y poseedor de la verdad absoluta. Mi crítica es contra quienes piensan que por ser electos por mayoría asumen que representan todas las voces.

Mi crítica es contra quien lucha por aplastar al otro en lugar de buscar consensos. Mi crítica es contra la clase política que hace uso de la mentira como forma de gobierno y el encono social como arma electoral. Mi crítica es contra el populismo autoritario.