Malabarismo en Camp Nou
Alioli

Es periodista y analista de datos. Ha colaborado en medios como Reforma, Chilango y Tec Review. Fue coautor del libro Ayotzinapa, la travesía de las tortugas, publicado por la editorial Proceso. También es hincha incondicional de los Leones Negros. Twitter: @ridderstrom

Malabarismo en Camp Nou

A pesar de los constantes movimientos que los ejecutivos del FC Barcelona han hecho desde diciembre pasado, en el Camp Nou las cuentas siguen sin cuadrar. El presidente Joan Laporta aseguró en una entrevista al diario L’Esportiu que “ni aunque ingresemos 600 millones, tendríamos fair play financiero”. La presión que la liga, a través de Javier Tebas –su presidente–, ha ejercido para que el club acepte el contrato con la empresa CVC ha llegado a un punto asfixiante (tanto, que el club está cerca de aceptarlo). Y ahora, lo que más preocupa en la Ciudad Condal es que las exigencias de Xavi en materia de fichajes son costosas. Si el equipo quiere recuperar su lugar en la élite, hace falta una fuerte inversión.

Este será el primer verano en que Xavi podrá tener total injerencia en la planeación de la temporada. Su gran objetivo es contratar a un 9 de calidad mundial que guíe el nuevo proyecto. El elegido es el polaco Robert Lewandowski, que, a falta de un año para finalizar su contrato, ya ha exigido a su club, el Bayern Múnich, que lo deje marchar. La primera traba es la reticencia del club bávaro en dejar salir a su delantero; la segunda, el escaso flujo monetario; y la tercera, Florentino Pérez. Cuando Mbappé decidió renovar su contrato con el PSG y dejar al Real Madrid con las manos estiradas, las proyecciones del mercado de fichajes cambiaron totalmente. Florentino Pérez tenía reservados cerca de 250 millones de euros solo para Mbappé; ahora los utilizará para conseguir algún crack y olvidar rápido el desaire del francés. El presidente del Real Madrid también quiere un delantero de élite y ante la escasez de talento, quien más lo convence es Lewandowski. De nuevo, el Madrid intentará minar al Barcelona desde los despachos para después hacerlo en la cancha.

El principal problema en la economía del Barcelona son los contratos heredados. Josep María Bartomeu, anterior presidente del club, creyó que los fichajes se gestionaban solo con billetes y no con un proyecto. Varios de los jugadores que ahora se han convertido en veteranos, llegaron al equipo con la promesa de jugar al lado de Messi y tener un contrato por encima de la media. Ya sin el argentino, jugadores como Umtiti, Lenglet, Braithwaite y Pjanic son claros ejemplos de la ruinosa gestión de Bartomeu. Ninguno quiere salir y pretenden seguir cobrando hasta terminar sus contratos, a pesar de no entrar en los planes de Xavi. El club se llenó de jugadores de medio pelo que están muy cómodos viviendo en una hermosa ciudad, entrenando en un club de élite y cobrando un salario desorbitado que ningún otro club pagaría dado su bajo rendimiento. Sin el dinero que pudieran dejar las ventas de esos jugadores de clase media, el equipo no puede aligerar su masa salarial ni conseguir fichajes que devuelvan la ilusión a la hinchada.

Xavi también tendrá que hacer malabares para que la próxima temporada no sea tan desastrosa como la que recién terminó. Vista la actualidad, eso será una tarea hercúlea.

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